Carta a mi amiga socialista
«Mañana lunes Pedro Sánchez nos dirá si se queda o se va. Si se va, malo. Si se queda, peor»
Imagen de la manifestación del sábado en Ferraz. | Europa Press
Si se va, malo. Todos sabremos que no se habrá ido por su mujer, sino porque algo encontró el Mosad en su teléfono. Ese teléfono que había sido infectado con el virus de espionaje ‘Pegasus’.
La querella contra su mujer no tenía ningún recorrido, ni había sido noticia. La misma mañana en la que se anunció que Manos Limpias había interpuesto una querella contra Begoña Gómez, yo estuve a primera hora en una tertulia de radio y después en una tertulia de televisión, y te garantizo que ni siquiera consideramos importante hablar de esa querella. La estrella era la investigación de Hacienda sobre Piqué.
Si se va, todos albergaremos la fundada sospecha de que no se va porque hayan atacado a su mujer (porque su mujer tampoco ha sido tan atacada), sino por otra oscura razón. Y viviremos en adelante sin saber cuáles son las verdaderas razones de su dimisión, y temiendo o imaginando cuáles pudieran ser.
Si se queda, mucho peor
Nos habrá convertido en una república bananera al más puro estilo populista, habrá provocado una crisis de Estado sin precedentes. Habrá atribuido a «la derecha y la ultraderecha» todos los males del país. Habrá vendido a sus acólitos la moto de que los jueces no son fiar, y de que cualquiera que discrepemos de sus tesis no somos más que los fascistas. Habrá sentado las bases del desmantelamiento del Poder Judicial y de la censura en los medios de comunicación.
Y a partir de ese momento iniciará una persecución implacable tanto del Poder Judicial, último reducto institucional que no controla, como de los pequeños medios de comunicación digitales, a los que todavía tampoco controla. Los medios que, en el ejercicio de su derecho y de su deber, publican informaciones veraces. Y digo veraces porque si fueran falsas podría haberse querellado contra dichos medios, y no lo ha hecho. Ha preferido su carta victimista.
Si mañana anuncia que no se va, habrá tensado la polarización como una goma, nos habrá dividido en dos Españas con un muro en el medio y nos habrá colocado en un escenario prebélico. En un ambiente muy peligroso en un país que ya vivió una guerra civil hace no tanto.
Sabremos si se ha convertido en San Pedro Mártir o en Pedro «el Cruel»
Mañana lunes sabremos si va a preparar nuevas medidas para eliminarnos a los disidentes y a los discrepantes. Si nos va a seguir aplastando con campañas de cancelación y bulos. Porque a mí me jode mucho que hablen del lawfare cuando me he tenido que enfrentar ya a tantos juicios. Que hablen de bulos cuando desde su entorno me llaman plagiadora una y otra vez, aunque yo jamás haya sido condenada por plagio, ni siquiera demandada. Pero no dejes que la verdad interfiera en las consignas del nuevo PSOE.
Las últimas elecciones nos dijiste que habías votado al partido socialista. Se lo dijiste a tus dos mejores amigas, a X y a mí. Ninguna de nosotras es dada a hacer escándalos en público. Así que ni te gritamos ni te insultamos. Yo creo recordar que me levanté de la mesa y me fui. Luego hablamos entre nosotras, X y yo, y yo le dije a ella que no quería volver a hablarte. De hecho estuve tiempo sin hablarte, pero tú no te diste ni cuenta.
En mi caso, como sabes, viví una campaña de acoso y cancelación brutal. Solo he hablado en público en el último juicio al que tuve que enfrentarme… y lo tuve que contar en público porque no me quedaba dinero para pagar más juicios. Pero me han demandado cuatro veces.
Me echaron de la serie a la que estaba trabajando, me echaron del periódico en el que escribía, me echaron del programa en el llevaba ocho años colaborando. La secretaria de Diversidad de Valencia acusándome de delitos de odio, el secretario LGTBI llamándome tránsfoba, la concejala y la diputada de la Asamblea aplaudiendo en un acto mientras me llamaban plagiadora a gritos… Tú ya sabes lo que me han hecho.
A ella, a X… bueno, de ella prefiero no escribir mucho por si alguien la reconociera. Siéntate un día a hablar con ella. Cómo la señalaron, cómo la persiguieron, a ella, que fue militante socialista más de 20 años. Y delante de nosotras y sabiendo lo que nos habían hecho, nos dijiste que les habías votado porque iba a ser peor si llegaba la ultraderecha. ¿De verdad? ¿Qué ultraderecha? ¿Crees que la Falange va a llegar al Gobierno u algo así? ¿De verdad crees que puede ser peor que lo que estamos viviendo?
Me preocupa la deriva populista dentro del partido al que durante años voté
Dentro de ese partido a cuyos actos acudía, en cuya esfera me movía, en la misma esfera en la que tú te mueves todavía. Me preocupa que los socialistas de hoy hayan dejado de ser los socialdemócratas de ayer para convertirse en los ‘chavistas’ de mañana, para adherirse a los presupuestos más populistas y ramplones, barnizados de sentimentalismo barato. Me preocupa que el socialismo democrático del PSOE se parezca demasiado al de Cuba y al Venezuela.
Cuando alguna vez hemos hablado sobre esto, inicialmente tú desestimaste mis preocupaciones. Luego la conversación giró hacia «simplemente quieren que nos parezcamos más a los países nórdicos» y «¡no compares, no es lo mismo!». Ambos argumentos son reduccionistas y se autoengañan, para evitar confrontar verdades difíciles.
La última frase («no compares, no es lo mismo» ) supone una falacia particularmente absurda porque requiere creer que los adultos que voluntariamente se unen a organizaciones socialistas, suenan como socialistas y se llaman a sí mismos socialistas, no son lo que dicen ser. Sin embargo yo me la he creído durante mucho tiempo, tal y como te la crees tú.
Las afirmaciones de «socialismo nórdico» también son muy exageradas. El profesor Jostein Skaar, de Oslo Economics, afirma que «el sistema económico noruego es capitalista, fuertemente influenciado por Estados Unidos y el Reino Unido». Noruega no es el modelo al que quieren parecerse.
No, el nuevo PSOE no mira hacia el norte, sino hacia el sur
Es más probable que las contrapartes ideológicas de los socialistas-demócratas se encuentren en América Latina que en el norte de Europa. Por ejemplo, Cuba es más representativa de la visión del PSOE que Dinamarca. Repito: Cuba, donde el Estado controla tres cuartas partes de la economía, limita la actividad del sector privado y emplea a la mayoría de los trabajadores, es claramente más representativa de la visión económica del PSOE que Dinamarca, donde el 89% de la riqueza es de propiedad privada y donde siete de cada diez daneses trabajan en el sector privado. No, el modelo no es nórdico.
Soy alguien que pasó años votando al PSOE, por eso entiendo por qué la gente pone los ojos en blanco cuando se menciona a Cuba y Venezuela para hablar del PSOE. Porque yo hacia lo mismo. Porque nos han condicionado para pensar que nosotros ,en España, somos diferentes. Pero rechazar la comparación simplemente porque no nos gustan los resultados de esos países es no entender por qué Cuba y Venezuela han acabado como han acabado.
Y han acabado así debido al intervencionismo estatal. Como reveló una investigación de Transparencia Internacional, el gobierno venezolano posee al menos 511 empresas, lo que da como resultado una proporción per cápita de empresas estatales que es más de tres veces mayor que la de todos los países escandinavos combinados. Y ese es el modelo que persigue el nuevo PSOE: el modelo es Venezuela y no es Noruega.
Pero ese modelo no funciona. Más de 9,3 millones de venezolanos pasan hambre, un tercio de la población. La ONU avisa de que siete millones de venezolanos necesitan asistencia humanitaria urgente. El Programa Mundial de Alimentos informa que el 59% de los hogares en Venezuela no tienen ingresos suficientes para comprar comida. Más de 7,7 millones de personas han salido de Venezuela, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Casi equivale a toda la población de Cataluña. Y es el país con más muertes por causas violentas del mundo, según Amnistía Internacional, una organización que no es de derechas precisamente.
Querida amiga, Pedro Sánchez está más cerca de Venezuela que Noruega. Por eso se negó a recibir a Juan Guaidó en su gira por Europa. Por eso destituyó al embajador español en Caracas. Por eso invitó a Leopoldo López a abandonar la embajada española, donde llevaba alojado varios meses por motivos de seguridad. Ahora que las imágenes prueban que Ábalos y Koldo recibieron a Delcy Rodríguez, la vicepresidenta de Venezuela, aquella noche en Barajas de la que Koldo «no puede hablar ni muerto,» ¿ Vas a seguir diciendo que el proyecto del PSOE se parece más al de Noruega que al de Venezuela?
¿Sabes lo que realmente nos conecta con Venezuela? El populismo. El sentimentalismo ramplón. La falta de argumentos. La persecución al disidente. La polarización. En las épocas de crisis, conflicto y confusión, suele surgir un salvador mesiánico y populista. Ya nos decía Weber que al hombre fuerte y carismático siempre se le percibe como un atractivo electoral debido a la falta de credibilidad de las instituciones. Pero luego el hombre fuerte y carismático, el líder mesiánico, todavía debilita más la instituciones, y todo se acaba convirtiendo en una espiral autoreferente.
La amarga verdad es que la importación del populismo latinoamericano nos trae muchas cosas, pero ninguna buena. Mucha labia, mucha emoción, mucho sentimiento, mucha promesa hueca… mucha pobreza. Y que, si mañana dice que se queda, no tendremos una socialdemocracia a la noruega. Tendremos un populismo a la latinoamericana.
