Ciudadanos desvela que Bal evitó ofrecerse de candidato y que Igea insistió en no ir al 23-J
La formación naranja convoca dos reuniones del Consejo General en junio para debatir la decisión y cambiar de nuevo los estatutos del partido
Edmundo Bal y Francisco Igea en una rueda de prensa de Ciudadanos. | Foto: EP
La retirada de Ciudadanos de las elecciones generales del 23-J sigue provocando zozobra dentro de la formación centrista, sobre todo después de que varios de los dirigentes que tomaron la decisión se estén marchando del partido en los últimos días. La dirección naranja desvela ahora que Edmundo Bal evitó ofrecerse de candidato cuando se le invitó a la decisiva reunión del Comité Nacional y que Francisco Igea estuvo la víspera de esa cita llamando a otros miembros de la Ejecutiva ampliada para convencerles de no ir a los comicios, según señalan fuentes de la Ejecutiva a THE OBJECTIVE.
La decisión de no concurrir al 23-J está teniendo una importante contestación interna dentro de Ciudadanos, y el equipo que dirige Patricia Guasp y Adrián Vázquez ha decidido responder a los ataques que recibe en los últimos días de Bal, Igea y otros cargos públicos que piden a la Ejecutiva que recapacite y, en caso contrario, que presente su dimisión.
Las citadas fuentes subrayan que la dirección estaba preparando al día siguiente de la debacle del 28-M la «línea estratégica» del partido para las generales previstas para finales de año. Sin embargo, el anuncio del adelanto electoral por parte de Pedro Sánchez «cambió todo» al constatar que la formación liberal no tenía «un candidato claro» para el 23-J. Tanto Inés Arrimadas como Guillermo Díaz evitaron dar un paso al frente. Guasp no se ofreció tras el varapalo en Baleares y Vázquez no podía ser el cabeza de cartel porque los últimos estatutos lo impiden en el caso del secretario general.
Así las cosas, en la reunión de la Comisión Permanente del día 29 ya hubo una práctica unanimidad de sus miembros a la hora de retirarse de la contienda electoral. La única voz discordante fue la de la dirigente madrileña, Aruca Gómez. Pero se quiso que una decisión de este calado se aprobase por el Comité Nacional, por lo que se citó para el día siguiente al casi medio centenar de sus miembros.
Adrián Vázquez invitó a Edmundo Bal al cónclave
La dirección quiso que estuvieran más dirigentes en esta reunión clave, por lo que cursó invitaciones a parlamentarios autonómicos como Anna Grau o el citado Igea, quienes aceptaron ir. También se pidió a diputados nacionales como Sara Giménez o Juan Ignacio López-Bas que estuvieran presentes, pero declinaron la asistencia.
Y en el caso de Bal, fue el propio Vázquez quien le llamó por teléfono para convencerle de ir a la sede nacional. Sin embargo, el portavoz adjunto en el Congreso alegó problemas de agenda para rechazar el ofrecimiento. Desde el núcleo duro de Ciudadanos se hace hincapié en que Bal no se ofreció «en ningún momento» para ser candidato naranja al 23-J en su conversación con Vázquez.
En el equipo de Bal niegan este extremo y subrayan que es «falso» que le llamara el secretario general, sino personas de la oficina de Vázquez. Y en el caso de Giménez y López-Bas, la invitación llegó 15 minutos antes de la reunión y cuando ya había saltado la noticia de Vozpópuli en la que se hablaba de un acuerdo sobre retirarse del 23-J, por lo que la decisión «ya estaba tomada de antemano».
«Era una trampa para sacarle en la foto estando ya todo el pescado vendido», advierten fuentes próximas al portavoz adjunto de Cs en el Congreso de los Diputados, quienes advierten de que las invitaciones a los parlamentarios fue selectiva. Además, los invitados tenían voz pero sin voto. El propio Bal tildó de «delirios» la versión de la dirección del partido sobre los hechos relatados en este periódico.
En cuanto a Igea, el procurador castellano y leonés recordó este viernes que envió un documento de cuatro folios a Vázquez para que se distribuyese entre los miembros del Comité Nacional, pero que el secretario general se negó a hacerlo e intentó condicionar su intervención «a que no hiciese declaraciones» ese día a los medios de comunicación.
El partido centrista alega también que «el 75% del patrimonio líquido» de la formación se consumió en la campaña electoral de los comicios locales y autonómicos del 28-M, por lo que existía el «riesgo» de quedarse sin dinero en caso de un nuevo varapalo electoral en las generales, aunque las citadas fuentes evitar confirmar si a Ciudadanos le quedan seis millones de euros en caja o si, como sospechan dirigentes que no están en la cúpula, esa cifra es bastante inferior.
Desde el equipo de Guasp y Vázquez se insiste en que la «prioridad» en estos momentos es apoyar a los casi 600 concejales que ha sacado Ciudadanos el 28-M, en la creencia de que las europeas de 2024 -y muy posiblemente las catalanas si se adelantan al próximo año- serán «un momento más propicio» para que la marca naranja resurja si, como parece, PP necesita a Vox para entrar en la Moncloa.
La dirección naranja ha tomado la decisión de convocar dos reuniones casi consecutivas del Consejo General, el máximo órgano entre congresos, para los días 16 y 30 de junio. La primera cita tiene carácter extraordinario y será para aprobar una serie de nombramientos internos y las cuentas que se tienen que entregar al Tribunal de Cuentas y el Portal de Transparencia. Más tenso será el punto de ruegos y preguntas, en el que varios consejeros alzarán la voz contra la decisión de no concurrir al 23-J.
Y la segunda reunión se ha fijado para modificar la estructura orgánica del partido con una introducción de cambios en los estatutos del partido… recién aprobados en la Asamblea de enero. Para ello se necesitará una mayoría de apoyos en este órgano que tiene un numero significativo de consejeros afines a Bal, por lo que no está claro que las propuestas vayan a tener el respaldo necesario.
