No hay 'piedad' para Eduardo Casanova: los cines españoles dan la espalda a su película
El polifacético cineasta ha estrenado ‘La Piedad’, una cinta que mezcla conceptos como la maternidad, el miedo, lo obsesivo y lo tóxico
Eduardo Casanova | Gtres
Eduardo Casanova ha desafiado a todos los límites de la razón apostando por La Piedad, una película que supone la continuación de su flamante carrera como director de cine. A través de este film se explora un terreno recóndito a ojos de la sociedad como es la toxicidad del ser humano, con el hilo conductor de la relación materno-filial. Todo eso, aderezado con un leitmotiv de lo más controvertido: la dictadura de Corea del Norte.
El artista ha querido plasmar una angustia impactante alejada del optimismo y mezclado con horror y paranoia. Un cóctel tan explosivo como impropio hasta la fecha del cine patrio, pero que no dejará indiferente a nadie. De hecho, la polémica no ha tardado en aparecer. Y lo ha hecho en forma de malas críticas por parte de expertos en el séptimo arte, que no refrendan esta nueva faceta como cineasta de Casanova.
No hay quórum en torno a la película. «Macabra», «decepcionante», «toda mentira» o «pretenciosamente aburrida» son sólo algunos de los adjetivos que se pueden leer en algunos titulares de la crítica. No obstante, también se destaca su riqueza visual y la capacidad del director de plasmar con maestría conceptos tan abstractos como antagónicos, así como la gran actuación de la premiada Ángela Molina.
Inicios complicados
No hay que esconder que La Piedad no se escapa a juicios políticos e ideológicos, así como tampoco a las reacciones que siempre genera un personaje tan controvertido como Eduardo Casanova. Pero lo que es incuestionable es que se ha encontrado con que una parte importante de la industria como son los cines, le ha dado la espalda en su primer fin de semana en cartelera.
Tan sólo tres salas de Madrid están apostando por el film en la actualidad. Se trata del Cine Yelmo Ideal, el Artistic Metropol y el Ocine en Alcalá de Henares.
Esto viene a reflejar que en torno al 95% de los cines no la han incluido en su programación. Todo un mazazo para las aspiraciones de recaudación de una obra a priori tan prometedora.
Para hacer posible este proyecto tan importante para su carrera, Eduardo Casanova se ha rodeado de un importante reparto, encabezado por: Ángela Molina, Manel Llunell, Ana Polvorosa, Antonio Durán Morris, María León, Daniel Freire, Songa Park, Alberto Jo Lee, Macarena Gómez y Meteora Fontana.
Eduardo Casanova se defiende
Los últimos días han servido para que el alma máter de la película exponga sus argumentos por los diferentes medios de comunicación. Las críticas y opiniones en torno a La Piedad ocupan muchas horas de debate en los corrillos culturales. Es complicado quedar ajeno a una propuesta tan novedosa, ya sea teniendo buena o mala opinión al respecto.
Eduardo Casanova ha querido reflexionar sobre las críticas recibidas por parte de quienes lo tachan de provocador: «Es que lo soy en mi trabajo, pero no porque sí. Provocar es un deber del arte. Otra cosa es que haya quien se pueda sentir provocado por mis declaraciones o mi modo de vestir, por como soy. En ese caso, el problema es de los otros», confiesa en una entrevista realizada a Fotogramas.
En esa misma charla, el cineasta justifica su punto de vista de la maternidad entendida como algo tóxico: «La maternidad es extraña y tiene muchas lecturas. Por un lado, está regida por un instinto animal y de supervivencia de la especie. Por otro, tiene algo de egoísta traer a este juego que llamamos vida a alguien sin habérselo preguntado. Ahí surge el gran conflicto».
El problema es que el cine es arte pero también negocio. Y si te empeñas en dirigirte a una minoría, y hay que ser muy lerdo para no darse cuenta que las 2 películas solo las van a ver sus amigos de Almendralejo, ten la coherencia de no hacerlo con dinero público. A mi el muchacho me cae bien pero debería bajar al mundo real y a los colores grises sólo un ratico.
Lo dicho, que se gasta la pasta a sabiendas de que no va a recuperarse la inversión ni de cerca.
Y no pasa nada, mañana se le ocurre otro pestiño pretencioso y se la vuelven a dar.
Lo sabe él y lo sabe el que le concede la subvención.
En España cuando el dinero es de los demás no duele, ni hay consecuencias cuando se tira a la basura, por eso cae tan mal que encima sea un sobrado.
Eduardo Casanova es la personalización casi llevada al límite de esa idea que muchos tenemos de los autodenominados artistas que si no fueran subvencionados estaban trabajando en Mercadona o interpretando la enésima temporada al hijo impertinente de Pepe Viyuela
Cineasta dice, sois unos cachondos.
Normal, con esa afluencia de público se podía permitir vetar a los espectadores de ultraderecha.
Que un medio llamado THEOBJETIVE lance una noticia tan poco objetiva tiene su gracia.
Parece que estuviera hablando de Buñuel y se está refiriendo a un personaje que hace más daño al cine español de lo que se piensa.
Es el ejemplo claro de personaje que se llama a si mismo artista y que no tiene ningún respeto por las subvenciones que recibe, ya que las malgasta en material de mal gusto que sabe con total seguridad que va a costarnos el dinero a todos. Lo sabe.
Y encima se permite el lujo de decir en entrevistas que en España deberían dar más subvenciones al cine, cuando si no fuera por ellas, este de Aida no pasa, pero bueno, siempre quedará el argumento de que todos somos fachas.
Sr/sra/sre Casanova, no le digo que se retire porque usted se ve a si mismo como una suerte de gran artista subversivo al que nadie entiende en este país de señoros y ni se lo va a plantear, pero por favor, a los que pagáis estas cosas con nuestra pasta, haced el favor de tener algo más de criterio, que el único que va a ir a ver la película es el señor que ha escrito este artículo