BBVA calcula que la rentabilidad de su banco turco se hunda a la mitad este año
La filial otomana se marca como objetivo para el nuevo curso alcanzar un retorno sobre el capital del 28%, frente al 51% alcanzado en 2022
BBVA no es muy optimista sobre el comportamiento que tendrá su banco turco Garanti este año, después de que su evolución haya sido mucho mejor en 2022. La filial se ha marcado como objetivo para el presente ejercicio un retorno sobre recursos propios de al menos el 28%, según ha podido saber THE OBJECTIVE. Este nivel contrasta con el 51% cosechado en los últimos doce meses, por lo que caerá casi a la mitad.
La rentabilidad de Garanti es clave para que BBVA vaya recuperando la inversión de 9.000 millones de euros realizada desde que desembarcó en el país del Bósforo, incluidos los 1.400 millones desembolsados el pasado mayo para alcanzar el 86% de su capital. Y también para minimizar el impacto que está teniendo en las cuentas del grupo la contabilización del negocio bajo el criterio de hiperinflación. La economía otomana arrastra una subida de precios superior que ha llegado a superar el 80%.
Debido a este factor, BBVA dejó de anotarse en 2o22 con Garanti unas ganancias de casi 1.500 millones, que si se unen al agujero de Argentina, el importe iguala los beneficios que logró la entidad en España. La franquicia turca, tras este impacto, aportó a los resultados globales 509 millones de euros, el decir, el 8% del total.
Peor evolución de casi todas las variables de Garanti BBVA
Para el nuevo curso las expectativas son peores, al menos las que maneja el propio BBVA. Esto se deberá a que prácticamente todas las variables, en función de las previsiones, irán para abajo. Tan solo el grupo confía en que Garanti mejore el coste del riesgo, el parámetro que mide las provisiones por impagos. El resto, como son la concesión de préstamos o el crecimientos de los ingresos por comisiones, no alcanzarán las cifras de 2o22.
El consenso de los analistas coincide con la visión de BBVA sobre el el comportamiento de Garanti. Así, los expertos del mercado calculan que la filial del grupo español contribuirá con unos beneficios en 2023 de unos 350 millones, lo que supone un 31% menor respecto al resultado de 2022.
Debido a este mayor pesimismo, la evolución en Bolsa de la franquicia turca de BBVA se ha desplomado en lo que llevamos de año. Sin contar con las caídas experimentadas en las dos últimas jornadas como consecuencia del terremoto sufrido el lunes, desde principios de enero la cotización ha perdido más de un 21%. Sumando el impacto del seísmo, el desplome alcanza casi el 30%.
Eso sí, hay que resaltar que los títulos de Garanti están mermando sustancialmente su valor después del rally alcista vivido desde que BBVA anunció en otoño de 2021 el refuerzo de su participación con el lanzamiento de una oferta pública (OPA) y, sobre todo, desde mayo, cuando esta operación culminó.
La cúpula de BBVA analiza las consecuencias que tendrá el terremoto, aunque en las últimos horas los esfuerzos del grupo se están centrando en la canalización de ayudas para los afectados por la tragedia.
El grupo que preside Carlos Torres confía que en que, en el medio plazo, su filial turca remonte por completo, una vez la economía del país haya puesto fin a sus desequilibrios más relevantes. Hasta entonces, y para anticiparse a los acontecimientos, ha puesto en marcha distintas medidas.
Así, BBVA ha protegido toda la inversión ampliando las coberturas ya existentes y ha extremado la vigilancia a través de un análisis más exhaustivo y temprano del desarrollo de la economía y los efectos que pudiera tener sobre la filial.
De igual manera, ha acelerado la limpieza del balance de Garanti. Ha vendido de activos morosos a fondos y reducido así el lastre que estos suponen. En otoño se desprendió de dos nuevas carteras de préstamos deteriorados, con el fin de incrementar la rentabilidad.
El BCE, desde hace tiempo, viene advirtiendo a BBVA de los riesgos que asume por su aventura turca, pero en ningún momento se ha opuesto a que aumente su participación. Las alertas se encendieron en el supervisor tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia por los lazos del régimen de Estambul con el Kremlin de Vladimir Putin.