THE OBJECTIVE
Cristina Casabón

Esa guapa gente de izquierdas

«No contábamos con que las nuevas generaciones de izquierdas iban a revelarse como los nuevos adalides de la moral puritana»

Opinión
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Esa guapa gente de izquierdas

EFE

A veces la España en sepia y hasta mi abuela me parecen más modernas que la izquierda que me ha tocado soportar. Tras la movida, la desmitologización de los homosexuales y de los trans, ya se daba por cerrada la revisión de la moralidad sexual y se consagraba la separación entre la intimidad y la vida pública. Todo aquel mundo de los armarios está ya superado desde hace una generación o dos. Liberados de códigos morales estrictos, la mujer se destapa poco a poco en las revistas de moda, en el cine. Pero no contábamos con que las nuevas generaciones de izquierdas iban a revelarse como los nuevos adalides de la moral puritana

Cuando la princesa del cine español, Marisol, salió en la portada de la Interviú se dispararon las ventas de 100.000 ejemplares a un millón. La revista no solo arrasaba por las portadas de mujeres en toples y los robados de esa guapa gente de izquierdas, también incluía unos reportajes de investigación cañeros sobre nuestra política. Era el momento del reporterismo y la crónica, del destape de la mujer y de la corrupción del PSOE. Victoria Abril, Lola Flores, Concha Velasco, Ana Obregón, Marta Sánchez, Anne Igartiburu o Belén Esteban fueron algunas de las protagonistas de Interviú, que fue durante cuarenta años una de las publicaciones claves en el fortalecimiento de la modernidad española, y de la democracia.

Leyendo las memorias eróticas de Umbral, en el capítulo ‘A la sombra de las muchachas rojas’ se aprecia bien el contraste de aquella izquierda. El feminismo ha pasado de ser liberador a censurar todas las mujeres que ejercen su libertad sexual. Todos los yeyés de los 60 que se enamoraron de Marisol asisten atónitos a este nuevo paradigma sexual que va por ahí poniendo rebequitas a esa guapa gente que enseña por ahí medio brazo. La historia del tardofranquismo y de la transición puede narrarse mediante el cine del destape y sus musas de la modernidad, pero ya no queda nada de ese cine de Almodóvar y después de la castración del cine van a por la prostitución, que tampoco se podrá ejercer libremente en España. 

Y menudas han sido las españolas, con esos aires de poderío, sobre todo en el ámbito cultural. Todo comienza con el escote de la Jurado en TVE que conmocionó a España. O quizás con el primer desnudo posfranquista de la actriz Maria José Goyanes que se revela contra medio siglo de «salmantino luto». Hoy los líderes de la izquierda están parando en seco a las mujeres que ellos contribuyeron a destapar. Era otra época. Había una izquierda de mucho voltaje sexual, de proposición, anécdota sexual y y categoría.

Ahora que la mayoría del electorado asocia irremediablemente las gambas de Huelva y los puticlubs con el socialismo, los de la PSOE van de castos y se dedican a llenar la vida de los españoles de complicaciones éticas, obstáculos y problemática municipal. Además le han cogido gusto a lo de prohibir cosas. Es el momento de la contrarrevolución, de entrevistarse con el papa Francisco, que ya conoce a medio gobierno (Dios nunca abandona a un buen marxista). ¿Donde ha quedado esa guapa gente de izquierdas, la del desnudo protesta y la proclamación libertaria del cuerpo? ¿Donde están las mafias de la izquierda divina, la de los gánsters, las gambas de Huelva, y las fiestas de lujo con apellidos ilustres? Sabemos que alguno sigue de verbena, escondido en el reservado y haciendo todo lo que nos prohibe su partido a los españoles. Y es que lo único que se os da bien es practicar la hipocresía hijos, que estáis hechos unos españolazos y vais por la vida prohibiendo vuestros vicios a los demás. Felicidades, ya sois todo aquello contra lo que luchasteis a los gloriosos veinte años. 

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