MyTO
Gente

Ana Obregón confiesa el día que intentó suicidarse (y cómo Lequio se lo impidió)

En su libro, Ana Obregón cuenta que casi se quita la vida tras la muerte de su hijo, pero que Alessandro Lequio la salvó

Ana Obregón | Gtres

Ana Obregón está siendo una de las protagonistas del día porque se ha publicado, al fin, su libro, titulado El chico de las musarañas (Harper Collins). Una obra que su hijo, Aless Lequio, comenzó a escribir antes de morir y que su madre se ha encargado de finalizar para su publicación. En concreto, el texto tiene 231 páginas, de las cuales 159 han sido escritas por la bióloga y 28 por su hijo.

En el libro, Ana Obregón cuenta cómo empezó la enfermedad de Aless, y este hace lo propio, desde el momento en el que acudió al hospital y le dijeron que lo que tenía era cáncer. Asimismo, en la obra, la actriz escribe sobre el tema que tanta polémica está causando en las últimas semanas: la voluntad de su hijo para utilizar su esperma post-mortem, tal y como te hemos contado en THE OBJECTIVE.

Pero no solo, ya que hay un fragmento dedicado al intento de suicidio que tuvo la bióloga.

Así fue cómo Aless Lequio le dijo a Ana Obregón que quería que usara su espermaAsí fue cómo Aless Lequio le dijo a Ana Obregón que quería que usara su esperma

El día que Ana Obregón intentó suicidarse

En el epílogo del libro, Ana Obregón cuenta las horas posteriores a la trágica muerte de Aless, la noche del 13 de mayo de 2020. La presentadora se encontraba en el apartamento de Barcelona, donde llevaba residiendo los tres últimos meses, mientras su hijo estaba en el hospital.

Entonces, se encerró en su habitación y leyó un post de Instagram de su hijo, que no llegó a publicar, ya que murió antes. Estas líneas afectaron tanto a la presentadora que quiso saltar del balcón.

«Tenía todo planeado al milímetro desde hacía veinticuatro horas. Si mi hijo moría antes que yo, no sufriría ni un segundo: me iría con él», confiesa Ana Obregón en su libro. «Me empiné sobre la barandilla, que no era muy elevada. (…) Saltar hacia el abismo era mi única opción de seguir viviendo».

Ana Obregón. Gtres

Pero justo en el momento en el que sus piernas estaban colocadas al otro lado de la valla «llamaron a la puerta». Eran Alessandro Lequio y sus hermanas, Celia y Amalia, quienes se temían lo peor porque la bióloga no abría la puerta. «Ana… Ana… Abre la puerta, por Dios», gritó el italiano, desesperado.

Ana Obregón tenía ya un pie colgando y estaba decidida a acabar con todo, pero de pronto Alessandro le dijo: «Tienes algo importante que hacer. ¿Recuerdas lo que nos pidió Aless, su última voluntad?».

En este instante, siempre según lo narrado por Ana Obregón en su libro: «Respiré profundamente. Intenté serenarme, retrocediendo lentamente la pierna que colgaba hacia fuera para situarla de nuevo en el suelo del balcón y entré temblando en la habitación», decidida a cumplir la última voluntad de su hijo de tener hijos póstumos.

La portada del libro de Ana Obregón y Aless Lequio