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Cremas de verduras del súper: cómo elegir las más saludables

Sal, proteínas, hidratos de carbono, grasas, sabor, marca… ¿Qué es lo que más nos importa cuando estamos en el súper?

Cremas de verduras del súper: cómo elegir las más saludables

Un bol de crema de verduras rodeado del resto de ingredientes. | ©Freepik.

De un tiempo a esta parte, las cremas de verduras del supermercado se han hecho un hueco bastante importante en nuestra sala cenas y en nuestras neveras.Ya antes de la pandemia su consumo había crecido en nuestro país, pero tras la epidemia de COVID-19 su consumo se dispara en los hogares españoles. Sin embargo, las cremas de verduras precocinadas no siempre son la opción más saludable para resolver nuestro primer plato.

Gozan de una cierta buena fama, especialmente en esas casas donde cocinar se puede convertir en una tarea pesada, pero eso no quiere decir que en la mayoría de casos las cremas de verduras del supermercado emulan las virtudes nutricionales de una crema de verduras casera. Da igual que hablemos de cremas multiverduras, de crema de calabaza, de crema de zanahoria, de crema de puerro… La realidad es que el mercado a broma con una variedad bastante amplia de surtido que, sin embargo, no siempre cuenta con las mismas garantías nutricionales que las versiones domésticas.

Encontrar opciones sanas no es complicado, pues las empresas y fabricantes se han dado cuenta de que tampoco las cremas de verduras pueden convertirse en 1 caballo de batalla especialmente insano. Por este motivo, asociaciones como la OCU, han desarrollado paneles de catas para ayudar al consumidor a elegir las mejores cremas de verduras o, cuanto menos, las más saludables.

En este caso, no se trata solo de fijarnos en el porcentaje de hidratos de carbono, de proteínas, de grasas, en la cantidad de sal, sino en un factor diferencial conocido densidad nutricional, que será la que nos demuestre si estamos ingiriendo un producto realmente nutritivo o, por el contrario, simplemente estamos haciendo un pequeño apaño.

Un bol con crema de verduras y pollo.
Las cremas de verduras precocinadas son una opción más para salir del paso que para añadirlas al día día de manera recurrente. ©Freepik.

Como es lógico, en estas recetas de supermercado también vamos a ver que la industria necesita valerse de ciertos añadidos para intentar emular las preparaciones domésticas. Espesantes, aditivos, conservantes, potenciadores de color, aromas… Todos estos ingredientes se cuelan en ciertas preparaciones que la OCU ha valorado en su comparador de cremas de verduras.

Cómo elegir la mejor crema de verduras de supermercado

Cuando nos enfrentamos al lineal de cremas de verduras en el súper, debemos tener en cuenta que aunque hablemos de primeras marcas como de marcas de distribuidor (lo que popularmente conocemos como marca blanca), las opciones van a ser amplias y realmente la verdad el producto va a estar en su información nutricional y en su etiquetado, no en presumir de su logo. Además, como ya te explicamos en THE OBJECTIVE, hay formas de hacer cremas de verduras apetecibles y nutritivas

Es por esto que, si vamos a recurrir de manera habitual, a las cremas de verduras precocinadas deberíamos tener bastante claro que hemos de apostar por algo más que la marca o por el sabor. Sobre todo cuando pretendemos utilizar este tipo de productos para alimentar a la familia, a niños pequeños, embarazadas o ancianos.

La cantidad de verdura

Por desgracia, después de la análisis de la OCU y después de echar un vistazo a nuestros supermercados, la realidad es que las cremas de verduras no suelen llevar una cantidad especialmente abundante de estas. Rara vez superan el 50 % del total del producto, correspondiendo el otro porcentaje a otro tipo de elementos como agua e incluso patata. ¿No es la patata una verdura? No, es una hortaliza y además en este caso juego una función más espesante que nutricional.

En cualquier caso, fijémonos el porcentaje de verdura que tenga una crema de verduras para saber si nos estamos enfrentando y apostando por un producto de calidad o estamos simplemente engañando al estómago. Ya que es posible que muchas de estas cremas de verduras, a veces vendidas en raciones de cuarto de litro, no sirvan para emular la ración de verduras que deberíamos estar tomando.

¿Crema o puré?

Un cuenco con cremas de verduras, en este caso, de tomate.
En la elaboración de cremas es bastante habitual añadir lácteos que sirvan para engordar el producto y dar más sustancia. ©Freepik.

La diferencia entre cremas y purés es aparentemente sencilla. Las primeras tienen un contenido líquido mayor, y además en su periodo de elaboración se emulsionan y baten con más intensidad, por lo que acaban teniendo también una textura más cremosa y densa que sus homólogos. En cualquier caso, no es una categoría que se pueda medir comercialmente, por este motivo también conviene recordar que podríamos intentar mejorar nuestras cremas o purés con ingredientes añadidos.

Es el caso de añadir unos chorritos de aceite de oliva para elevar las calorías y el grasas insaturadas del plato; podemos añadir también ciertos lácteos como nata, queso fresco o quesitos, teniendo en cuenta que vamos a añadir sal con este gesto, pero también proteínas; o incluso que directamente apostemos por alguna proteína como el salmón ahumado o el pollo cocido, para desmigarla y añadirla en la propia crema.

¿Son recomendables nutricionalmente?

Las cremas de verduras precocinadas son un recurso más para salir de la puro que para apostar por ellas de manera constante.Aunque si es cierto que nutricionalmente no presentan desequilibrios (sobre todo en la sal añadida o las grasas saturadas), lo que sí es verdad es que son productos con una densidad nutricional bastante baja. A pesar de ingerir una cantidad alta de ellas, no incluyen ni grasas, proteínas o hidratos de carbono suficientes como para considerarlas un plato completo. Eso, sumado a que tampoco añaden una gran cantidad de sal (pero tampoco poca, ya que suelen rondar el gramo por cada 100 g), las desaconseja para su uso cotidiano.

Un cuenco con crema de calabaza rodeada de sus ingredientes.
Las cremas de verduras, por regla general, son productos con una baja densidad nutricional. ©Freepik.

Es decir, este tipo de cremas de verduras son más bien para ocasiones puntuales que puedan resolver una comida o una cena en momentos muy clave que una opción real para nuestro día a día. De otro modo, intentemos que prevalezcan aquellas que tengan una menor cantidad de sal, una mayor cantidad de grasa insaturadas (generalmente vendrá gracias al aceite de oliva) y que, en la medida de lo posible, tenga una buena cantidad de hidratos de carbono que no provengan de los azúcares. En el caso de las proteínas, es más complicado que haya una gran abundancia, pero si podemos encontrar una referencia con ciertas proteínas será una buena medida porque significa que lleva una parte láctea relativamente alta.

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