El Gobierno tensa la relación con Repsol en un año clave para decidir sus inversiones verdes
La petrolera puso en juego un proyecto suyo de hidrógeno en España valorado en 200 millones de euros
El Gobierno tensa su relación con la petrolera Repsol tras el foro empresarial en la ciudad suiza de Davos. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, cargó el pasado jueves contra las declaraciones que hizo el CEO de la energética, Josu Jon Imaz, en una intervención donde pidió repensar el modelo de transición energética exponiendo algunos ejemplos de cómo esta era en muchas ocasiones ineficiente. Un discurso que es el que siempre se le ha solido escuchar al CEO de Repsol, pero que esta vez recibió una respuesta dura de la titular del ministerio.
«Está muy nerviosa y le ha faltado nivel institucional. Posiblemente piense que con el Parlamento y la dinámica actual no podrá sacar sus leyes», comentan para este periódico fuentes solventes del mundo energético vasco. Una realidad que se pudo observar tras la reacción del PNV al azote de Ribera. Así, después de la ministra calificase las palabras de Imaz de «negacionismo, retardimo y populismo», el partido jeltzale aseguró que la respuesta de la ministra había sido «desafortunada» y defendieron el compromiso de Repsol con la descarbonización.
Las declaraciones de la ministra llegan unos meses después de que la energética anunciase que revisaría algunas inversiones cuya decisión final de inversión no estuviese tomada. En concreto se refería a un electrolizador (la pieza clave para producir hidrógeno verde) de 100 megavatios de la refinería de Muskiz (Vizcaya) hasta que no haya claridad en torno al impuesto contra las energéticas y se despejen las incertidumbres regulatorias. Una inversión que supone 200 millones de euros. Este año 2024 será muy importante para energética para decidir sobre este tipo de proyectos. Otros países que pueden competir con España son Portugal, Francia y Estados Unidos.
Las declaraciones de Imaz
La participación de Imaz en uno de los paneles sirvió para conocer una vez más la postura del CEO de la petrolera sobre la transición energética. En cada foro y debate de los últimos meses ha llamado siempre la atención las opiniones de Imaz, que disienten de los postulados oficiales sobre cómo se debe hacer dicha transición. Así, de nuevo puso sobre la mesa el debate del vehículo eléctrico, que aseguró que no sería rentable en todos los sectores y abrió el debate de la transición en aquellos países que no tienen acceso fácil a la energía, poniendo como ejemplo a África.
De esta forma, y según argumentó el CEO de la compañía, las entidades financieras ya no quieren financiar proyectos de gas por considerase contaminantes y no cumplir con la taxonomía verde. Una realidad que provoca la siguiente paradoja: en aquellos países donde todavía no es fácil impulsar las energías renovables debido a su alto coste y donde tampoco es posible consumir gas porque esos proyectos ya no reciben financiación, acaban quemando carbón que es más barato, pero que contamina mucho más que el gas.
Inversiones en descarbonización
Según los datos de la energética, el año 2023 «ha supuesto una transformación de Repsol, con inversiones —entre enero y septiembre— de más de 4.600 millones (un 82% más que en 2022), principalmente, en proyectos bajos en carbono. El pasado año la compañía potenció los combustibles renovables y el hidrógeno verde, como pilares de su estrategia para reducir la huella de carbono».
Por otro lado, se puso en marcha nuestro primer electrolizador en Petronor y muy pronto comenzará a funcionar la primera planta de combustibles renovables de España en Cartagena (Murcia). La petrolera también ha anunciado la construcción de una segunda planta de combustibles renovables en Puertollano (Ciudad Real) y sostienen que se convertirán en la primera compañía que ofrecerá gasolina y diésel cien por cien renovable en estaciones de servicio tanto de España como de Portugal.
Por último, y según los datos oficiales de la compañía, el pasado año incrementaron la generación renovable en su portfolio, con la construcción de una cartera de 2.500 megavatios y un pipeline (conjunto de proyectos maduros) de 60.000 megavatios, tras sus adquisiciones en Estados Unidos y España. Sobre esto último cabe mencionar un movimiento que llevó a cabo la petrolera el pasado año, que puede servir de horizonte para interpretar la apuesta de la compañía por lo ‘verde’. De esta forma, el pasado año vendieron todos sus activos de gas y petróleo de Canadá.