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Economía

Unidad Editorial y Secuoya reactivan la venta de sus TDT ante el riesgo de quedarse sin licencias

Temen movimientos del Gobierno y de los reguladores por no cumplir con su compromiso de explotar con sus propios recursos las frecuencias adjudicadas

Unidad Editorial y Secuoya reactivan la venta de sus TDT ante el riesgo de quedarse sin licencias

Raúl Berdonés, presidente del Grupo Secuoya, matriz del canal de TDT Ten. | Eduardo Parra (Europa Press)

Unidad Editorial y Secuoya trabajan a marchas forzadas para encontrar un comprador para sus licencias de Televisión Digital Terrestre (TDT) y firmar su venta antes de que termine el próximo año 2023. Según ha confirmado THE OBJECTIVE con diferentes fuentes del sector, la urgencia por cerrar estas operaciones pasa por el creciente riesgo de que las dos compañías pierdan sus licencias en los próximos meses por no cumplir con el compromiso de explotar con sus propios recursos estas frecuencias adjudicadas en concurso público.

Este diario ha podido saber que empiezan a producirse movimientos en el Gobierno y en los organismos reguladores para analizar las denuncias de algunas voces que creen que estas compañías han incumplido los compromisos que asumieron cuando les adjudicaron las licencias, en especial el de producir con recursos propios las televisiones adjudicadas. Una situación que sería causal para la retirada de estas frecuencias.

Por otro lado, este periódico ha podido constatar que desde hace meses se barrunta en La Moncloa la posibilidad de realizar un nuevo concurso público para adjudicar, a medios afines, estas licencias de TDT una vez que se liberen. Desde Felipe González, todos los presidentes de la Democracia –José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy– han adjudicado canales de televisión a empresas privadas, una oportunidad que no quiere dejar pasar el equipo de Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez intervino en el 20º aniversario de la fundación de UTECA (Unión de Televisiones Comerciales Asociadas) en noviembre de 2018. Desde entonces no ha vuelto a reunirse en un acto público con la patronal de las televisiones privadas en abierto. | Europa Press

TDT de Unidad Editorial

El actual Ejecutivo termina su mandato a finales de 2023 y las primeras licencias de TDT expiran en 2025, lo que hace prever que el Gobierno podría acelerar la retirada de estas licencias durante el próximo año, o al menos preparar el terreno para realizar este movimiento en un eventual nuevo mandato. Las dudas pasan porque este movimiento podría ser en falso si es que PP llega al Gobierno, lo que dejaría esta eventual adjudicación en manos del adversario político.

En el año 2000 y bajo el Gobierno de José María Aznar, Unidad Editorial y Vocento recibieron sus primeras licencias. Posteriormente, en 2005 José Luis Rodríguez Zapatero lanzó la TDT con nuevas frecuencias para estos grupos y entregó otras tantas a Atresmedia, Mediaset y Cuatro. En 2012, ya con Mariano Rajoy La Sexta recibió otras dos y en 2015 -también con el Gobierno del Partido Popular (PP)- se entregaron licencias a Real Madrid TV, Trece, Secuoya, Kiss Media y nuevamente a Atresmedia y Mediaset

Respecto de la retirada de licencias, la clave está en demostrar que las cadenas de TDT han incumplido la legislación al no gestionar directamente sus canales. Unidad Editorial tiene cedidas sus frecuencias a Mediapro para producir Gol TV y a Discovery para realizar DMax y los dos contratos están firmados bajo la modalidad de «encargo de producción» para eludir la obligatoriedad de producir su propia parrilla. Lo mismo pasa con Secuoya que cedió en 2020 la explotación de su canal Ten también a Mediapro.

Venta de las TDT de Vocento

Las cadenas se defienden indicando que simplemente externalizan su producción a las majors y que la propiedad y la gestión de la cadena sigue realizándose por sus propios medios. Sin embargo, en parte del Gobierno y de los reguladores se considera que se trata de un alquiler mediante el pago de un arrendamiento y que libera a los adjudicatarios de la licencia de cualquier tipo de responsabilidad.

De hecho, las fuentes consultadas por este diario indican que en estos momentos se paga una media de dos a tres millones al año por el alquiler de estas frecuencias, un dinero que entra directamente a las arcas de Unidad Editorial. En el caso de Vocento vendió a finales del año pasado sus dos canales de TDT y la productora Veralia al grupo Squirrel Media por 18 millones de euros.

Squirrel compró los canales con el compromiso de realizar producción propia y de gestionar sus propias licencias, pero un año después sigue manteniendo los mismos alquileres de Vocento: Disney Channel y Paramount Network, a los que además compró sus participaciones accionariales en Net TV, la sociedad adjudicataria de las licencias. Y no hay noticias de que quieran tomar las riendas de la programación de sus canales.

Nueva Ley Audiovisual

En 2010 se flexibilizaron las condiciones para la entrada de nuevos actores a participar en estas licencias, lo que ha permitido cierto margen a las cadenas en la última década. Aunque hasta la fecha no se había producido ninguna arremetida para intentar hacer valer el espíritu de la ley de concesiones públicas y de un espectro radioeléctrico (el objeto de la concesión) que en definitiva depende del Estado.

La primera fecha límite es 2025, año en el que expira la concesión de las primeras licencias de TDT concedidas. Unidad Editorial y Net TV -actualmente en manos de Squirrel- se enfrentarían a una segunda renovación tras una primera concesión de diez años y una segunda de quince (tras la nueva normativa que alargó el periodo de vida de estas concesiones). En el caso de Secuoya, Kiss Media o Trece, sus licencias expiran en 2030 -fueron concedidas en 2015-, aunque si se produce una retirada de licencias a las primeras sentará precedente para las segundas.

Por otro lado, la nueva ley audiovisual establece que las concesiones ya no se renuevan de forma automática si el espectro radioeléctrico está agotado y es necesario liberarlo para otros fines. Del mismo modo, si hubiese alguna compañía interesada en tener licencias de TDT, se tendría que abrir un nuevo concurso para adjudicar estas frecuencias y los actuales tenedores deberían volver a participar en un proceso de adjudicación pública.

Escudo antiopas

Un panorama nada favorable que obliga a las cadenas que alquilan sus frecuencias a buscar un comprador antes de que se active este proceso. En el caso de Unidad Editorial ha reactivado la venta de sus frecuencias con un precio similar al proceso que se enfrió hace más de un año, tras la venta de Vocento a Squirrel. El editor de El Mundo quiere al menos 2o millones para ceder sus canales de TDT y para ello lleva semanas contactando con potenciales inversores, aunque de momento sin éxito.

Secuoya pide unos 12 millones por su frecuencia y tampoco ha logrado encontrar un comprador. A favor de estos dos procesos de venta de TDT juega que ya se ha autorizado una venta, la de Vocento a Squirrel, lo que sienta un precedente de que el Ejecutivo no se opone a este tipo de operaciones.

Sin embargo, en contra juega el alto precio que se pide y el escaso interés de inversores industriales españoles en participar en el proceso. Tampoco juega a favor el decreto antiopas del Gobierno, que deja en manos del Ejecutivo la entrada de inversores extranjeros en empresas estratégicas. Sucede así porque son precisamente empresas extranjeras y majors las que podrían estar más interesadas en entrar en un proceso de estas características.

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