Dimite la ministra principal de Escocia tras la polémica ley que facilita la transición de género
La medida fue paralizada por el Gobierno de Rishi Sunak y afectó a la popularidad de Nicola Sturgeon
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, dimitirá del cargo que ocupa desde hace más de ocho años, tras un mandato marcado por la salida de Reino Unido de la Unión Europea y las reiteradas reivindicaciones de un segundo referéndum independentista.
Sturgeon, que sustituyó a Alex Salmond en noviembre de 2014 tras el fracaso precisamente de la primera consulta y es la jefa de Gobierno que más tiempo ha estado en el poder, tiene previsto comparecer ante los medios en Edimburgo, según la BBC.
Nacida en la ciudad de Irvine en 1970, Sturgeon ha militado desde adolescente en el Partido Nacional Escocés (SNP) y se dedica a tiempo completo a la política desde antes de cumplir los 30 años, tras un breve periodo como abogada. En los últimos años, el SNP ha ganado peso tanto en el Parlamento escocés como en el central.
Desde entonces, con paciencia y determinación, ha reanudado la lucha por la independencia, revigorizada por el Brexit al que los escoceses se opusieron de forma abrumadora. La titular ha pedido convocar un segundo referéndum, opción firmemente rechazada por el ejecutivo central de Londres.
La ‘ley trans’ escocesa, un golpe para Sturgeon
Por el momento, se desconocen las razones de esta despedida. Sturgeon se enfrenta a una crisis interna en el país tras el bloqueo del Gobierno de Rishi Sunak contra su ley que facilitaba el cambio de sexo y la autodeterminación de género en el país.
Con muy altas cotas de popularidad por su acertada gestión de la pandemia de covid-19, que contrastó con las caóticas políticas del primer ministro británico Boris Johnson, Sturgeon ha acumulado éxitos electorales y ya obtuvo una nueva mayoría independentista en el Parlamento regional juntos a los ecologistas en mayo de 2021.
Los golpes llegaron después. Sturgeon se vio debilitada por la aprobación el pasado diciembre de una ley muy controvertida que facilita la transición de género, permitiéndola a partir de los 16 años y sin necesidad de diagnóstico médico.
El ejecutivo conservador británico de Rishi Sunak anunció que se opondría a la aprobación. Al poco tiempo de conocerse la medida, un escándalo echó más leña al fuego: una mujer transexual condenada por violar a mujeres antes de su transición fue encarcelada en una prisión de mujeres, lo que provocó una dura oposición. Finalmente, la presa fue trasladada a una cárcel para hombres.