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Las siete claves para saber si sufres autoabandono y no lo sabes

Relegar la toma de decisiones en terceras personas o el exceso de autoexigencia son algunos de los síntomas

Las siete claves para saber si sufres autoabandono y no lo sabes

Una mujer sentada en el suelo | Joice Kelly (Unsplash)

La desconexión con uno mismo, descuidando las necesidades, obviando las emociones, los valores y las identidades es algo que cuesta reconocer. Sin embargo, este «autoabandono» aparece con mucha frecuencia. Es cierto que este abandono no puede ser en un sentido físico, ya que siempre estamos con nosotros mismos, pero es posible dejarnos de lado hasta el punto de hacer que sean terceras personas las que tomen las decisiones importantes por nosotros.

Este tipo de «personalidad» o forma de actuar suele tener su origen en la infancia o la adolescencia. Por ejemplo, crecer en un entorno disfuncional y frío emocionalmente suele convertir a las personas en desapegadas de sí mismas. Esto tiene un impacto muy alto en la salud mental y puede reconocerse de diferentes formas.

Cómo aparece el autoabandono

Echar siempre la culpa a terceras personas de la falta de rendimiento o de felicidad. Estar siempre ahí para las personas cuando te necesitan, independientemente de cómo te sientas tú o de cómo te afecte. Paliar la ansiedad o el estrés bebiendo alcohol o saliendo de fiesta en vez de lidiar con lo que ocurre.

Todo esto son síntomas claros de cómo las personas se dejan de lado a sí mismas; el autoabandono es sinónimo de ignorar por completo los sentimientos o experiencias internas. Esto puede provocar situaciones como que supeditemos en los demás nuestra valía o autoestima, o incluso terminar siendo personas complacientes sin ningún tipo de autoridad.

No hacer caso a las necesidades da lugar a perderse a sí mismo, dando lugar incluso a malestares físicos como sintomatización del malestar mental. Estas son algunas dinámicas que suelen indicar este desapego interno.

Culpar a los demás de tu infelicidad

Aunque hay factores externos que siempre van a influir, en última instancia la responsabilidad de tu bienestar y felicidad está en ti mismo. Dejar de culpar a terceras personas de todo lo que va mal y empezar a tomar conciencia de cómo podemos hacer las cosas es fundamental.

La autoconciencia emocional

La Universidad de Carolina del Norte ha realizado una investigación en la que destaca la importancia de la autoconciencia para tener bienestar psicológico. Es decir, poder conectar y comprender nuestros pensamientos y emociones es lo que permite tener más control sobre nuestras vidas. Por tanto, además, ayudará a ser más felices en cualquier ámbito de la vida.

El autoabandono, sin embargo, supone dejar de lado la responsabilidad sobre las emociones y sentimientos. Es esperar que sean las personas de nuestro entorno quienes nos den calma, que validen lo que sentimos o que llenen los vacíos.

Ser incapaz de poner límites

Los límites suponen una especie de barrera psicológica que levantamos ante los demás para preservar nuestro bienestar. Además, suponen una información que es necesario aportar a las personas que nos rodean. Establecerlos supone tener una comunicación abierta y asertiva, algo que, obviamente, no siempre es fácil.

Quienes presentan ese descuido o desapego hacia sí mismos suelen también ser incapaces de decir «no» ante cualquier cosa, sea lo que sea. Suelen dejarse llevar, acceder a todo, aceptarlo y avanzar con la corriente solo por inercia. Todo ello es por la incapacidad de salvaguardar las necesidades propias.

Una mujer sentada en hojas de árboles.
Una mujer sentada en hojas de árboles. Foto: Pixabay

Vivir constantemente evitando

Esto supone negar los problemas que aparecen, incluso cuando afectan al bienestar mental o emocional. Estar constantemente usando mecanismos de escape lleva a vivir en la procrastinación, no admitir lo que está haciendo daño y quedarse atrapado en el inmovilismo. Este estilo de vida lleva estar siempre en un estado de frustración.

No pensar en lo que está haciendo daño y buscar distracciones constantes

Desconectar viendo series, leyendo o quedando con amigos es algo que hace todo el mundo, sobre todo después de un día largo o estresante. No obstante, hay personas que acuden a cualquier distracción de forma continuada para evitar ser conscientes de cómo se están sintiendo en realidad.

Un ejemplo es volcarse en la comida, que suele ser común entre quienes sufren ansiedad. Ir de compras, estar todo el día jugando a videojuegos o beber en exceso.

Exceso de autoexigencia

El autoabandono te puede llevar a ser tu peor enemigo: no valorarte, no apreciar tus logros y ser cada vez más crítico contigo mismo. Además, suele aparecer una autoexigencia que impide cometer cualquier fallo, presionándote y llevando incluso a cuadros de ansiedad.

Estar rumiando dudas de forma constante

Las personas que presentan autoabandono suelen estar siempre dándole vueltas a pensamientos que solo alimentan las dudas y hace que se restan valía. Esto provoca dejar de confiar en la intuición, en la experiencia adquirida e incluso en los instintos, incluso si los demás no te ven a sí.

Ocultas partes de ti mismo

Dudar tanto de uno mismo lleva a ocultar esas partes en las que más brillas o destacas debido al miedo a la crítica ajena, a los juicios y a los comentarios que puedan hacer de ti.

Actuar en disonancia con tus valores

No vivir de acuerdo a los valores es algo muy difícil. En ocasiones, se hace solo porque, sin darte cuenta, te vas moviendo según los valores de las personas de tu entorno, aunque no coincidan con los tuyos. Te dejas guiar por los demás y te condicionan en cualquier ámbito, lo que también lleva a una vida marcada por la insatisfacción y la infelicidad.

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