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¿Yoga o pilates? Cómo aprender a distinguirlos y cómo saber cuál te conviene más

Ni son lo mismo ni sirven para lo mismo, pero en algo sí se parecen

¿Yoga o pilates? Cómo aprender a distinguirlos y cómo saber cuál te conviene más

Varias mujeres realizan estiramientos | ©Freepik.

Desde hace unos años el mundo fitness ha sufrido una revolución y, entre otras cosas, ciertos ejercicios han ganado un especial predicamento. Algo que hemos visto con una explosión exponencial del yoga o del pilates, por poner un par de ejemplos. Dos prácticas deportivas que, aunque no lo parezcan, disponen notables diferencias entre yoga y pilates.

Tanto es así que incluso hay centros que ofertan lo que se ha denominado como yogalates. Un híbrido que mezcla parte de yoga y de pilates, invitando —en la teoría— a disfrutar de lo mejor de los dos mundos. Sin embargo, son muchas las personas que aún hoy confunden lo que es el yoga con el pilates cuando, más allá de ser ejercicios, no tienen casi nada que ver.

Aunque ambos repercuten positivamente en nuestra salud, lo cierto es que los caminos por los que llegan son bien diferentes. Tanto en forma de ejercicio como en la propia concepción de este. Razón por la que es más que conveniente comprobar que hay bastantes diferencias entre ambos. ¿Uno mejor que otro? Pues no hay motivo para ser excluyente y no practicar las dos disciplinas, pero sí es necesario comprobar que uno y otro no van a aportar los mismos beneficios.

Por poner un ejemplo muy trivial, nadie pensaría que vas a conseguir el mismo cambio haciendo pesas que corriendo maratones. Pues, salvando las distancias, es lo mismo que sucedería en el caso de comparar yoga con pilates. El hecho de ser ejercicios más pausados, con una cadencia y un ritmo menor y donde la respiración y el control del core juegan una baza fundamental no implica que sean lo mismo.

Cuáles son las diferencias entre yoga y pilates

Una mujer meditando; una diferencia entre yoga y pilates
La meditación es una de las partes más importantes del yoga, que no es relevante en el caso del pilates. ©Freepik.

El yoga, como algunos lectores sabrán, va más allá del ejercicio físico. En la teoría, se trataría de una práctica espiritual y física que busca la conectividad de cuerpo y mente. Para ello, ahonda en la necesidad de la relajación mental, así como en la física, con determinadas posturas que además abogan por un mejor control de la respiración. Como es lógico, el yoga es una disciplina más que milenaria que surgió en la India y parte de sus claves son la realización de ejercicios más calmados, estáticos y posturales. Por eso, conviene también comprobar si podemos estar en plena forma practicando solo yoga, como ya te contamos en THE OBJECTIVE.

El pilates, si atendemos a lo que se suele practicar en cualquier centro de fitness, es radicalmente distinto. No es una disciplina cuyos orígenes se encuentren en la meditación o la espiritualidad, aunque sí tenga ciertos fundamentos del yoga. De hecho, este ejercicio es un ‘invento’ de Joseph Hubertus Pilates, un médico alemán que unió en una misma disciplina los ejercicios de determinadas prácticas como la gimnasia, el ballet o el propio yoga.

Eso no quita que en el pilates se insista también en mejorar el control mental, de la respiración o la propia relación. Sin embargo, su fin se encuentra en una mejora del tono físico y la fuerza. Algo hacia lo que no se orienta el yoga. ¿Quiere decir que con el yoga no vas a aumentar tono y fuerza? Pues no, no quiere decir eso, pues determinadas posiciones de yoga exigen fuerza y equilibrio que no todas las personas pueden mantener.

Estatismo frente a intensidad: una de las grandes diferencias

No obstante, en otra de las grandes diferencias que se aprecian entre yoga y pilates está en la forma de entender el ejercicio. En el yoga el estatismo, los movimientos lentos y guiados por la respiración son la clave. Por su parte, en el pilates la intensidad es mucho mayor y también es más rápido y, sobre todo, se suelen realizar con el cuerpo en movimiento.

En cierto modo, el pilates obedecería más a una evolución de otros ejercicios tradicionales orientales como el taichi o el chi kung. Por este motivo, el yoga no aumentará de la misma manera nuestra resistencia aeróbica como sí lo hace el pilates.

Qué me conviene: ¿yoga o pilates?

En esta pregunta hay dos trampas. La primera es pensar que simplemente nos conviene un tipo de ejercicio. Lo honesto, si tenemos tiempo y capacidades, es practicar ambos. La segunda, aún más honesta, es comprobar que no son ejercicios que obedezcan a género, edad o condición física. Por eso, independientemente del sexo, de los años que tengamos o del tono muscular, ambas prácticas son más que recomendables. Razón por la que esto no se considera una diferencia entre yoga y pilates.

Mujeres haciendo yoga
Ambos ejercicios mejoran la flexibilidad y la coordinación. ©Freepik.

En lo que sí insistimos es que no se trata de esperar en ambas los mismos beneficios. Tampoco de pensar que se tratan de ejercicios para principiantes. Aunque una clase de pilates pueda parecer muy asequible, os podemos asegurar que se puede elevar el ritmo y el tono y ser realmente extenuantes. Algo que también sucede con el propio yoga. Lo que sí es cierto es que, partiendo de una forma física baja y debido al carácter de meditación y equilibrio que el yoga tiene, iniciarse en él puede ser más complejo.

En el caso del yoga, conviene comprender que vamos a mejorar coordinación, flexibilidad, equilibrio y cierto tono muscular. También, insistimos, hay que enfocarlo desde ese plano holístico y de bienestar. En el caso del pilates vamos a ver que hay patrones en común. Sobre todo en lo que se vincula al fortalecimiento de los músculos del core y a la estabilización de la musculatura lumbar. Por este motivo, ambas prácticas repercuten en la mejora de la higiene postural.

Caminos paralelos pero con destinos diferentes

Una mujer haciendo pilates
En el pilates es frecuente ver otros elementos aparte de esterillas, como los clásicos balones. ©Freepik.

De esta manera, las dos modalidades permiten mejorar la consciencia del cuerpo, aumentando el control muscular y notando poco a poco cómo reaccionas mejor a pequeños gestos cotidianos. En ambos sentidos, aunque haya diferencia entre yoga y pilates, los dos ejemplos repercuten positivamente en trabajar lo que llamaríamos músculos olvidados. Como es evidente, no son ejercicios que vayan a conseguir un aumento de la masa muscular, pero sí cierto nivel de tonificación. Por contra, en el caso del pilates también notaremos una mejora más acusada de la resistencia física, algo que no sucederá con el yoga.

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