THE OBJECTIVE
Miguel Ángel Benedicto

Aviso a navegantes indecisos

«Un país en el que la separación de poderes y la integridad del Estado se debilitan y la sociedad está cada vez más polarizada necesita un cambio de rumbo urgente»

Opinión
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Aviso a navegantes indecisos

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Aquellos que todavía no han decidido su voto para el próximo domingo, deben saber que España necesita un cambio de rumbo. Desde 2018, los Gobiernos de Pedro Sánchez han navegado en busca de la polarización de la sociedad española, la destrucción del Estado de derecho y el empobrecimiento económico del país. Es necesario el naufragio del barco que capitanea el líder socialista para recomponer el país y eso solo será posible con el voto de los indecisos y abstencionistas, que permita un gobierno de Feijóo en minoría o con mayoría absoluta. 

El sanchismo ha contribuido a destruir la separación de poderes en España. A imitación del ejecutivo iliberal polaco, se nombró a la exministra de Justicia Dolores Delgado como fiscal general del Estado y, a posteriori, fiscal de Derechos Humanos y Memoria Democrática, cuando su pareja sentimental el abogado Baltasar Garzón fue quien promovió la ley de Memoria. El Ejecutivo de Sánchez camina hacia la autocracia al batir récords en la aprobación de decretos-leyes, un mecanismo extraordinario reservado para situaciones de urgencia; o al amenazar la independencia de organismos que deben velar por el buen funcionamiento democrático del país como el CIS de Tezanos, el INE o el CNI.

Los pactos de Sánchez con el independentismo catalán llevaron a eliminar el delito de sedición y reformar el de malversación, por procedimiento de urgencia, con una ley ómnibus y sin los informes consultivos pertinentes, para favorecer a los líderes del procés condenados. Los acuerdos de gobierno con sus socios de Bildu, que incluyeron en sus listas de las municipales a 44 condenados por su pertenencia a ETA, han traído la efectiva, aunque poco afortunada, marea del «que te vote Txapote» en esta campaña de las generales.

La famosa ley del solo sí es sí rebajó las penas de cárcel de cientos de violadores y la excarcelación de más de 70, pese a las advertencias del Consejo de Estado y del CGPJ, y con acusaciones de machismo y prevaricación a los jueces por parte de Podemos; para tener que ser reformada después con ayuda del Partido Popular y así evitar un desastre mayor. 

«La política del Gobierno ha llevado al 23% de los españoles a la pobreza y al riesgo de exclusión, según el INE»

Durante el Gobierno Sánchez, el decreto-ley 16/2021 prorrogó las medidas adoptadas durante la pandemia que permitieron a los inquiokupas residir de manera gratuita en las casas de pequeños ahorradores que pagan impuestos, en lugar de que sean los servicios sociales de los Gobiernos autonómicos los que se encarguen de esas situaciones de vulnerabilidad. La nueva ley de vivienda extiende esas disposiciones de manera indefinida con el ataque que supone a la propiedad privada y consiguiente perjuicio para los particulares.

El sectarismo y las políticas de nicho e identitarias del Gobierno sanchista ha llevado a la rebelión de feministas clásicas, agricultores, pequeños propietarios, autónomos etc. o a la apertura de debates que estaban olvidados o que no eran urgentes salvo para dividir a la ciudadanía. 

La economía no se ha destruido gracias a los fondos que han llegado de la Unión Europea tras la pandemia, pero los datos no son para presumir como hace el presidente del Gobierno. La caída del nivel de vida en España en los últimos cuatro años es una de las más intensas en la eurozona, según Eurostat, y la inflación ha crecido en un 15% desde 2018 tal y como comprobamos cuando vamos a comprar al mercado.

El empleo es cada vez más precario y de menor calidad, pese al engaño de la reforma laboral que ha convertido a parados y trabajadores temporales en fijos discontinuos. La política del Gobierno ha llevado al 23% de los españoles a la pobreza y al riesgo de exclusión, según el INE. En cuanto a los impuestos, Sánchez los ha subido en un 20% con una clase media que cada día paga más para mantener a funcionarios, desempleados, unas pensiones insostenibles o financiar una sanidad o educación que dejan mucho que desear. 

La política exterior del sanchismo ha sido errática y sin consenso en el caso del Magreb, o sin interlocución con la oposición como en la presidencia de la UE, o de cercanía a regímenes como el de Venezuela, pese a escándalos como el Delcygate, del expresidente Zapatero que tanto se ha involucrado en estas elecciones. 

«Un gobierno de Feijóo en coalición con la extrema derecha cristalizará el sectarismo introducido por Sánchez»

El gobierno que salga de las urnas el próximo 23 de julio no lo va a tener fácil. Se avecinan tiempos complicados en la UE, a no ser que se prorrogue el fondo de recuperación y se reformen las reglas fiscales. Las subidas de tipos dañan a la economía europea y, la otrora locomotora económica europea que dirigía Alemania apuesta de nuevo por la austeridad. Si el nuevo Ejecutivo español es conservador y va de la mano Berlín, las calles se llenarán de mareas de colores con el liderazgo de los sumaritas. De ahí que Feijóo plantee unos nuevos pactos de la Moncloa que garanticen el saneamiento económico, la viabilidad de la sanidad y la educación pública, una mayor calidad democrática y respeto por la división de poderes, así como un pacto territorial que fortalezca las autonomías.

Para que esos acuerdos lleguen a buen puerto, el líder del PP debe obtener un mínimo de 150 diputados, que le permita gobernar sin Vox, y el sanchismo debe ser derrotado sin paliativos, por debajo de los 110 escaños. Un gobierno de Feijóo en coalición con la extrema derecha cristalizará el sectarismo introducido por Sánchez, ahondará en las dos Españas a la que nos llevado el ejecutivo Frankenstein, nos alejará de Europa e impedirá la recomposición del Estado, la revitalización de la vida institucional y la recuperación del «espíritu de la Transición». 

Un país en el que la separación de poderes se debilita, la justicia no funciona, la propiedad privada no se respeta, la sociedad está cada vez más polarizada, los empresarios son atacados por el gobierno, la integridad del estado se ve debilitada por sus pactos con independentistas y nacionalistas radicales, la educación no remonta y su política exterior no es consensuada, es un país que necesita un cambio de rumbo urgente. Avisados quedan los indecisos. 

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