THE OBJECTIVE
David Mejía

Nicolás Redondo es el caballo de Jack Woltz

«¿Por qué lo expulsan ahora del PSOE? Porque aun siendo una pieza menor, su expulsión indica a socialistas veteranos y noveles que el rifle está cargado»

Opinión
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Nicolás Redondo es el caballo de Jack Woltz

Nicolás Redondo Terreros. | Carmen Suárez

El Comité Federal del PSOE decidió el lunes expulsar del partido a Nicolás Redondo Terreros. Si el sintagma «Comité Federal» les evoca entramados oficinescos y abstractos, recuerden que la Ejecutiva la preside Cristina Narbona y su secretario general es Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Conociendo el funcionamiento del actual PSOE, podemos asumir que esta decisión no es el resultado de una reunión de diez horas, sino de una llamada de diez segundos. La cadena de mando del PSOE tiene un único eslabón. Según el comunicado, Redondo ha sido expulsado por «reiterado menosprecio a las siglas». Se agradece la sinceridad: Redondo ha menospreciado la marca PSOE, pero son otros los que han menospreciado sus principios. Tras tanto cambio de opinión, las siglas son lo único sólido que queda del PSOE. Una marca vaciada.   

Nicolás Redondo fue secretario general del PSE entre 1997 y 2002, cuando ser socialista en Euskadi era un ejercicio literal de jugarse la vida por la democracia. En esos cinco años (1999 fue el año de la tregua), ETA asesinó a 60 personas. Pero los méritos y la integridad moral de Redondo son conocidos, tanto como sus discrepancias con la línea oficial del PSOE desde tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero. Junto a Joaquín Leguina, Redondo ha sido el socialista crítico por excelencia. El que denunciaba la complicidad del PSOE con el nacionalismo y su proximidad a Podemos, un partido que nació para erosionar lo que llamaban el régimen del 78. No recuerdo escuchar a Leguina y Redondo criticar medidas sociales, sino los giros y pactos que alejaban al PSOE del espacio del tablero donde respiraba la igualdad entre españoles y el consenso constitucional.  

Leguina fue expulsado del partido a finales del año pasado por haber pedido públicamente el voto para Isabel Díaz Ayuso. La expulsión fue polémica pero, desde mi punto de vista, justificada: si pedir el voto para el adversario no amerita la suspensión, no sé qué lo haría. Sin embargo, la expulsión de Nicolás Redondo tiene una explicación más rebuscada. Redondo no ha pedido el voto para otro partido. Sí, ha sido crítico con el proyecto de ley de amnistía, pero Redondo ha criticado las andanzas de Pedro Sánchez desde 2018. ¿Por qué lo expulsan ahora? Porque a diferencia de lo que ha sucedido con otras jugadas arriesgadas del sanchismo, diversos puntales del partido se están revolviendo contra la amnistía. Y Nicolás Redondo es una pieza menor, pero su expulsión indica que el rifle está cargado. Socialistas veteranos y noveles amanecen hoy como el productor Jack Woltz en la primera entrega de El padrino, con un recado entre las sábanas como advertencia de lo que puede pasar. 

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