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Los riesgos y la eficacia que tienen las inyecciones para adelgazar, según NutreBurgos

Ciertos tratamientos han captado la atención del público por su aparente capacidad de facilitar la pérdida de peso

Los riesgos y la eficacia que tienen las inyecciones para adelgazar, según NutreBurgos

Marina Melchor y Lucía Corral | Cedida

En la actualidad, el interés por encontrar soluciones rápidas y efectivas para la pérdida de peso ha llevado a muchas personas a explorar opciones novedosas en el ámbito de la salud.

Entre estas alternativas, ciertos tratamientos han ganado protagonismo por su capacidad de ofrecer resultados visibles en un periodo relativamente corto de tiempo.

Este fenómeno ha despertado una gran curiosidad y, al mismo tiempo, una importante polémica sobre su seguridad, eficacia y las implicaciones a largo plazo para la salud.

A medida que aumenta la demanda, también lo hacen las preguntas sobre el impacto de estos métodos en el bienestar físico y emocional. ¿Son una solución sostenible o solo una respuesta momentánea a una necesidad más profunda?

¿Qué opinan las nutricionistas sobre estas inyecciones?

Las dietistas-nutricionistas Lucía Corral y Marina Melchor, desde NutreBurgos, cuentan a THE OBJECTIVE que durante los últimos años, han sido testigos de un aumento significativo en el uso de medicamentos con el objetivo de alcanzar metas relacionadas con la pérdida de peso.

«Muchas veces, estas decisiones se justifican en la búsqueda de una mejora de parámetros analíticos, como la glucosa, aunque en el fondo se esconda el deseo de lograr un cambio estético rápido. Desde la metformina, ampliamente conocida y utilizada en el manejo de la diabetes tipo II, hasta el reciente furor por el Ozempic, estos fármacos están ganando protagonismo en la conversación sobre salud y bienestar» explican.

¿Herramienta terapéutica o moda pasajera?

Según estas expertas, el Ozempic, cuyo principio activo es la semaglutida, se desarrolló originalmente para tratar la diabetes tipo II. Sin embargo, uno de sus efectos secundarios es la pérdida de peso, lo que ha disparado su popularidad como «solución mágica» para adelgazar.

Este fenómeno ha generado debates sobre su uso fuera de indicaciones médicas, así como preocupaciones sobre la falta de seguimiento adecuado y los efectos adversos.

Dietistas-Nutricionistas

«El uso de medicamentos para perder peso puede estar motivado por diversos factores: intentos previos fallidos, la presión de alcanzar un estándar corporal idealizado, o la búsqueda de una solución rápida. Sin embargo, estas decisiones suelen ignorar los efectos secundarios potenciales, como alteraciones gastrointestinales, riesgos metabólicos a largo plazo o el efecto rebote, es decir, la recuperación rápida del peso perdido una vez suspendido el tratamiento», señalan.

¿Qué papel juega la nutricionista en todo esto?

«Desde nuestro trabajo en NutreBurgos, defendemos que la prevención y el tratamiento de patologías no transmisibles, como la diabetes, el síndrome metabólico o la hipertensión, debe centrarse en la modificación de hábitos de vida. La alimentación equilibrada y adaptada a las necesidades individuales es uno de los pilares fundamentales para conseguirlo» afirman.

Según Marina y Lucía, un cambio en los hábitos dietéticos puede incluso revertir estados prediabéticos y mejorar el control de la diabetes tipo II.

Además, combinar la reeducación alimentaria con la práctica regular de actividad física contribuye no solo a mejorar los parámetros analíticos, sino también a fomentar la salud mental y emocional.

«Por esta razón, en nuestro centro trabajamos con un enfoque integral que prioriza la educación nutricional y el asesoramiento personalizado. Queremos que las personas comprendan que los cambios reales y duraderos no vienen en forma de pastillas o inyecciones, sino a través de decisiones diarias sostenibles» sostienen.

La importancia de la aceptación corporal

En una sociedad donde los cánones de belleza son promovidos de manera constante por los medios y las redes sociales, es crucial destacar la importancia de la aceptación corporal.

Las expertas aseguran que esto no significa renunciar a cuidar nuestra salud, sino entender que no existe un «cuerpo ideal» y que cada persona es única.

«Promover hábitos saludables no debe ser únicamente un medio para alcanzar una meta estética. Al contrario, debe centrarse en mejorar la salud física, mental y social. La pérdida de peso, si es necesaria por razones médicas, debe ser una consecuencia secundaria de un estilo de vida saludable, no un objetivo en sí mismo» argumentan.

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