Las enfermedades que pueden estar detrás de un aumento de peso inexplicable
Si has sufrido un aumento de peso y no has cambiado tu dieta, es posible que tu cuerpo te esté enviando un preocupante mensaje
Comes como siempre, duermes como siempre y haces el mismo ejercicio de siempre. Entonces, ¿cómo explicas ese aumento de peso repentino e inesperado? Aunque engordar puede estar causado por un desajuste hormonal o de la dieta (es probable que estés ingiriendo más cantidades sin darte cuenta o que hayas hecho malas elecciones alimenticias en las últimas semanas), también es probable que tu salud te esté enviando un mensaje.
Antes de nada, no conviene alarmarse, ya que el aumento de peso suelen ser normal, sobre todo en los últimos dos meses del año, cuando los días festivos y fiestas más importantes son frecuentes.
«Sin embargo, si has experimentado un aumento de peso en otras épocas del año y no has cambiado su dieta, esto puede ser motivo de preocupación, ya que puede ser una indicación de una enfermedad subyacente, como insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad hepática o enfermedad renal», asegura la dietista Dana Ellis Hunnes a Men’s Health.
Las enfermedades que puede haber tras un aumento de peso inexplicable
1) Tienes un trastorno endocrino
Aproximadamente uno de cada cinco adultos padece hipotiroidismo, según los Institutos Nacionales de Salud. Si bien esta condición es mucho más común en las mujeres, lo cierto es que muchos hombres también lo experimentan, lo que puede causar un aumento de peso repentino y significativo.
El hipotiroidismo, o tiroides hipoactiva, ocurre cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas para satisfacer las necesidades del cuerpo. Esta condición, a su vez, tiene varias causas, detallan en MedicinePlus:
- Enfermedad de Hashimoto (un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunitario ataca la tiroides).
- Tiroiditis (inflamación de la tiroides).
- Hipotiroidismo congénito.
- Ciertos medicamentos.
- En casos raros, una enfermedad de la glándula pituitaria o consumir demasiado o muy poco yodo en la dieta.
2) Enfermedad de Cushing
Aunque es menos común, algunos otros trastornos hormonales, como la enfermedad de Cushing, también pueden causar aumento de peso.
Se trata de una afección en la cual la hipófisis (un órgano del sistema endocrino) secreta demasiada hormona adrenocorticotropina (ACTH, por sus siglas en inglés).
«La enfermedad de Cushing es provocada por un tumor o crecimiento excesivo de la hipófisis. Un tipo de tumor (benigno) de la hipófisis llamado adenoma es la causa más común. Con la enfermedad de Cushing, la hipófisis secreta demasiada ACTH. Esta estimula la producción y secreción de cortisol, una hormona del estrés. El exceso de ACTH provoca que las glándulas suprarrenales produzcan demasiado cortisol», detallan desde el citado medio.
3) Tienes una enfermedad crónica
Además de la función inadecuada del sistema endocrino, otras condiciones o enfermedades crónicas pueden ser las culpables cuando se trata de un aumento de peso repentino.
«Si notas que está engordando un kilo cada pocos días (o incluso todos los días), consulta a su médico lo antes posible», recomienda Ellis Hunnes.
«Esto puede deberse a que tu corazón no está bombeando lo suficientemente fuerte (insuficiencia cardíaca), tus riñones están fallando o tienes una enfermedad hepática que está provocando una fuga de líquido en su espacio extracelular», matiza.
4) Depresión
El estrés y la depresión siempre se han relacionado con un mayor riesgo de aumento de peso, ya que alteran la manera en que el cuerpo procesa los alimentos grasos, tal y como detalla un estudio, publicado en Biological Psychology, que comprobó que el metabolismo se ralentiza en estos casos, lo que hace que se quemen calorías y grasa más lentamente durante siete horas después de comer.
La investigación también detalló que las mujeres con depresión tienden a tener altos niveles de cortisol, lo que está relacionado con el almacenamiento de grasa en el abdomen superior.
A todo esto se suma que los medicamentos para la depresión también suelen causar un aumento de peso repentino.
5) Síndrome del ovario poliquístico
El síndrome de ovario poliquístico es un trastorno hormonal complejo que afecta aproximadamente entre el 6% y el 10% de las mujeres en todo el mundo, y que es causado por tener niveles elevados de hormonas masculinas (llamadas andrógenos). Este trastorno puede causar:
- Irregularidades menstruales.
- Problemas de la piel.
- Aumento en el número de pequeños quistes en los ovarios .
- Infertilidad.
- Resistencia a la insulina, con mayor riesgo de desarrollar diabetes.
- Obesidad. De hecho, el 50-60% de las mujeres con ovarios poliquísticos la sufre.
Otras causas
Como hemos visto, el aumento de peso no es algo simple, por lo que reducirlo a la relación entre las ingestas y el gasto energético como se ha hecho durante muchos años carece de sentido.
Además de las patologías explicadas en líneas superiores, existen muchos otros factores que influyen en el aumento de peso, tal y como detalla Laura Jorge, nutricionista experta en salud femenina, presenta en su nuevo libro, El método ‘Come sano, vive sano‘ (Ed. Zénith):
- La genética y la complexión individual. La genética influye, pero no lo es todo. Es más, su influencia en la obesidad o un peso determinado es del 5-10%. De modo que podemos hacer mucho para impedir que estos genes se expresen. Por otro lado, la complexión individual puede influir o no en el peso. Normalmente, las personas de mayor complexión tienden a ser más corpulentas y esto puede influir en el peso.
- La edad. Con el paso del tiempo, el metabolismo basal se ralentiza, por lo que aumenta la probabilidad de aumentar de peso y desciende la probabilidad de adelgazar fácilmente. Esto no tiene por qué darse en todo el mundo, ni tiene por qué ser un aumento significativo.
- Fármacos. Determinados fármacos pueden tener como efecto secundario el aumento de peso, como, por ejemplo, los corticoides, algunos antidepresivos, los fármacos de terapia hormonal, etc. Estos nos estimulan el apetito, favorecen la retención de líquidos o dificultan la oxidación de las grasas.
- Las hormonas. Están implicadas en procesos como el hambre, la saciedad, etc. Así que cualquier alteración hormonal puede contribuir al aumento de peso.
- El estrés, que está directamente relacionado con la ganancia de peso y la imposibilidad de adelgazar, especialmente cuando hablamos de estrés crónico. Las personas que padecen este tipo de estrés, además de tener alteraciones hormonales que a su vez influyen en este aumento de peso, suelen ingerir mayor cantidad de alimento, preferir comidas menos saludables y tener mayor riesgo de hambre emocional.
- Sedentarismo. Es muy conocida la relación directa que existe entre la actividad física y el peso.
- Descanso y patrones del sueño. Mientras dormimos, segregamos hormonas que regulan el sueño y que controlan el apetito e influyen en la acumulación de grasa, por ejemplo. De modo que dormir poco o no tener un descanso de calidad se relaciona con una mayor probabilidad de ganar peso, y también de dificultar su pérdida.
- Las emociones, el estado de ánimo y la salud mental. Las emociones, nuestro estado de ánimo y las alteraciones psicológicas pueden influir en qué, cómo y cuánto comemos, lo que nos puede impedir adelgazar.
- La masa muscular y adiposa, y el metabolismo. Es importante destacar que el peso no es lo relevante, sino la composición corporal. Es decir, que en un proceso de adelgazamiento lo fundamental es la pérdida de grasa. El hecho de tener más cantidad de masa muscular puede influir en nuestro peso, pero esta masa muscular es esencial para nuestra salud. Además, cuanta más masa muscular tengamos, más rápido funcionará nuestro metabolismo. Por este motivo, las personas con obesidad o con mayor porcentaje de grasa corporal suelen tener un gasto energético basal menor, lo que dificulta la pérdida de peso. Por otra parte, el metabolismo de algunas personas es más lento, lo que significa que queman menos energía y aumentan de peso. El sexo, la edad, la altura, el peso, el nivel de estrés, la actividad física, y el porcentaje de masa muscular y de grasa corporal inciden en el metabolismo y, por lo tanto, en el peso.
- La alimentación. La calidad de lo que comemos, la cantidad, la manera de cocinar o preparar los alimentos repercuten en el peso, que puede aumentar con unos hábitos dietéticos inadecuados.