'La vista desde aquí', una conversación en la era de la dispersión digital
‘La vista desde aquí’: una mirada no fatalista sobre la España moderna, no pocas consideraciones sobre Cataluña, abundante crítica social y cultural.
‘La vista desde aquí’: una mirada no fatalista sobre la España moderna, no pocas consideraciones sobre Cataluña, abundante crítica social y cultural.
Si quieres unirte a La Horda no te esfuerces en buscarlos. Cuando llegue el momento, si estás preparado, ellos te encontrarán a ti. Una entrevista peculiar con Servando Rocha.
Rodeada de plantas, sentada en el poyo de un ventanal que parece asomarse al mundo, y con un libro en sus manos, María Zambrano -en el aniversario de su nacimiento- recibe el homenaje del gran buscador americano. El sábado 22 de abril, la pensadora, filósofa y ensayista española habría cumplido 113 años. La extensa obra de María Zambrano solo fue reconocida durante los últimos años de su vida cuando recibió los dos máximos galardones literarios concedidos en España: el Premio Príncipe de Asturias en 1981, y el Premio Cervantes en 1988. “Gracias por concederme, en esta hora de España y en la Universidad de Alcalá de Henares, la ocasión de haber sido la primera mujer galardonada con el Premio Cervantes”, aseguró Zambrano al recibir un galardón que no pudo recoger por su delicado estado de salud.
Irvine Welsh de noche. La cola dobla la esquina de la Real Casa de Correos de Madrid, en la Puerta del Sol. Los libros de culto renuevan su legión de seguidores con una facilidad pasmosa. Hay gente muy joven con su Trainspotting bajo el brazo. Adentro, bajo un enorme techo acristalado, Alessandro Baricco ya ha terminado su charla y firma ejemplares. Dos guardias civiles con bigote y tricornio pasean cerca del mostrador de libros. Visto con ojos extranjeros debe ser un país interesante este.
Las nuevas series de TV revisitan la literatura y a grandes clásicos de Margaret Atwood, Shirley Jackson o Lucy Maud Montgomery.
Es curiosa, cuanto menos, la necesidad que tenemos (tantos) de justificar lo que en realidad no necesita ser justificado. Rascarte las pelotas en el sofá, follar porque sí, devorar Doritos, beber Coca Cola con 35 gramos de azúcar, ir al cine a ver la segunda parte de John Wick (exterminó a setenta y siete pavos en la primera: no debieron matar a su chucho), comerte un cuarto de libra con queso o leer cómics de grapa; culos, tetas y pollas en Tumblr o escuchar ‘Despacito’. El remix de Justin Bieber. ‘Placeres culpables’, dicen los cursis. ¿Culpables por qué? El placer es placer y jamás tiene nada que ver con la culpabilidad, tan pía. Tan gris.
Mas allá de los libros y sus historias, está el libro como objeto y la relación que establecemos con él. Cada lector tiene una relación especial con estos peculiares objetos, por eso quisimos saber cuál es la relación de los escritores y libreros con esos libros que forman parte de sus bibliotecas personales.
Acertar con la palabra justa y si aún no existe, inventarla. Es el don que Fernando Beltrán convirtió oficio. Reconocido escritor con más de 15 poemarios a sus espaldas es también artífice de El Nombre de las Cosas, el estudio creativo, libro y pasión del hombre capaz de bautizarlo todo. Entre sus más de 500 creaciones acuñó términos como La Casa Encendida, Amena, OpenCor, Rastreator y hasta el madrileño barrio de La Gavia, dando origen a la profesión que tuvo que concebir él mismo: la de nombrador.
—Tú que trabajas con libros digitales —le digo a A.—, a ver si me puedes convencer de que son mejores que los de papel.
Pasea entre las estanterías buscando con esmero vinilos que le puedan interesar. Ya lleva un buen rato, y es normal, la elección no debe ser fácil. Es uno de los muchos clientes que llegan a ‘bajoelvolcan’, una librería híbrida en pleno barrio de Lavapiés que tiene unos «7.000 vinilos y alrededor de 2.000 libros, así a ojo», nos dice Fernando el propietario del local.
Jenny Diski, periodista y escritora, fue adolescente en la década de los 60. Esa época de liberación en la que los jóvenes se dejaron llevar por el ímpetu del cambio, el fervor de las drogas y el ritmo de la nueva música que les diferenciaba de sus padres. Surgieron Los Beatles, Bob Dylan, Andy Warhol, lucharon contra la guerra de Vietnam, la primera contienda que se televisó, y se preocuparon, mucho más que cualquier otra época anterior, por el yo y por cómo ser visto. La posguerra y la post austeridad trajo, por tanto, “una época para malcriar a los niños… durante un rato. Una época de paz, también, para consolidar el capitalismo”, escribe Diski en Los sesenta, un ensayo autobiográfico que edita Alpha Decay cuando está a punto de cumplirse el primer año de su muerte.
El escritor Eduardo Mendoza recibió este jueves el Premio Cervantes de manos del rey Felipe en una solemne ceremonia que ha tenido lugar en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) y que comenzó a las 12:00 de la mañana (10:00 horas GMT).
Zweig fue como un gitano curioso que viaja sin fronteras, como él mismo se describió, y sintió como propio el espíritu de Europa, que comprendió como una manera de explicarse el mundo.
En una nota del 29 de mayo de 1941, el capitán de la Wehrmacht Ernst Jünger explica que supervisó el fusilamiento de un soldado condenado por deserción. Al principio dudó si debía aceptar el encargo o inventarse algún tipo de excusa.
Gracias a «A sangre fría», Truman Capote se convirtió en ejemplo del «Nuevo periodismo», pero ¿qué hechos de la realidad omitió?
Ray Loriga ha ganado el premio Alfaguara de novela 2017 con su obra Rendición, una «fábula luminosa» en palabras de la presidenta del jurado, Elena Poniatowska. La escritora mexicana (ganadora del galardón en 2001), ha destacado la «voz humilde y reflexiva» de la novela de Loriga. La obra es, según el jurado, «una historia kafkiana y orwelliana sobre la autoridad y la manipulación colectiva» que no cae «en moralismos».
Esto de que quieran ahora ‘animar’ la Cuesta de Moyano no me hace mucha gracia, la verdad. Las ciudades han de tener también un sitio para el desánimo, y en Madrid la Cuesta de Moyano cumplía estupendamente la función.
En un rincón de Madrid, entre el Paseo del Pardo y el Real Jardín Botánico, el tiempo se para. El sitio, aunque a veces pase desapercibido, lleva 95 años siendo un referente cultural de Madrid. Hablo de la Feria de Libros Permanente de la Cuesta del Moyano.
A una librería no hay que ir (¡contra todo pronóstico!) a comprar libros. No, al menos, desde que el progreso nos permite comprar cualquier cosa en pijama y babuchas. Es cierto que el librero te recomienda buenos libros, pero, ¿no hay algoritmos de publicidad mucho más documentados (y con mucho más empeño)? La única diferencia es eso que se llama «el toque humano». Y no exageres: todavía existen los culturales y la crítica; y algún amigo lector tendrás, digo yo.
Uno no va a una librería como va a otro comercio; no compra un libro como compra medio kilo de manzanas. En el fondo, uno visita una librería, como cuando va al cine o pasea por un museo, con un propósito: en busca de la felicidad.
Lynne Segal estuvo en el Festival de Literatura Amplificada, Kosmopolis, reflexionando sobre el envejecimiento. ¿Qué significa envejecer bien?
Antonio tiene maneras de caballero inglés y fuma tabaco de liar, su voz grave acompaña un discurso de imágenes y construcciones que dibuja un hombre que no solo escribe como un poeta, sino que habla como un poeta, y a pesar de todo tiene 41 años.
La redacción de The Objective comparte algunos libros ideales, temática, causal o arbitrariamente, para leer en esta temprana primavera.
Desde el caos, florecen voces que hablan de cenizas, nostalgias y punzantes sentires; gritos de mujer que moldeados en verso traducen a una dimensión humana el sinsentido de la Guerra de Siria. Provenientes de un hogar en ruinas, han establecido un nuevo canon literario y gracias al poder catártico y revulsivo de sus letras, ofrecen desde lo íntimo un poderoso antídoto contra la indiferencia.
Maram al-Masri y Maisoun Shukair son mujeres, sirias y poetas. La primera, musulmana suní, nació en Latakia, emigró a París en los 80 tras desafiar la ley que prohíbe matrimonios interreligiosos y demuestra su firme oposición al régimen de Assad cada vez que tiene ocasión. La segunda ayudó a los heridos y desplazados por el conflicto desde su farmacia en Damasco ganándose las amenazas por parte del régimen y vio a su marido encarcelado como sospechoso opositor. Llegó al Centro de Refugiados de Alcobendas (Madrid) tras verse obligada a dejar a su hijo menor y su pareja en el lugar más inseguro del planeta. Reunida de nuevo con su familia en un minúsculo piso en el extrarradio de la capital, sueña con el momento de volver a su país mientras compone versos.
Los editores de la China han recibido órdenes de limitar el número de libros extranjeros que se imprimirán en el país. Con esta medida, el equipo del presidente Xi Jimping pretende que los niños y niñas chinos tengan más dificultades para acceder a otras culturas y a otras tradiciones.
«A tu disposición más de 7 millones de documentos para consulta y descarga». Es lo que ofrece a los lectores el Ministerio de Cultura a través del Catálogo Colectivo de las Bibliotecas Públicas Españolas, una herramienta web que permite a los usuarios acceder a los contenidos de las 3.187 bibliotecas públicas de España en siete idiomas: español, catalán, euskera, gallego, valenciano, inglés y francés. La web da acceso a archivos que «incluyen los fondos bibliográficos al completo, y contemplan desde las últimas novedades editoriales, audiovisuales y documentos electrónicos hasta manuscritos, obras del patrimonio bibliográfico histórico e incunables», explica el Ministerio.
La novela de clima ficción o ‘cli-fi’ es un género centrado en el cambio climático y sus efectos futuros que se ha popularizado en los últimos años y apunta a ser la literatura del Antropoceno.
Hace 80 años que murió el cuentista uruguayo al que apodaban ‘el salvaje’ y también ‘el loco de la moto’.
Francia es el país más singular de los grandes de Europa. La razón principal son los traumas nacionales que produjo su proceso de descolonización, especialmente la “herida argelina” por la que sangra desde que De Gaulle –contraviniendo sus promesas, e incluso el hecho que explica su llegada al poder– le concediera la independencia en 1962.
¿Quién conoce toda (toda) la historia de Harry Potter? El mago empezó a agitar su varita allá por los noventa, cuando una novelista británica apretada de dinero publicó La piedra filosofal. No tardaron en llegar las películas (que cambiaron la forma en que el mago, Ron y Hermione se enfrentaron a Voldemort), los videojuegos (que introdujeron el novedoso hechizo Flipendo) y, una vez terminada la saga, J. K. Rowling lanzó Pottermore, una web interactiva que iba revelando datos hasta entonces desconocidos de la historia.
Virginia Woolf fue capaz de forjarse una corriente de pensamiento, controvertida para la década de los 20 y los 30, premonitoria en la actualidad.
Fue Jordi Pujol el primero que me habló de Bauman. Ya ven ustedes, ¡qué cosas! Después lo leí y comprendí que Bauman se ha hecho famoso por lo mismo por lo que se hacen famosos los intelectuales, no por la profundidad de su pensamiento, sino por su capacidad para ofrecernos fórmulas bonitas –injertos texticulares- que, al recoger exactamente lo que queremos oír, nos ahorran el esfuerzo de pensar.
De esta forma, durante todo el año se promoverán una serie de actividades dedicadas al reconocimiento, estudio y difusión de su obra. Miguel Hernández Gilabert, nació en Orihuela el 30 de octubre de 1910 y falleció en la cárcel de Alicante el 28 de marzo de 1942, tras permanecer varios años preso tras la Guerra Civil por motivos políticos. Condenado a 30 años de prisión, enfermó de tuberculosis y falleció en la enfermería de la prisión. Poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX, tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36. Sin embargo, mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como «genial epígono» de la generación del 27.
La noticia llamativa del día es que la primera reedición desde 1945 de ‘Mein Kampf’, de Adolf Hitler, ha sido un éxito editorial en Alemania. Menos llamativa, pero probablemente más importante, ha sido la del superávit en la balanza comercial de la Unión Europea en 2016, que ha alcanzado los 296.000 millones de euros, de los que 280.000 millones los ha aportado por sí sola Alemania. Pero lo trascendental de verdad es Alemania a secas, la Alemania de 2017, la que económicamente lidera Europa pero políticamente sigue en ese limbo en el que se encerró para expiar la terrible docena de años en los que se dejó llevar por Hitler a una cadena de crímenes y horrores que las generaciones posteriores no han acabado de asimilar.
Con la entrada de 2017, en virtud de la Ley de Propiedad Intelectual, los derechos de obras maestras como Niebla de Unamuno, Romancero Gitano de Lorca o Luces de Bohemia de Valle Inclán han pasado a ser de todos. En España, la ley establece que una obra pasa a dominio público 70 años después de la muerte de su autor, pero si el creador falleció antes de 1987, los derechos caducan a los 80 años y un día. En el trágico año 1936, con la llegada de la violenta Guerra Civil que sacudió España, grandes intelectuales de la cultura vieron llegar la muerte, motivo por el que este 2017 el número de autores que han pasado a engrosar las bibliotecas en dominio público ha aumentado considerablemente. Según ha informado la BNE, la institución ha estado trabajando en la selección y digitalización de la obra de los autores que fallecieron durante este año para lo que ha contado con el asesoramiento del catedrático de la Universidad de Zaragoza José Carlos Mainer. Para el catedrático, «el recuerdo de la guerra civil debe hacer presente lo que la contienda tuvo de catástrofe cultural, al margen de identificaciones retrospectivas con sus actores (…) En el crispado clima internacional de los años treinta, la guerra civil española fue, entre otras cosas, una sangrienta confrontación de simbologías culturales antagónicas que preconizaba su mutua destrucción». 80 años después, la valiosa herencia cultural que dejaron los fallecidos de uno y otro bando, revivirá gracias a libros que son y serán para siempre de todo aquel que desee sumergirse en sus páginas.
Capaz de profundizar de forma ágil lo inexplicable de nuestra mente, las contradicciones de la cultura y los cambios del contexto, Umberto Eco fue capaz de arrojar luz sobre algunos de los temas más esenciales pero a la vez más insondables de «lo humano». Desde su indispensable Apocalípticos e Integrados, con el que ofreció una teoría aún pertinente para leer las prácticas ligadas a la comunicación, hasta la archiconocida novela El Nombre de la Rosa, pasando por la infinita colección de artículos del recientemente publicado De la estupidez a la locura; no cabe lugar a dudas que el intelectual contribuyó con su trabajo a la construcción y análisis de la historia cultural del s.XX. Ironías de la vida (y de la muerte), su recuerdo retumba como un ‘Eco’ alimentando mentes en busca de iluminación.
El 2016 cierra con un ritmo acelerado de eventos y polémicas en el mundo de los libros, desde el Nobel hasta la muerte del dramaturgo italiano Dario Fo.
Ruiz Zafón regresa por última vez a esta biblioteca imaginaria y brumosa a la cual acudió hace más de una década un niño de diez años aferrado a un lomo con premoniciones malditas.
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