Txapapote
«Ni el gurú Michavila predijo este resultado, pues España es un país que reacciona mejor al enfrentamiento que a la normalidad»
Fiesta en el balcón de Génova tras la victoria electoral del PP. | EFE
Al final Tezanos tenía razón. El pulso de la calle no está en las redacciones, tampoco en los estadistas, mucho menos en las televisiones. Esquerra lo dejaba claro: si Sánchez y Yolanda quieren gobernar España, deberán tener en cuenta las peticiones de Rufián, y eso pasa por respetar las pretensiones independentistas de hacer una consulta por la independencia de Cataluña. Si Bildu sigue su ejemplo, Sánchez y Díaz gobernarán partiendo España en tres. Felipe González avisaba hace unos días, haciendo un llamamiento para que gobernara la lista más votada, al igual que Feijóo, pero se ha dado por hecho que PP y Vox llegaban a los 176 escaños y parece que ese no será el escenario. ¿Habrá nuevas elecciones? ¿Sánchez dirá que no al referéndum y luego cambiará de opinión? Feijóo quizá empiece una nueva campaña electoral aunque es probable que dentro del PP también Miguel Ángel Rodriguez esté moviendo ficha, ¿será Ayuso la que desbloquee este atasco?
El PNV está contento y no debería. 70 años atrás echaron a los de EKIN por radicales de sus filas y ahora Bildu les supera, incluso han perdido un escaño respecto a 2019 y están así de contentos, escaño, que ha ganado Otegi. La llave por esos cinco diputados depende de quién ofrezca más dinero, un cheque con más ceros; siempre han sido así los conservadores vascos. Lo difícil es que acepten a Vox en el acuerdo, así que lo más probable será que se traguen el ego y hagan migas con Bildu y Sánchez para ser el bloque de izquierdas que nunca fueron. Otegi ha sido más precavido, evitando decir lo que quiere a cambio de sus seis escaños, pero el rollo que manejan Rufián y Matute es muy similar aunque sus abuelos sean de Córdoba y La Rioja. Ahora son radicales como siempre fueron los charnegos y maquetos que querían figurar en la taberna.
Lo de Vox es otro cantar. Han perdido 19 escaños respecto a 2019 y es probable que en otras elecciones sigan perdiendo otros tantos más, pues no han sabido defenderse ni del ataque mediático ni de algunos de sus propios integrantes, que han dicho barbaridades a medida que tomaban algunos ayuntamientos al toque de seguir erre que erre con los matices de la violencia de género, machista, de pareja, o como quieran decirlo, pero que claramente no les ha funcionado. Abascal ha felicitado a Feijóo por ganar las elecciones y por hacerlo sin Vox, tal y como quería el de Génova. Pero Abascal seguirá peleando cómo lleva haciendo decenios en esto de la democracia. Quizá si fueran un poco menos estirados conseguirían la empatía que parecen haber perdido.
Yolanda Díaz, que ha quedado cuarta, ha salido como si fuera ganadora, pero eso va con esa personalidad de no hacerle caso a nadie más que a su estilista. Gracias, graciñas, y a seguir trincando del bote que tan bien le sienta. Se ve como Vicepresidenta aunque veremos cuánto dura el bloqueo de ganar el Congreso y perder el Senado. La España de la plancha en el piso del Gobierno ha sido una jugada tan burda como efectiva.
«El famoso ‘que te vote Txapote’ se ha quedado en txapapote, pues ni con esos ocho millones de votos tienen para cumplir sus objetivos»
Sánchez ha salido en Ferraz como ganador, porque aunque Feijóo haya obtenido más votos, el PSOE ha conseguido más apoyos que en 2019 y ha despertado el lema del No Pasarán para seguir polarizando a la gente, porque es una táctica que le ha funcionado de sobra. Veremos cómo gestiona las pretensiones independentistas de sus socios, del Frankestein que está más vivo que nunca y de todo ese bloque de izquierdas que ha decidido gobernar para media España, aunque eso incluya al comunismo, al independentismo, y a todo lo que no quiere ser España. Pero aún quedando segundo, este vaquero del Far West hará todo lo posible por seguir viajando en Falcon y continuará llamando derecha extrema y extrema derecha a todo el espectro político de su otro lado. Los Migueles estarán contentos. Ni ellos se creen que Vivendi no pueda todavía con Prisa.
Feijóo ha salido rodeado de todo su equipo, parecían botar en una fiesta en Ibiza, de blanco veraniego y bailando One more time, sin entender, que el batacazo ha sido absoluto pues aunque hayan ganado las elecciones y pasado de 89 a 136 diputados, no son suficientes para el Congreso ni para echar a Sánchez de Moncloa. El Senado, sin embargo, sí es probable que obtenga esa mayoría absoluta que tanto han anunciado los medios y los sabios asesores de la política. El famoso «que te vote Txapote» se ha quedado en txapapote, pues ni con esos ocho millones de votos tienen para cumplir sus objetivos. De todos los bailones del balcón, Ayuso ha sido la única que tenía cara de póquer porque ni disimula ni pretende hacerlo; por eso arrasa y quizá por eso terminará como la primera presidenta del gobierno del país. El presidente del Partido Popular ha dicho que quiere gobernar España, que sería una anomalía si no gobernara el partido más votado, pero se olvida el amigo Feijóo que después de cuatro años de política de relatos, el bloque PSOE y cía ha logrado los mismos escaños que hace cuatro años, aunque Sánchez ganara a Casado, y ahora pretenda ganar también al gallego perdiendo en votos. De nada han servido las mentiras prodigiosas, ni los embistes, ni los indultos, ni la toma de las instituciones: Sánchez ha obtenido más votos que en 2019 y eso es una carta de despido en toda regla para la jaula de chupópteros que asesoran como el mismísimo pandero.
Ni el gurú Michavila predijo este resultado, pues España es un país que reacciona mejor al enfrentamiento que a la normalidad. Y ahora que empieza un verano distinto y con retardo, veremos lo que nos depara un otoño que puede terminar bloqueando el Congreso o celebrando la victoria de todos los perdedores.
