La rebaja de la jornada laboral dinamita la creación de empleo del Gobierno para 2024
La elasticidad respecto a los costes laborales se llevaría por delante un 1,4% del nuevo trabajo en España
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se aplauden por el acuerdo de Gobierno alcanzado, a la espera del apoyo de Carles Puigdemont. | Europa Press
El pacto de Gobierno sellado este martes por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, y que concierne a la rebaja de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, no parece que vaya a ser la panacea, a tenor de lo que diferentes estudios económicos señalan. Precisamente, este miércoles, el Observatorio Económico de la Universidad de Francisco de Vitoria se detenía en este punto, detallando el efecto que la elasticidad puede tener sobre los costes laborales, provocando en consecuencia una reducción del empleo.
Así lo explica para THE OBJECTIVE José María Rotellar, director de este Observatorio del que forman parte Pedro Schwartz, Francisco Cabrillo, Jaime García-Legaz, Gregorio Izquierdo, Fernando Merry del Val y Pedro Cortiñas.
Rotellar aclara que, en la actualidad, «la elasticidad del empleo respecto a los costes laborales es de 0,3% en valores absolutos; de manera que, con una reducción de la jornada equivalente a 2,5 horas semanales -de 40 horas a 37,5 horas-, la disminución de la jornada laboral es del 6,3%. Pues bien, aplicada esa elasticidad, esto puede llevar a una merma en el empleo del 1,8%».
Pero vamos a quedarnos en 2024, cuando está previsto que esa reducción gradual de la jornada laboral se quede en 38,5 horas. Entonces -apunta-, «el efecto en el empleo podría llegar a ser de una reducción del 1,1%. Y esto quiere decir que, si en el plan presupuestario que el Gobierno ha enviado a Bruselas se estima un crecimiento del empleo a tiempo completo del 1,4% para 2024, con estos cálculos de la elasticidad, esta medida de reducción de la jornada laboral sencillamente eliminará, en la práctica, cualquier crecimiento del empleo en 2024, anulando de este modo ese 1,4% de crecimiento previsto».
La elasticidad de una variable respecto a otra mide cuánto cambia una variable al cambiar la otra en una unidad. En este caso, son inversas: si suben los costes laborales, baja el empleo. Por tanto, una elasticidad del empleo respecto a la demanda de 0,3, en valores absolutos, quiere decir que por cada unidad que suben los costes laborales, el empleo baja 0,3 unidades.
La asignatura pendiente de la productividad
El acuerdo entre PSOE y Sumar en materia laboral, sin contar otras decisiones fiscales, llega en un momento en el que España sigue a la cola y con las peores tasas de desempleo de toda la UE -es el segundo país con mayor desempleo juvenil-, no habiendo recuperado todavía el número de horas trabajadas respecto a la etapa precovid. Además, tal y como explica el economista Javier García Arenas, de Caixa Bank Research, si nos centramos en la productividad aparente del trabajo de España, podemos decir que su crecimiento promedio entre 2014 y 2022, en términos reales, fue del 0,3%. Es decir, un 0,9% menos que el conjunto de la UE, lo que subraya los malos datos de productividad de nuestro país.
El presidente de la Confederación Empresarial de Madrid-CEIM (CEOE), Miguel Garrido, también ha querido analizar las consecuencias de este acuerdo político que, en todo caso, necesitaría el respaldo del Parlamento.
Para Garrido, es evidente que la reducción generalizada de la jornada laboral puede acarrear un impacto negativo en ciertos sectores productivos de la economía, cuestión por la que reclama diálogo con los interesados. Y sobre todo -remarca-, hay que tener en cuenta «la situación de cada sector, de cada empresa, de cada territorio» y no plantear una medida de «forma generalizada, indiscriminada».
La productividad, sin duda, es uno de los efectos negativos del anuncio de las fuerzas de izquierdas. En su opinión, adelanta Miguel Garrido, «la productividad depende de muchos factores y, desde luego, uno de ellos, sin ninguna duda, son los costes y, entre otros, los costes laborales que tienen un peso importante, especialmente en algún tipo de empresas, no en todas. Por lo tanto -apunta-, el que se incremente de manera directa proporcionalmente a la reducción de la jornada en 6,25% el coste salarial, eso, si no va acompañado de otras medidas, evidentemente acabará restando productividad a las empresas y, por lo tanto, dejarán de ser competitivas», argumenta.
«España tiene un problemón»
Por otra parte, Garrido también ha lamentado que el Gobierno no haya informado a los empresarios de estas intenciones, tras más de dos años de negociación para la reforma laboral, porque -precisa-, «este tema no se ha hablado, no se ha evaluado, no se nos ha pedido a nosotros algún informe que aportara qué consecuencias podía tener en determinados sectores, en determinadas empresas, en las pymes y en los autónomos, especialmente».
El economista Javier Santacruz también es de la opinión de que el acuerdo laboral de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz no traerá otra cosa que caída de la productividad española, estrangulamiento de las empresas y crecimiento de la economía sumergida, cuando las empresas no puedan asumir esos costes, lo que puede dar lugar a contratos más parciales si cabe de los de ahora. Porque -describe- «el mayor fraude de la economía oficial y de las actuales estadísticas no está tanto en los fijos discontinuos, sino en el indefinido a tiempo completo, quien antes podía tener un contrato de cinco o seis años, y ahora lo puede tener de un mes y poco».
José Carlos Díez, director de la cátedra Orfín, de la Universidad de Alcalá de Henares, también escudriñaba este miércoles en Twitter -ahora X- la reducción de la jornada laboral. Encargado de la ponencia económica del PSOE en 2017, durante el 39 Congreso del Partido, Díez sostiene que España tiene «un problemón de #productividad». Por lo que no entiende que a Pedro Sánchez y a Yolanda Díaz se les ocurra reducir horas trabajadas, PIB y renta disponible. «O es que se han apuntado a teorías neomalthusianas, o es preparan segundas elecciones», augura. «Gravísimo error de diagnóstico», sentencia.
El problema de la competitividad
Una vez anunciado el pacto de Gobierno PSOE-Sumar, y a propósito del acuerdo laboral, este martes, y con motivo de la clausura del XXVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, celebrado en el Palacio Euskalduna, en Bilbao, Andrés Sendagorta, presidente del IEF, afirmaba ante la prensa que la competitividad es la clave, labor que no es solo de los empresarios.
Sendagorta, que el lunes pidió una rebaja fiscal para poder subir el sueldo neto de los trabajadores -tal y como recogió THE OBJECTIVE-, advirtió de la importancia de mantener esa competitividad, que no es la que se da entre las empresas españolas, sino las que no mide con «Estados Unidos y Canadá». Por eso insistió en que en «habrá que ver caso por caso, y habrá que ver si quitar horas de la jornada laboral reduce la productividad».
José Luis Fernández Santillana, director responsable del Gabinete de Estudios de USO -Unión Sindical Obrera-, reflexiona para TO sobre una cuestión mollar. Y es que, según los datos de Eurostat, en estos momentos, la jornada media de España es de 36,5 horas, por debajo entonces de esas 37,5 horas que postulan Sánchez y Díaz.
Fernández Santillana, quien no duda de que esta medida llevará asociado un incremento de costes laborales e incremento de salario, mantiene, no obstante, que el anuncio de PSOE y Sumar, «parece más bien una declaración de intenciones, porque el Ejecutivo no puede arrogarse esa capacidad sin contar con el legislativo, ya que, en todo caso, esto deriva en tintes de un presidente del Gobierno que quiera tener triple poder, es decir, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, si me apuras. Y eso -apostilló-, no tiene que ver con una democracia sana».
