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Comunidad Valenciana

Diana Morant se estrella en su intento de liderar el PSOE valenciano sin apoyos y desautorizada

Su último desliz con el Poder Judicial a cuenta del juzgado que investiga la dana la deja en una posición de vulnerabilidad

Diana Morant se estrella en su intento de liderar el PSOE valenciano sin apoyos y desautorizada

Diana Morant, secretaria general de los socialistas valencianos. | Jorge Gil (Europa Press)

Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación y designada por Pedro Sánchez hace un año para liderar a los socialistas valencianos, se encuentra en una situación política comprometida. Su estrategia de golpes de efecto, anuncios grandilocuentes y desafíos internos han resultado en poco más que humo político. Su falta de equipo, la debilidad orgánica dentro del partido y los intentos de imponer su liderazgo sin una base sólida han terminado por debilitar su imagen, minando su autoridad tanto en Valencia como en Madrid.

Una estrategia de aspavientos sin resultados

Morant ha tratado de cimentar su liderazgo con declaraciones efectistas y movimientos calculados para captar la atención mediática. Sin embargo, los hechos demuestran que su capacidad de maniobra dentro del partido ha sido limitada y errática. Su intención de presentar una moción de censura contra Carlos Mazón se diluyó entre contradicciones y falta de apoyos, dejando en evidencia la fragilidad de su liderazgo. Mientras proclamaba la urgencia de actuar, el PSPV se dividía en disputas internas y la propia Morant se enfrentaba a una falta de respaldo tangible en el parlamento autonómico.

Su tendencia a priorizar gestos por encima de acciones concretas no se limita a la política interna del PSOE valenciano (PSPV). Su gestión de los temas clave para la Comunidad Valenciana sigue el mismo patrón: ruido sin resultados. La promesa de reforzar el juzgado de Catarroja, supuestamente para atender los casos pendientes relacionados con la dana, ha terminado en otro fiasco. Morant se apresuró a anunciar el refuerzo de personal en el juzgado, pero fue inmediatamente desautorizada por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que le recordó que esas decisiones son competencia exclusiva de la judicatura y no del Gobierno. Una vez más, un anuncio sin respaldo real.

El fracaso de las primarias y el control perdido del partido

El episodio de las primarias socialistas recientes en la provincia de Valencia ha sido otro golpe demoledor para Morant. No solo quedó atrapada en una lucha intestina por el control del PSOE de Valencia, sino que también fue forzada por Ferraz a pactar un resultado que dejó insatisfechos a todos los sectores. Lejos de consolidar su poder, ha quedado como una figura impuesta desde Madrid que no ha sabido generar unidad ni consenso.

La proclamación de Carlos Fernández Bielsa como secretario general provincial, tras un resultado ajustado y denuncias de supuestas irregularidades, fue un varapalo para Morant.

Un liderazgo sin base ni equipo

Uno de los problemas más evidentes que enfrenta Morant es su falta de un equipo sólido en Valencia. Su núcleo de colaboradores es reducido y depende en gran medida de figuras afines en Madrid, lo que limita su capacidad de maniobra en la Comunidad Valenciana. A diferencia de otros líderes regionales que han consolidado su poder con estructuras bien enraizadas, Morant se ha encontrado aislada en un partido donde la lealtad interna se gana con trabajo de base, no con anuncios grandilocuentes.

Las voces críticas dentro de los socialistas valencianos señalan que su discurso no ha logrado conectar con la militancia ni con la estructura orgánica del partido, lo que la deja en una posición de vulnerabilidad ante futuras disputas internas. Su falta de presencia territorial y la percepción de que solo responde a los intereses de Ferraz han generado a su vez desconfianza en las bases.

El espejismo de la moción de censura y la derrota política

Morant intentó utilizar la moción de censura contra Mazón tras la dana como una jugada para reforzar su liderazgo, pero la falta de apoyos dejó en evidencia su incapacidad para articular una estrategia eficaz. Las negociaciones con Compromís fueron un fiasco, y su propio partido terminó por desmarcarse de una iniciativa que solo servía para evidenciar la debilidad del PSPV. En lugar de aparecer como una líder fuerte, Morant quedó atrapada en un callejón sin salida político.

Al final, el PSOE descartó la moción por falta de apoyos y por el riesgo de quedar aún más debilitado si dependía de Vox para impulsarla. Lo que comenzó como una jugada de desgaste contra Mazón terminó siendo un bumerán para Morant, que quedó en una posición aún más precaria entre los suyos.

Mazón refuerza ahora su posición con un acuerdo presupuestario

Mientras Morant se enreda en su lucha interna, el principal adversario de Morant y presidente autonómico de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, ha logrado cerrar un acuerdo con Vox para aprobar los presupuestos autonómicos de 2025. Tras la prórroga forzada de las cuentas anteriores, el gobierno regional presentará este jueves unas nuevas cuentas que se aprobarán definitivamente a finales de mayo.

Vox, que tras su salida del Ejecutivo en julio se mantiene como socio parlamentario, ha dado su visto bueno a unas cuentas que suponen un balón de oxígeno para Mazón en un momento complicado por los pronunciamientos de la juez del Juzgado de Catarroja por la dana. Con la aprobación de estos presupuestos, Mazón gana tiempo ante la ciudadanía y refuerza su posición dentro del PP, mostrando capacidad de negociación y estabilidad institucional en contraste con el caos interno que vive el PSOE valenciano bajo la errática dirección de Morant.

La polémica con la justicia: otro golpe a su credibilidad

El reciente episodio en torno al juzgado de Catarroja es la última demostración de que la estrategia de Morant se basa en la improvisación y el marketing político vacío. La ministra anunció con gran seguridad el refuerzo del tribunal que investiga la gestión de la dana, asegurando que el Gobierno central tomaría medidas urgentes. No pasaron ni 24 horas antes de que el Consejo General del Poder Judicial la desmintiera públicamente, recordándole que esa decisión no le correspondía a ella ni a su ministerio. Este desaire institucional pone en evidencia su tendencia a lanzar promesas sin fundamento real, buscando titulares en lugar de soluciones concretas.

Desde ciertos sectores de los socialistas valencianos, el incidente ha sido visto como otro ejemplo de su falta de planificación y de torpeza política. En lugar de consolidarse como una figura solvente y resolutiva, Morant ha conseguido lo contrario: reforzar la percepción de que su liderazgo es superficial y carente de una base sólida.

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