'No te preocupes querida': Olivia Wilde se rodea de polémica con una ambición fallida
La directora de la divertidísima ‘Súper empollonas’ no convence con su última y controvertida creación, en la que cuenta, eso sí, con magníficos actores
Fotograma de 'No te preocupes de vida'. | Warner
«Hemos intentado ser provocativos y creo que lo hemos conseguido». Lo decía Olivia Wilde en una entrevista reciente en la que presentaba su última –y controvertida, por distintos motivos– película, No te preocupes querida. Y es que la polémica ha rodeado a la última creación de la directora de Súper empollonas (Booksmart) desde antes, incluso, de poder verla en salas.
La película, estrenada durante el pasado Festival de Venecia en mitad de los rumores –escupitajos mediante– de las desavenencias entre Wilde y la coprotagonista, Florence Pugh, está en nuestras carteleras desde el pasado 23 de septiembre. Su directora, inmersa en una gira internacional de promoción, ha tenido, incluso, que salir a desmentir estos rumores. Unas habladurías, que sin duda, han empañado el estreno de la que –parecía– iba a ser una de las películas del año. Pero, ¿qué cuenta No te preocupes querida?
Esta suerte de distopía feminista narra la historia de Alice (Pugh) y Jack (Harry Styles), una pareja que tiene la suerte de vivir en la comunidad idealizada de Victoria, una ciudad experimental de la compañía de mismo nombre. Un lugar en mitad del desierto donde los hombres que trabajan para el Proyecto Victoria, de alto secreto, viven con sus familias. La película nos sitúa –supuestamente– en la década de los años 50 y las mujeres, claro, se dedican a criar a los niños y a mantener sus hogares limpios y a sus maridos felices. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? Parece que para algunos más que para otros.
Todo aquello lo dirige Frank (Chris Pine), todo un visionario corporativo y coach motivacional. Sin embargo, al poco tiempo empiezan a multiplicarse las grietas en su idílica vida, exponiendo destellos de algo mucho más siniestro que se esconde bajo la atractiva fachada de este mundo ideal.
Mucho ruido y pocas nueces
No te preocupes querida es la segunda película de Olivia Wilde. En 2019, esta famosa actriz –saltó a la palestra, especialmente, por su participación en la serie adolescente The O.C.– nos deleitó con una película pequeñita pero matona: Súper empollonas, una comedia teen que, si bien venía del indie, logró un éxito notable. Era el principio de su carrera como realizadora, y el inicio no pudo ser más prometedor. Crítica y público alabaron esta propuesta de cinta coming-of-age que, además, nos regalaba un giro inteligente.
Las expectativas eran altas y la ambición, probablemente, desmedida. Tal vez por eso, Wilde pasó de una pequeña película independiente a un mastodonte de estreno global. Y el experimento ha terminado siendo mejorable.
El guion, obra de Katie Silberman y Carey Wayne Van Dyke, es previsible y simplista. Desde el comienzo del metraje se hace más que evidente que todo lo que estás viendo no puede ser real, por lo que la incógnita central del argumento acaba diluyéndose. Una especie de Show de Truman venido a menos.
La ejecución de esta historia, que es el trabajo de Wilde, es correcto. Una directora joven al cargo de un proyecto de estas dimensiones no es algo común en la industria, y ese apartado lo aprueba con nota.
Los actores están generalmente bien, con una sobresaliente Florence Pugh, y también con buenas interpretaciones de la propia Wilde –un personaje totalmente opuesto a lo que es ella en la realidad– y de Harry Styles, que se estrena como actor y lo hace con soltura. La banda sonora, que sirve para situarnos en esos idílicos años 50, está repleta de temas de Ray Charles, Ella Fitzgerald y otras estrellas de la época. Una delicia.
En cuanto al mensaje, obviamente feminista, tiene una clara lectura política. Algo que, sin duda, su combativa directora ha buscado plasmar en la obra. En tiempos de Giorgia Meloni y otras realidades cercanas –para unos– a una distopía acechante, las conclusiones sobre una más que probable regresión son evidentes. No obstante, No te preocupes querida logra navegar por estas aguas sin ser demasiado explícita en sus intenciones.
No te preocupes querida, en definitiva, funciona como entretenimiento. Un entretenimiento que Olivia Wilde se empeña en denostar en cada entrevista que concede a la prensa pero que, paradójicamente, salva su segunda película. Una cinta que, polémicas aparte, ha pecado de una ambición desmedida… y, desgraciadamente, fallida.
