La inusual campaña de Olona desconcierta a los expertos: «Se lo juega todo en el debate»
Varios especialistas analizan las claves de la estrategia de la candidata de Vox para las elecciones de Andalucía. Coinciden en que no sigue una lógica tradicional
«Cambio real» hasta en la campaña. La inusual manera de afrontarla ha desconcertado a propios y extraños, que se preguntan si se ha desinflado el efecto Macarena Olona. Varios expertos comparten su visión con THE OBJECTIVE una semana antes de que los andaluces introduzcan su voto en las urnas. Coinciden en que el segundo debate a seis será determinante para la candidata de Vox: «Se lo juega todo el lunes». En el anterior envite la vieron «sobreactuada», pero reconocen que la estrategia de la formación verde discurre por otros derroteros. Que no sigue una lógica tradicional. «Podemos tener una percepción equivocada», afirman.
El desembarco de Olona en Andalucía se coció a fuego lento. La abogada alicantina se mostró reticente al principio. En mayo del año pasado, incluso rechazó ser la candidata de su partido al Palacio de San Telmo. Una situación que cambió semanas más tarde, cuando intensificó sus viajes al sur y reconoció abiertamente que estaba preparada para el reto. «Es el momento de devolver la voz a los andaluces porque hay muchísimo en juego».
La figura de Olona
Vox obtuvo 12 diputados en las pasadas elecciones autonómicas. Ahora aspira a doblarlos y entrar en el Gobierno regional, de ahí la apuesta de la dirección nacional por una de sus primeras espadas. La formación verde estuvo jugando al ratón y al gato durante meses, pero ella lo tenía claro. Por eso se empadronó en noviembre en Salobreña, un municipio de la costa granadina, provincia que ha representado en el Congreso de los Diputados. El asunto levantó polémica porque lo hizo en la casa del presidente provincial del partido, que reconoció que «no puedo decir que esté aquí regularmente porque estaría mintiendo».
El Ayuntamiento de Salobreña le abrió un expediente, aunque la Junta Electoral avaló la candidatura. Los especialistas sostienen que esa jugada no tendrá consecuencias. «Eso a su votante le da igual. Olona ha sido elevada a una especie de divinidad y a esas figuras se le permite todo», afirma Ana Salazar, directora de Idus3 y experta en Comunicación Política. La candidata de Vox se convirtió en el auténtico azote del Gobierno en la Cámara Baja, por lo que adquirió notoriedad mediática. En esta campaña no ha dejado a nadie indiferente.
«Olona empezó fuerte. Hasta el primer debate, donde se pasó de frenada. No salió satisfecha y por eso anuló sus actos electorales a partir del martes», explica Salazar. Un extremo que desmienten en la formación verde, que asegura que su candidata tenía encuentros con colectivos. Olona sí anuló la entrevista en Canal Sur alegando problemas de agenda. «La sensación es que se desinfla. Hizo un debate muy duro, tremendamente ideologizado. El votante de Vox no es homogéneo, no solo le votan personas de ultraderecha. También hay un voto de enfado. No consiguió ampliar su base electoral», insiste Salazar.
Los presentes en el centro territorial de RTVE en Sevilla, donde se celebró el debate, relatan a este diario que Olona negoció ver a sus tres asesores durante un minuto. Se lo permitieron, aunque el acuerdo era que cada candidato se reuniera durante tres minutos con un solo miembro de su equipo durante el descanso. «Luego salió corriendo y no hizo valoraciones a la prensa. Estaba tremendamente nerviosa. No lo hizo bien y ella lo sabía», cuenta un periodista presente en las instalaciones.
Una campaña diferente
«Olona no engañó a nadie. No discriminó sus mensajes, no disfrazó su argumentario ideológico. Su error fue no saber diferenciar que estaba en un debate y no en el Congreso. Son registros distintos», explica el periodista Quico Chirino, subdirector de Ideal de Granada. En su opinión, la candidata de Vox fue «provocativa» en algunos bloques del debate. «No sumó, pero reafirmó a su público». Eso sí, reconoce que para cumplir con las expectativas que se ha marcado su partido necesita un discurso más abierto.
Chirino cree que el efecto Olona no se ha desinflado, sino que aún no ha terminado de inflarse. «Este fin de semana y el debate del lunes son determinantes. Necesita provocar la reacción del PP, que está muy cómodo». El periodista rechaza que la candidata de Vox haya suspendido la campaña. Afirma que está desarrollando una alejada de los parámetros clásicos. «Su estrategia está dirigida a otros públicos y va por otros canales. Solo el tiempo dirá si ha sido acertada y si Andalucía está preparada para esa nueva forma de hacer política».
«En términos tradicionales, es una campaña desinflada. Hay muchas críticas, también desde dentro, que apuntan a Álvaro Zancajo (su jefe de Comunicación)», reconoce el periodista Teodoro León Gross. En su opinión, Vox desarrolla otro tipo de campaña, con mucho carácter identitario, dirigida a otro tipo de público y más orientada a redes y Whatsapp. «Podemos tener una percepción equivocada de que se está desinflando», insiste. Una visión que comparte Ana Salazar: «Vox tiene el pulso cogido a las redes, domina el lenguaje de los millenials, pero me cuesta entender que lo apueste todo a esa bala».
Chirino sostiene que, en realidad, la formación verde está apostando a dos bazas. Una, la marca, por eso moviliza a Santiago Abascal, y otra Olona, a la que presentan por ser «un elemento desequilibrante». El periodista sevillano afirma que solo el tiempo dirá si será a favor o en contra. En su opinión, si la formación verde hubiese apostado todo a las siglas no se hubiese desprendido de uno de sus referentes en Madrid. Habría optado por otro perfil, como hizo en Castilla y León con un joven y desconocido abogado, Juan García-Gallardo. Sobre la crisis del empadronamiento, el periodista considera que ya está «amortizada».
Las encuestas
«Vox busca un voto descreído, antisistema, se dirige al mundo rural, donde hay una transformación muy rápida», explica León Gross. El periodista afirma que vio muy nerviosa a Olona durante el primer debate a seis. «Fue a todos los choques, que era lo que se esperaba de ella, pero la vi menos potente de lo habitual. Creo que ella misma también lo percibió así». En su opinión, Olona llegó a Andalucía con la vitola de que sumaba. Sin embargo, considera que en estos momentos «resta más que suma». E insiste: «Sus actos solo se llenan cuando viene Abascal. No termina de conectar, pero esta es una impresión desde una lógica tradicional».
La encuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) atribuye la victoria al PP, que rozaría la mayoría absoluta. Los populares obtendrían entre 47 y 49 escaños, un resultado que no les valdría para gobernar en solitario. Eso no significa que necesiten a Vox, que según los sondeos alcanzaría entre 17 y 21 diputados. Hay un 30% de indecisos y ahí va a estar la batalla esta última semana. Lo que parece seguro es que la formación verde va a aumentar su representación, aunque no llegará a los 26 escaños que auguró Abascal.
«Vox siempre pone las expectativas muy altas. Ganar o perder, a veces, es una cuestión de expectativas. Si no cumplen, será un fracaso», considera Salazar. Leon Gross sostiene que todo lo que no sea entrar en el gobierno será un fracaso, ya que ese es el escenario que lleva vendido meses la formación verde. Chirino coincide en ese análisis. No obstante, considera que ese fiasco sería matizable porque no es lo mismo quedarse lejos de las previsiones o que los malos resultados del PSOE le obliguen a abstenerse para investir a Moreno. «En ese caso, Olona habrá ganado la batalla del relato».