La irrupción del Gobierno en el consejo de Telefónica inquieta a Caixa y BBVA
La operadora presentará su plan estratégico el 8 de noviembre en el primer ‘Investor Day’ desde el año 2011
Telefónica está a punto de entrar en una de las semanas más decisivas de su historia reciente. La compañía presentará el 8 de noviembre su plan estratégico 2023-2025 en su primer Investor Day desde el año 2011 y con el estreno de su presidente José María Álvarez-Pallete en una cita de esta magnitud. Sin embargo, el interés del Gobierno en entrar en su accionariado para proteger su «españolidad» ante la arremetida de Saudi Telecom, ha quitado el foco de esta reunión y ha vuelto a poner a Caixa y a BBVA en alerta ante eventuales cambios accionariales.
Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que los dos principales accionistas españoles de Telefónica (con un 5% del capital cada uno) se han enterado por la prensa del interés del Ejecutivo de Pedro Sánchez de irrumpir en la operadora a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), una situación que no ha sido de su agrado, más aún si es que el Gobierno enarbola la bandera de la «españolidad» para poner en marcha este movimiento.
Si el interés es constituir un núcleo fuerte de empresas españolas no tiene sentido no contar con los dos únicos accionistas actualmente en el consejo, dicen. Del mismo modo, en algunas informaciones de prensa se ha sugerido que el Ejecutivo buscaba el apoyo de otras empresas españolas para que también entrasen en Telefónica, algo que por el momento no se ha conseguido, pero que tampoco está en conocimiento del resto de accionistas.
Consejo de Telefónica
De esta manera, oficialmente los planes del Gobierno solo eran conocidos por la SEPI -que confirmó oficialmente sus exploraciones el martes- lo que cubre de secretismo el movimiento. Algo que ya aconteció con el anuncio de Saudi Telecom el pasado 5 de septiembre, ya que ni la cúpula de la operadora, ni sus accionistas, ni el Gobierno conocían de primera mano su irrupción. O así al menos, no lo han dicho públicamente.
Dentro del consejo de administración vuelven a aparecer interrogantes. Ya expresaron sus dudas con la entrada de STC y el nivel de conocimiento que el presidente de la compañía, José María Álvarez Pallete, tenía de la operación. Y ahora con la confirmación de la SEPI tampoco hay certeza de que la cúpula de la compañía no estuviese al tanto de las intenciones del Gobierno. En este último caso, con el condicionante de la buena relación que el miembro del consejo, Javier de Paz, cultiva con Moncloa.
Las preocupaciones se trasladan también al encaje que podría tener la SEPI en el consejo de Telefónica y en su gobernanza. Un eventual 5% en el capital abre la puerta a que puedan tener un sillón, equiparando el representante que tienen BBVA y Caixa. A este habría que sumar el puesto que exigiría STC cuando el Gobierno apruebe su solicitud para subir hasta el 9,9% del capital y que podría convertirse en dos dependiendo de cómo se gestione su entrada.
Posición del Gobierno
No obstante, a diferencia de STC que ha dicho públicamente que su interés en Telefónica solamente es inversor y que no pasa por influir en la toma de decisiones, del Gobierno solo ha trascendido que quiere proteger los intereses estratégicos de España. Un objetivo amplio que deja muchos cabos sueltos y que abre incluso la puerta a una actitud beligerante como la que el Ejecutivo ha tenido en otras empresas participadas como Red Eléctrica, Indra, AENA o Enagás.
¿A quién apoyará el Gobierno en el consejo? ¿Intentará formar un núcleo de empresas españolas? ¿Se plegará a la hoja de ruta de Pallete y defenderá su posición? o, por el contrario, intentará construir un equipo directivo más acorde a sus intereses. Son demasiadas interrogantes que se plantean en el seno del consejo de administración.
En cualquier caso, y de confirmarse la entrada de la SEPI y la de STC, Pallete tendrá que hacer encaje de bolillos para unir todas las voluntades y situar a todos sus accionistas en sintonía con la hoja de ruta de la compañía. Una tarea nada fácil considerando las inquietudes que existen en estos momentos.
Telefónica y los inversores
Pero antes Pallete debe enfrentarse al Investor Day. La bolsa y los inversores son imprevisibles, pero los expertos creen que si hay una oportunidad de levantar su alicaída cotización bursátil, es ésta. Y Telefónica debe jugar todas sus cartas para aprovecharla, agregan. Telefónica ha perdido un 8,6% en bolsa desde que el pasado 20 de septiembre alcanzase los 4,09 euros y se encuentra exactamente al mismo precio que tenía cuando se anunció la entrada de Saudi Telecom en su accionariado (3,75 euros).
Por el momento, ni los anuncios de la compra de STC del 9,9% del capital, ni la eventual entrada de socios en su filial Tech, ni la inminencia de un plana de bajas incentivadas, ni la entrada del Gobierno han logrado hacer despertar la acción ni mejorar su cotización, más allá de subidas puntuales.
Plan estratégico
Es así como los analistas creen que Pallete y su equipo están ante una oportunidad única para mejorar la percepción de la compañía ante los analistas e inversores. Para ello deberá dar un golpe sobre la mesa y dejar muy clara su hoja de ruta respecto de temas clave como el recorte de plantilla, la reducción de la deuda y la monetización de sus negocios en Latinoamérica, que fueron sacados del perímetro de la sociedad en 2019 para intentar venderlos, pero todavía sin éxito.
También estará en el punto de mira el futuro de su negocio en España, donde se enfrentarán a nuevos competidores tras la compra de Vodafone por el fondo Zegona y a la previsible aprobación de la joint venture de Orange y MásMóvil antes de finales de año, que constituirá un gigante con más clientes que Telefónica.
Pero los analistas creen que Pallete debe ir más allá y clarificar la transformación de la compañía dejando claro cuál será el futuro de sus infraestructuras (principalmente su red de fibra óptica) y el de su filial Tech (que sondea la búsqueda de inversores). En definitiva, deberá trazar una hoja de ruta que vuelva a poner el foco de los inversores en la compañía y que se aleje de los movimientos accionariales que han empañado su día a día en los últimos dos meses.