El PSOE da síntomas de fracaso en la negociación: «Las elecciones están más cerca»
Los socialistas ya han activado su maquinaria electoral ante la perspectiva de ir a unos nuevos comicios
Es difícil romper el consenso dominante que emana del PSOE y el Gobierno. Moncloa y Ferraz profesan como un dogma de fe que «habrá gobierno», que está «casi hecho» y que será más rápido de lo que pensamos. Pero, más allá de las estrategias de presión hacia los potenciales socios en la negociación o el control del relato mediático, está la actividad del partido, una organización que tiene demasiadas horas de vuelo a sus espaldas como para no detectar las señales inequívocas que permiten a más de uno advertir a THE OBJECTIVE que la dirección federal trabaja también en el plan B, ante la posibilidad de que Puigdemont haga descarrilar la negociación: «Hoy las elecciones están más cerca».
De puertas para adentro, las fuentes consultadas por este diario acusan la reactivación de los equipos responsables de la movilización del partido en periodos electorales. «Empezamos de nuevo», se rumorea en el partido ante las consignas internas que han empezado a circular por si, llegado el caso, fracasa la negociación y se activa la cuenta atrás hasta la repetición electoral el 14 de enero. Y así se ha interpretado una de las últimas pistas que ha mandado Ferraz activando una tecla clásica de los periodos pre-electorales: los vídeos para movilizar al electorado al grito de Adelante, el lema de campaña para el 23-J.
Los trackings
La publicación de este vídeo no es más que la guinda de una actividad interna que comenzó hace dos semanas cuando trascendió la existencia de los primeros trackings internos, encuestas internas de un gasto considerable, que el PSOE sólo realiza cuando se acercan elecciones. Desde La Moncloa admitieron entonces la existencia de datos propios que indicaban que una eventual repetición acentuaría la tendencia alcista para el PSOE, especialmente en Cataluña: «Junts seguiría perdiendo», coincidían dos de los llamados ‘ministros políticos’ de Moncloa.
La reactivación de los trackings, no sólo a nivel nacional sino autonómica, va de la mano del retorno de la actividad mitinera. Desde hace un mes, el presidente, Pedro Sánchez, ha iniciado una ruta por España para comenzar a movilizar al PSOE. Empezó por Galicia, donde «el presidente estará mucho en los próximos meses», como adelantó THE OBJECTIVE, ante las opciones que Ferraz ha detectado para gobernar en la región por la pérdida de la mayoría absoluta del PP. Una ventana de oportunidad para la que el secretario general del PSOE ya ha decidido además que su candidato será Xosé Ramón Gómez Besteiro, a quien le promocionó como ponente en la primera ley que han debatido y aprobado las nuevas Cortes Generales.
Los mítines
Tras este mitin en Ossoro (La Coruña), llegó Gavá, junto a uno de sus más fieles colaboradores, Salvador Illa, en la Fiesta de la Rosa del PSC, donde Sánchez defendió que su propuesta «para los españoles y los catalanes se resume en que nuestro objetivo es seguir avanzando en derechos y convivencia; el método es el diálogo y el marco será la Constitución Española». Un acto nada casual habida cuenta de que el primer secretario general del PSC desarrolla una «importante labor de zapa» con los potenciales socios independentistas para allanar el terreno del acuerdo y es él quien sabe realmente si hay o no agua en la piscina. Por ello, no es casual que fuera precisamente él quien hiciera una auténtica tournée mediática el pasado viernes alertando a Junts de que «Si hay que ir a elecciones, iremos».
Es por ello que el siguiente punto del mapa en acoger al presidente, este sábado en Sevilla, fuera una cita especialmente prometedora. La elección de Andalucía se interpretó internamente como un mitin «pre-electoral y no pre-acuerdo» porque se trata de una comunidad ligada a la defensa de la igualdad de los españoles y el acatamiento de la constitución. Y, según fuentes socialistas, «se ha elegido a conciencia y su discurso será potente». La interpretación sobre el territorio es que «se está preparando a la militancia para la batalla»
Los argumentarios internos
Y esto lleva al siguiente elemento: los argumentarios. El PSOE ha empezado una ofensiva argumental para anticipar la épica de la defensa de sus principios a un eventual fracaso en la negociación. Una forma de «evitar que se hunda la moral del partido» transformando la derrota en la negociación en la victoria de no haber cedido como principal eje de campaña. Para ello, se han preparado diferentes documentos internos de relevancia empezando por una guía a todos los ayuntamientos de cara a la celebración de los debates de las mociones del PP contra la amnistía. En un documento de seis páginas al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, Ferraz ofrece a los representantes del PSOE en los consistorios un documento «Para la convivencia en Cataluña» en la que «Se insta al nuevo gobierno de España a continuar haciendo del diálogo, dentro del marco de la Constitución, la herramienta para mejorar la convivencia entre catalanes y entre estos y el resto de España».
La realidad es que una parte importante del PSOE apoyaría una amnistía, pero son los mismos que dicen que «Si el peaje es el referéndum, eleciones y a ganar. O es amnistía o punto y se acabó». Las cartas están boca arriba, el PSOE no puede ya negar que ha negociado la concesión de estas nuevas medidas de gracia a los golpistas, y en caso de elecciones, fuentes socialistas aventuran que esto «tendría un coste», lo cual, sumado a la abstención por la repetición y un contexto más desfavorable por no poder repetir el entorno ideal del 23-J, donde los pactos PP-Vox irrumpieron en plena campaña electoral, hacen de las posibles elecciones del 14-E como una jugada de alto riesgo para un PSOE que teme más que nunca por la desmovilización.
El PSOE no quiere elecciones porque cree que arrojaría un gobierno PP-Vox: «Perdemos el gobierno, ahora tenemos opciones». Como admite el negociador gubernamental y secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, en su blog personal, «una posible repetición electoral supone darle una oportunidad a la derecha para que sumen los cuatro escaños que ahora les faltan y la previsible decepción del electorado progresista». Pero en el PSOE asumen que quien tiene la batuta es Puigdemont y «no se conformará con un precio tan bajo como la amnistía y nosotros no podemos darle más». Una parte importante del PSOE ve con frustración cómo se suceden los síntomas inequívocos de elecciones y «no es una buena noticia para nosotros».