Los muertos por los terremotos en Turquía y Siria son ya más de 7.200: «Era el apocalipsis»
La Organización Mundial de la Salud advierte que la cifra de fallecidos podría ser hasta ocho veces superior de lo estimado hasta el momento
Equipos de rescate en Turquía y Siria siguen excavando con sus manos entre los escombros en la fría madrugada del martes en busca de supervivientes de la violenta serie de terremotos que ha dejado al menos 7.200 muertos en ambos países, aunque se espera que la cifra ascienda a la espera de continuar con las labores de rescate.
En Turquía, donde se ha registrado el epicentro, al menos 5.500 personas han muerto y 31.077 han resultado heridas, tal y como ha anunciado en la madrugada del martes el organismo oficial de manejo de desastres AFAD.
En Siria el sismo ha causado al menos 1.602 muertos. En áreas controladas por el gobierno el balance es de «812 heridos y 1.449 muertos en las provincias de Alepo, Latakia, Hama, Tartus», ha indicado el Ministerio de Salud sirio. En las partes controladas por los rebeldes en el noroeste de Siria, al menos 790 personas han muerto y 2.100 han resultado heridas, según el grupo de rescate de los Cascos Blancos.
«La situación es muy grave, muchas personas siguen todavía bajo los escombros de edificios», ha explicado el cirujano Majid Ibrahim, desde el hospital Al Rahma de la ciudad siria de Darkush. Equipos de socorro en Turquía y Siria han reportado más de 5.600 edificios colapsados, incluyendo varios inmuebles residenciales donde la mayoría de los ocupantes dormía a la hora del primer sismo.
El temblor se sintió por primera vez de madrugada y se produjo a una profundidad de 17,9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se situó en el distrito de Pazarcik, en el sureste de Turquía, a unos 60 km de la frontera siria.
Por el momento se han registrado unas cincuenta réplicas, entre ellas una de magnitud 7,5 que ha golpeado la zona afectada nueve horas después, a cuatro kilómetros al sureste de Ekinozu.
Erdogan declara siete días de luto
El balance de las víctimas ha ido agravándose con las horas debido al alto número de edificios derrumbados en ciudades como Adana, Gaziantep, Sanliurfa y Diayarbakir. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido a la AFP que el número de víctimas podría ser hasta hasta ocho veces superior.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró siete días de luto por las víctimas. «Nuestra bandera estará izada a media asta hasta la puesta de sol del domingo», ha comunicado en un tuit.
«Pensamos que era el apocalipsis», ha explicado a AFP la reportera Melisa Salman, que vive en Kahramanmaras, epicentro del sismo. «Estamos afuera desde las cuatro y media de la madrugada. Está lloviendo, pero nadie se atreve a volver a sus casas por miedo a nuevas réplicas», ha agregado esta joven de 23 años.
En Diyarbakir, unos 380 km al este, Muhittin Orakci ha presenciado las operaciones de rescate frente a un edificio en ruinas. «Siete miembros de nuestra familia están bajo los escombros», ha explicado.
Y en Sanliurfa, a escasos kilómetros de Siria, Emin Kaçmaz, de 30 años, ha asegurado que se quedará toda la noche fuera porque «el edificio no es seguro».
Edificios desplomados por el terremoto
Este sismo es el más importante en Turquía desde el terremoto del 17 de agosto de 1999, que causó 17.000 muertos, un millar de ellos en Estambul. Según el vicepresidente turco, se cerraron al menos tres de los aeropuertos del área afectada, Hatay, Maras y Gaziantep. A los temblores hay que sumar que la nieve y las tormentas, que azotan la región e impiden el tráfico en otros centros más, incluido el de Diyarbakir.
En el pueblo sirio de Azmarin, fronterizo con Turquía, Usama Abdelhamid recuerda que sintió el temblor mientras estaba durmiendo. «Con mi mujer y mis hijos, corrimos hacia la puerta de nuestro apartamento del tercer piso. Cuando la abrimos, todo el edificio se desplomó», ha declarado.
La agencia siria SANA ha difundido imágenes que mostraban importantes destrucciones en varias ciudades, entre ellas Latakia, en la costa del Mediterráneo, donde se han derrumbado edificios enteros. También han caído edificaciones en Hama, en el centro del país, y en Alepo, la segunda ciudad siria en el norte, donde ha quedado dañada la famosa ciudadela.
El Ministerio de Educación ha anunciado el cierre de escuelas en todas las regiones controladas por el Gobierno hasta el fin de semana. Raed Ahmed, jefe del Centro Nacional de Monitoreo Sísmico de Siria, ha explicado a una radio oficial que este fue «históricamente el mayor terremoto registrado».
El mundo se vuelca con Siria y Turquía
El gobierno sirio ha pedido ayuda a la comunidad internacional, que ha respondido anunciado el envío de ayuda y equipos de rescate. Este ha sido el caso de la Unión Europea (UE) y de muchos de sus países miembros. También lo han hecho Reino Unido, Israel, India, Azerbaiyán y Ucrania, así como Grecia, rival histórico de Turquía.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha prometido el lunes a Erdogan que Washington enviará «toda la ayuda necesaria» para la recuperación de Turquía. Por otro lado, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, que mantuvo conversaciones con sus homólogos de ambos países, aseguró que les enviará equipos de rescate. Otros líderes, como el papa Francisco y el presidente chino, Xi Jinping, han hecho llegar su pésame a las víctimas.
Turquía está situada en una de las zonas sísmicas más activas del mundo. Expertos llevan tiempo advirtiendo que un sismo de gran magnitud podría devastar Estambul, que ha permitido construcciones generalizadas sin precauciones.