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Ayuno intermitente: siete señales de que necesitas probarlo ya para adelgazar

El ayuno intermitente es ideal para cierto tipo de personas, y quizá lo sea para ti si te sientes identificado con las señales que te decimos a continuación

Ayuno intermitente: siete señales de que necesitas probarlo ya para adelgazar

Una mujer comiendo una ensalada | Unsplash

Con la entrada del nuevo año, muchas personas se plantean seriamente adelgazar y algunas piensan en intentarlo con el ayuno intermitente. Quizá porque, en los últimos años, se ha convertido en uno de los modelos de alimentación más famosos. Cada día, de hecho, son más las personas que se suman a seguir este patrón alimentario, que consiste en no ingerir ningún alimento durante determinadas horas del día.

Aunque hay opiniones controvertidas, como en casi todo, lo cierto es que se ha comprobado que el ayuno intermitente tiene numerosos beneficios para la salud y para adelgazar, siempre y cuando lo hagamos bien y no nos pasemos en las horas de ventana alimentaria.

Este patrón no funciona para todo tipo de personas y, a su vez, es ideal para muchas otras, ya que les permite perder peso de manera eficiente y mantener unos buenos hábitos alimentarios de ahí en adelante. Si tienes dudas acerca del ayuno intermitente y/o no sabes si es para ti, sigue leyendo.

Señales de que necesitas empezar con el ayuno intermitente

Obviamente, quien necesita adelgazar lo sabe. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que a uno le sobran unos kilos. Pero ¿por qué elegir el ayuno intermitente y no una dieta convencional? ¿Y qué sucede si ya hemos probado decenas de regímenes pero vemos que no funcionan? ¿Por qué este ayuno sí lo iba a hacer?

Como hemos dicho anteriormente, el ayuno intermitente es ideal para cierto tipo de personas, y quizá lo sea para ti si te sientes identificado con los siguientes puntos:

1) No puedes controlar tu peso

Si sientes que no eres capaz de controlar tu peso, que cuando adelgazas lo vuelves a recuperar enseguida, que de repente engordas sin motivo… y todo eso te lleva a desesperarte, es posible que sea buena idea que pruebes con el ayuno intermitente. Quizá sería inteligente comenzar con una prueba de un mes. ¿Que funciona? Pues seguimos. ¿Que no? Pues abortamos plan y a otra cosa.

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2) Te resulta difícil seguir una dieta

Uno de los puntos fuertes del ayuno intermitente es que es menos restrictivo que las dietas. Obviamente, no deberías hincharte a bollos en las horas de ventana alimentaria, pero no tienes por qué vigilar tanto las calorías ni las cantidades, siempre y cuando comas de manera ‘normal’.

Es decir, si, por ejemplo, sigues el ayuno 16:8, que es el más conocido y seguido, simplemente debes preocuparte de no ingerir nada más que agua (o infusiones, café solo…) durante 16 horas al día y comer en las 8 restantes. Esto es, puedes cenar a las 22 horas de la noche y no ingerir nada sólido hasta las 14 horas del día siguiente.

Al principio puede que te cueste, pero una vez acostumbras al cuerpo a comer a determinados horarios, te será muy fácil. Es decir, con el ayuno intermitente solo deberás preocuparte de cumplir con el horario y no tanto del peso o calorías de los alimentos.

3) Sueles abandonar las dietas

Relacionado con el punto anterior, tenemos que otro de los puntos fuertes del ayuno intermitente, y que lo hace tan famoso en todo el mundo, es que no conlleva apenas esfuerzo, por lo que es complicado que uno acabe abandonando el plan que se ha propuesto, como sí sucede con dietas demasiado restrictivas.

Así que si sueles abandonar los regímenes que te propones a los pocos días o semanas de empezarlos, es posible que este patrón alimentario sea para ti.

4) Te sientes cansado todo el tiempo

Si duermes mal, te sientes cansado o distraído últimamente, el ayuno intermitente puede que sea para ti, ya que se cree que potencia nuestra capacidad de atención, ya que entramos en ‘modo cazador’, lo que nos hace estar más alerta a lo que nos rodea y, por tanto, más animados y enérgicos.

El cansancio y la fatiga pueden esconder una enfermedad grave. Unsplash

5) Siempre te ha costado adelgazar

Otro de los puntos fuertes de este patrón es que se ha demostrado que acelera el metabolismo del 3,6 al 14%, tal y como han comprobado varios estudios. Además, modifica los niveles hormonales para facilitar la quema de grasa, como aumentar la liberación de noradrenalina, una hormona que facilita la pérdida de peso.

6) No quieres perder masa muscular

Con el ayuno intermitente no perderás tanta masa muscular como la causada por dietas demasiado restrictivas, tal y como demostró otra investigación.

Además, al no restringir las cantidades y sí los horarios, puedes hacer ejercicio de forma normal. Es decir, no es lo mismo querer correr una hora con una dieta hipocalórica que con una normal a la que simplemente se le ha recortado el horario de ventana alimentaria.

7) Quieres empezar a comer mejor

El ayuno intermitente, por sí solo, no funciona si no mejoras tus hábitos alimenticios. Es decir, de nada sirve que rompas el ayuno a las 14 horas con un plato de pasta y salchichas. Pero lo bueno de este patrón es que no te dice qué debes o no comer, simplemente que lo hagas de forma sana.

Y ya sabes lo que es eso: verduras, legumbres, frutos secos, grasas buenas (aceite de oliva), huevos, carne blanca, pescado… Y ceñirte a llevar una alimentación sana siempre es buena idea, incluso si acabas abandonando el ayuno intermitente.

legumbres
Menestra de verduras. | Gtres

Tres claves para que el ayuno intermitente sea un éxito

Ahora veamos qué factores hemos de tener en cuenta para que nuestro ayuno intermitente sea un éxito y no lo abandonemos nada más comenzarlo:

  • Adaptarnos al plan: debemos tener paciencia, pues si, por ejemplo, estamos acostumbrados a desayunar y de pronto dejamos de hacerlo o nos enfrentamos al día con un café solo (sin azúcar ni leche), sentiremos que nos falta algo y pasaremos algo de hambre. Es normal y por ello hay que tener paciencia. Una vez que hayas cogido el hábito, verás que te sientes mucho mejor y el cuerpo no te pedirá comida en las horas de ayuno elegidas.
  • Comer bien en las horas permitidas: obviamente, nada de esto tendrá sentido si en la ventana de alimentación te hinchas a procesados o no comes equilibrado.
  • No obsesionarte con las calorías: aunque toda caloría cuenta, no debes obsesionarte y sí comer con normalidad, equilibrado y sano en las horas en las que no ayunas.

El ayuno intermitente es una práctica que, obviamente, también genera una serie contras, pues puede provocar sensación de hambre, mareos, dolores de cabeza, dificultad para mantener la concentración, alteración en la absorción de medicamentos, déficit de nutrientes e incluso trastornos de la conducta alimentaria. No obstante, a mucha gente le funciona, así que si te animas, consulta con un especialista para que te prepare un plan adecuado a tus necesidades.

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