Literatura, arte y psicología: cómo un alter ego puede ayudarte a vivir mejor

Hay otros hombres, pero están en ti

Todo ser humano aspira a la unidad total de su cuerpo, alma y espíritu. Todo ser humano aspira a tener una identidad personal que lo distinga de los otros. Todo ser humano aspira a tener claro quién es lo que quiere, qué busca, qué necesita. Desgraciadamente la mayoría no tenemos esas certezas y por eso mucha gente acaba en consulta.

En la última película de Isabel Coixet, Un amor, hay un momento en el que la protagonista está teniendo sexo con un hombre y a la vez se ve a sí misma sentada en la cama, si otra yo está mirándose mientras está teniendo sexo. Esta misma escena aparecía en la película de Woody Allen Annie Hall, y es una escena que describen a menudo las víctimas de abuso sexual o violación: la sensación de que se dividían en dos. Su cuerpo estaba allí, pero su mente se iba a otra parte. Eso es una disociación pero no es exactamente un alter ego. Una disociación significa tener dos tú, eres tú dos veces. Eres tú repetida. Un alter ego significa que tú tienes otra personalidad. Sois dos personas y esas dos personas constituyen una sola. Viven en tu mismo cuerpo. Tu álter ego es una proyección,no una disociación.

El encuentro con nuestro alter ego o la sensación de sentirse dos provoca miedo, porque implica la pérdida de la identidad personal, porque necesariamente conlleva una alienación. Esta percepción subjetiva de ser diferente (el alter ego) es una experiencia negativa proyectada hacia afuera. Todo ser humano se aferra a la fórmula: «Yo soy yo» y proyecta «el otro» que también está en él, hacia afuera, hacia los demás.

El alma parcial

Decía Staudenmaier que la apertura al mundo interior hace que surjan «almas parciales». A ese alma parcial se refería cuando hacíamos algo de lo que nos arrepentíamos o que no entendíamos. La mujer católica que cree firmemente en la fidelidad y sin embargo le ha sido infiel a su marido con un compañero de trabajo después de un flirteo en la fiesta de Navidad. El hombre que se juró que nunca volvería a beber y que despierta una mañana en la cama con otro hombre, tras haberse cogido la cogorza del siglo y sin poder recordar cómo llegó allí. Cada alma parcial la vivimos como ‘otro yo’ y tiene su propio patrón y dinámica, con connotaciones negativas que se oponen al ‘yo racional’. Sus acciones contradicen el comportamiento habitual y pueden aparecer de forma repentina e inconveniente. Las razones lógicas desplegadas por el ‘yo racional’ para controlar cada alma parcial son ineficaces, y la irrupción de las almas parciales se percibe con extremo miedo, porque genera la conciencia de una disociación personal. Pero el surgimiento de estas almas parciales no es sólo un problema de locura, también es parte de la creatividad.

Quien más quien menos todos somos experimentado alguna vez la sensación de ser otro o de ser otra. ¿De verdad, yo que soy una mujer extraordinariamente tímida, fui esa persona que en un bar se acercó al tipo alto de la barra y le dijo que le invitaba a una copa?, ¿de verdad yo,que soy un ateo convencido, fui ese hombre que a la desesperada entró en una iglesia, le puso una vela a San Cayetano y le pidió que le ayudara a encontrar trabajo? Todos tenemos momentos que no entendemos o de los que nos avergonzamos y nuestra única explicación ante los demás puede ser decir «es que no era yo», «es que en aquel momento no era yo». Incluso cuando tenemos una discusión con alguien a quien queremos mucho y hace algo que no nos gusta entonces le decimos siento que no eres tú el que habla», «que ya no te reconozco».

La persona creativa utiliza hábilmente su alter ego. La manera de afrontar ‘el otro’ no es necesariamente mediante el miedo o la huida, sino que puede ser mediante la confrontación o la discusión dialéctica. Este último enfoque es el que eligen las personas más creativas y también se utiliza en algunas técnicas psicoterapéuticas. La escritura expresiva entre ellas.

El cuento terapéutico y el alter ego. Un caso

Imaginemos a Noelia, una mujer que no está enamorada de su marido, una mujer que lleva varios años atrapada en una relación que no le llena en ningún concepto, ni sexual ni espiritual ni intelectual. Noelia ama el arte, su marido no sabe diferenciar un Greco de un Velázquez. A Noelia le encanta salir, su marido ama su sofá y su mantita. Sus hijos ya no viven con ellos, en casa conviven como dos extraños. Esa mujer ha estado modelada por una educación muy católica y, aunque ella no se dé cuenta, es esa educación católica la que la impide romper con un matrimonio que es aburrido, pero en el que no hay ninguna excusa clara para el divorcio: él no la maltrata ni le es infiel. Y a Noelia, educada en una familia muy conservadora, le han dicho desde pequeña que ésas son las únicas razones para divorciarse.

A Noelia se le pide que escoja un alter ego y ella crea a la madre Rosario que es una monja entregada a Dios. Ella misma no se da cuenta de por qué ha creado ese alter ego.

Entonces se le da al el principio de un cuento: El convento de la madre Rosario está comido por las deudas, no pueden pagar ni la luz ni el agua ni pueden afrontar las reformas del edificio, y a veces no tienen ni para comer. Todas las hermanas se reúnen para rezar una novena en la que piden a Dios que les envíe una solución. Al día siguiente llega una carta de Estados Unidos. Una tía lejana de la madre Rosario le ha legado quinientos mil dólares. Suficiente para garantizar que todas las hermanas pueden seguir viviendo en el convento del resto de su vida. Pero la herencia llega con una condición. La madre superiora debe pasar un año en el refugio para toxicómanos y prostitutas que la tía de América había montado en Harlem. La madre Rosario nunca ha salido del convento desde que ingresó a la temprana edad de veintidós años ( la misma edad en la que Noelia se casó). La madre Rosario lleva 25 encerrada en el convento ( los mismos años que lleva Noelia casada).

¿Qué hará la madre Rosario?

Noelia escribe una historia en la que la madre Rosario al principio tiene enormes dificultades para adaptarse, incluso se le hace cuesta arriba algo tan simple como viajar en avión. Pero finalmente la madre Rosario se adapta a Nueva York, consigue que el refugio se convierta en un centro cultural y que los más importantes pintores diseñadores y escultores de Nueva York expongan allí. La madre Rosario se hace amiga de una prostituta drogadicta, Svetlana, y gracias a su apoyo esta chica deja las drogas y la calle. Más tarde, la madre Rosario encuentra el amor en brazos de Svetlana y decide quedarse en Nueva York y no regresar al convento.

De forma simbólica Noelia ha solucionado su dilema a través de un cuento. El dilema entre quedarse en la zona de confort, que es aburrida pero conocida y predecible, y por lo tanto segura, o atreverse a salir a un mundo que da miedo. La madre Rosario le ha dado a Noelia la respuesta sobre lo que debe hacer.

Bien podía Noelia haber escrito un cuento en el que la madre Rosario arreglara lo que tuviera que arreglar en Harlem y luego retornará a su convento en busca de la anhelada paz del claustro y de la compañía y el afecto de las hermanas con las que ha vivido toda su vida. Pero no, Noelia ha elegido el final que en el fondo desea vivir. Cuando Noelia escribe el cuento se da cuenta de que lo que tiene que hacer es divorciarse, de que su matrimonio ya no tiene arreglo.

El alter ego trasciende tus limitaciones

Es más fácil escribir sobre experiencias dolorosas, explorar temas controvertidos o criticar el status quo cuando ves las cosas desde la perspectiva de tu alter ego. Tu alter ego eres tú, pero es sólo una parte de ti, y eso deja al resto de ti protegido de las críticas y de cualquier reacción negativa que tu escritura pueda provocar. Tú álter ego te ayuda a revelar la verdad, eliminando las limitaciones conscientes o subconscientes que pesan sobre su creatividad. Si bien puede parecer que un alter ego no es más que producto de la imaginación, en realidad es un aspecto de tu personalidad multifacética. Hermione es el álter ego de JK Rowling, como la señora Dalloway era el de Virginia Woolf. Son claras proyecciones de ellas mismas.

«Los escritores suelen describir este misterioso proceso durante el cual los personajes terminan haciendo cosas que sus creadores nunca quisieron que hicieran»

Incluso cuando nuestra creación se extiende hasta el límite de la creencia, incluso cuando creamos un personaje que aparentemente nada tiene que ver con nosotros, ese personaje surge de un lugar muy íntimo. Solo una personalidad tan atormentada como la de Bram Stoker pudo crear a un personaje como Drácula. Dentro de cada alter ego jamás creado podemos escuchar ecos del escritor que lo creó. Estos ecos habitan en esa tenue frontera entre la experiencia y el pensamiento, de donde a menudo surgen los grandes escritos.

Tú álter ego eres tú

Los alter egos promueven la escritura creativa como un reflejo de tu yo profundo, al eliminar los bloqueos conscientes y subconscientes que dan forma a tu personalidad en la vida real. Los escritores suelen describir este misterioso proceso durante el cual los personajes terminan haciendo cosas que sus creadores nunca quisieron que hicieran. ¿Pero qué pasa si no hay nada misterioso en este proceso? ¿Qué pasa si todo es sólo la profunda conexión del escritor con su yo interior, lo que a su vez crea otros yo por los que los lectores sienten simpatía, porque en ellos pueden ver reflejados sus propios yo ocultos?

Los seres humanos comienzan a comprender que las almas parciales son parte de sí mismos y que es imposible vivir en todo su potencial sin ellas. Además, el hombre empieza a perder el miedo a ser ‘otro’. La historia de la psiquiatría en el último milenio, y particularmente durante los últimos dos siglos, está dominada por un importante cambio de actitud hacia ser ‘otro’, tanto externa como internamente. Este cambio incluye la comprensión y la apertura intrépida como proceso progresivo de humanización, y permite la integración de los grupos en la solidaridad social y del ‘otro yo’ en cada personalidad. La actitud alterada hacia la diferencia objetiva y subjetiva ha provocado y sigue provocando una transformación radical de la conciencia de la identidad personal. Por este camino la humanidad se dirige hacia una unidad real y plena en un sentido trascendental, hacia la interfaz de la razón y la locura.

El álter ego y el arte

StudioRGF no es una galería de arte. No es un centro cultural. No es un estudio de artista…. es todo esto y mucho más. Es un punto de encuentro. Es un milagro en pleno centro de Madrid.

Cada jueves, viernes y sábado este curioso espacio, a dos pasos de la Plaza de España y muy cerquita de Ferraz, reúne a una variopinta fauna de todas las edades, todos los atavíos y todos los géneros, que llegan a dejarse ver en las inauguraciones más sorprendentes del mundo: las únicas inauguraciones en las que la gente quiere quedarse aunque no sirvan alcohol. Cada semana se presentan cinco nuevos pop-ups, -escaparates de la obra de artistas – muy diferentes entre sí, que a su vez apoyan una exposición temática que cambia cada mes.

RGF es el espacio más libre de Madrid. No se cobra a los artistas por exponer y mucho menos a los espectadores por entrar. No recibe ninguna subvención. RGF es un espacio autogestionado, es el capricho genial de dos artistas que han proyectado hacia afuera su amor y lo han extendido desde su pareja hacia cualquiera que quiera compartirlo. En RGF no se comercia con el arte, en RGF el arte se comparte. Las obras no están a la venta. La prioridad es fomentar el encuentro entre los creadores. La meta es crear comunidad.

Roberto y Javier se conocieron hace 55 años, que se dice pronto. Tienen 75 años pero nadie lo diría. No ya porque físicamente no lo aparenten sino porque derrochan un entusiasmo y una agilidad que para mí los quisiera. Se conocieron a menos de cien metros de su nuevo espacio, hace casi 54 años, en 1970. En un cine club especializado en cine francés, del que los dos eran miembros. La película que los unió fue Farenheit 451 de François Truffaut. Fue amor a primera vista. Roberto estudiaba Bellas artes y Javier historia del arte. Salieron juntos del cine… y hasta hoy.

Han vivido en Escocia, en California y en España pero han viajado por todo el mundo. Hace tres años se pone a la venta frente a su casa un antiguo almacén de efectos navales. Entran a curiosear. De nuevo es amor a primera vista. Venden el estudio original de Roberto en la zona de Cuatro Caminos y adquieren local. Y el que iba a ser en principio el estudio de Roberto se convierte en algo mucho más grande. En un ejemplo de las ‘heterotopías’ de Michel Foucault, esos espacios iridiscentes que son a la vez reales y utópicos.

Este proyecto, RGF Studio proporciona una pista útil para un cambio de perspectiva en el trabajo cultural contemporáneo. Aquí se ha creado un punto de encuentro comunicativo, cuya atracción gravitacional ofrece a las personas la oportunidad de interactuar entre sí. A veces no les queda más remedio porque a menudo los invitados a las las inauguraciones deben amontonarse para encontrar espacio. En RGF no predominan conceptos de proyecto predefinidos, sino medidas de apertura y encuentros.

Roberto y Javier no son anárquicos pero tampoco siguen una estructura de programa clásica. Y es precisamente este estado intermedio lo que los hace a RGF tan interesante para los visitantes. Porque su carácter abierto recuerda a la gente que sólo a través de la contribución del receptor el arte se convierte en algo vivo y dialógico.

MI ALTER EGO es una exposición colectiva que se inaugura este 1 de febrero y que estará abierta hasta finales de mes. En esta colectiva se van a exponer 100 obras, entre ellas una pieza mía. Mi alter ego se llama Pachita la Chamana y tiene una historia interesantísima. Pero de esa historia hablaremos otro día.

Puedes pasarte esta tarde, jueves 1 de febrero por la inauguración. O puedes pasarte durante todo el mes de febrero. Studio RGF está en Arriaza 11, en Madrid y abre de 19 a 21 horas jueves y viernes y sábados de 12 a 14 horas.

Ah, y mi manual de escritura terapéutica se publicará en marzo en la editorial Desclée de Brouwer