De José María Borrego a Edmundo Arrocet: los hombres que María Teresa Campos enamoró
La periodista tuvo una vida rodeada de hombres que llegaron para enseñarle algo, aunque no fuera como esperaba
Esta madrugada, el mundo del periodismo se quedaba sin una de sus figuras más emblemáticas. Después de unos meses complicados, María Teresa Campos fallecía en la Fundación Jiménez Díaz, donde ingresaba con un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda.
Durante todo este tiempo, sus hijas han visto cómo la que fuera ‘reina de las mañanas’ se iba apagando, pero nunca estuvieron preparadas para el adiós definitivo. A sus 82 años, María Teresa deja un legado que nadie podrá superar.
Una vida marcada por la profesión
Sus primeros pasos en la comunicación fueron bien temprano y, aunque en un principio debutó en la radio, no tardó en hacerse un hueco en la televisión. Su trayectoria profesional ha sido reconocida en más de una ocasión y, aunque su papel como periodista es lo más destacable de su vida, también se convirtió en un personaje del corazón gracias a su vida más privada.
De su familia destacan los nombres de Terelu Campos, Carmen Borrego y Alejandra Rubio, las fieles defensoras de su legado. Sin embargo, en su currículum de seres queridos también destacan otros nombres, en concreto hombres que pasaron por su camino para hacerlo más fácil y que terminaron yéndose.
José María Borrego, su único matrimonio
Su primer amor llegó a los 16 años de la mano del padre de sus hijas. Ella misma confesó que fue «casi como un hermano», pues solo se veían cuando ella viajaba a Málaga. Siete años después, tomó la decisión de pasar por el altar, siendo su primer y único matrimonio.
«Nunca le pude decir que me quería separar legalmente, porque eso no era posible. Así que, bueno, vivíamos una situación de hecho, que no de derecho», confesó años después. La presentadora no quiso poner punto final a su relación por sus hijas, Terelu y Carmen Borrego.
En 1984, la comunicadora recibió la peor de las noticias: su marido se había suicidado. Nunca ha querido hablar de este suceso de forma pública, pero supuso el fin de 17 años de matrimonio. Esta pérdida le hizo conocer al que muchos consideran como el gran amor de su vida: Félix.
Félix Arechavaleta, su relación más discreta
A finales de los años 80, María Teresa Campos se cruzó en el camino de este arquitecto vasco que le devolvió la ilusión. Mientras ella se dirigía a las inmediaciones de TVE, sufrió una avería en el coche y Félix, que la vio en el arcén, decidió ayudarla.
Lo que ninguno de los dos sabía es que sería el principio de un romance a distancia que duró más de una década. Aunque fue como un padre para las hijas de la presentadora, en 2001 anunciaron su separación. Cinco años después, el arquitecto fallecía de un ataque al corazón.
Edmundo Arrocet, el hombre que le rompió el corazón
Cuando pensaban que María Teresa había cerrado la puerta al amor, se conoció que su felicidad tenía nombre y apellidos. En 2014 salió a la luz su relación con el humorista, la más mediática conocida.
Protagonizaron portadas, dieron rienda suelta a su amor y se mostraron invencibles. Incluso, comenzaron un proyecto juntos, pero todo se acabó en 2019 -y no de la mejor manera-. ‘Bigote‘ dejó a la presentadora a través de un mensaje de texto y su corazón se rompió por completo.
Este fue el último hombre que ocupó su corazón, aunque fueron más los que formaron parte de su vida, de una forma u otra.
Gustavo González, su mano derecha
La presentadora tuvo más parejas, aunque con ninguna inició una relación estable. Por su vida pasaron nombres como Felipe Maestro, José María Hijarrubia o Santiago García, pero su gran apoyo incondicional fue su chófer, Gustavo González.
Se convirtió en su hombre de confianza e, incluso, llegó a afirmar que era un hijo más en su vida. Fueron 30 años los que trabajó para la periodista, compartiendo confidencias, ratos libres y una muy buena sintonía más que notable.
Hoy, el chófer que estuvo junto a la presentadora hasta en los peores momentos de su vida, también se despide de ella con todo el dolor de su corazón.