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Política

Sánchez podría dejar su investidura para noviembre hasta tener cerrado un acuerdo 

«Queremos que sea cuanto antes pero eso es cuando se pueda», afirman desde la cúpula de Ferraz

Sánchez podría dejar su investidura para noviembre hasta tener cerrado un acuerdo 

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.

La hoja de ruta ha cambiado. La precipitación de los acontecimientos que se anunciaba desde Moncloa tras el fracaso de la investidura de Alberto Núñez Feijóo y el inicio de «el tiempo de Pedro Sánchez» se han desvanecido en favor de un nuevo relato: «Queremos que sea cuanto antes pero eso es cuando se pueda». La afirmación de la cúpula de Ferraz entronca con el sentir general de desaceleración en la negociación con Junts, cuya batalla con ERC les ha vuelto a unir paradójica y parlamentariamente en una moción de recuperación del referéndum. El consenso dominante apunta a que «habrá gobierno», pero también a que las fechas previstas inicialmente para la sesión, el 17 o el 24 de octubre, parecen haber quedado desfasadas por esta nueva etapa de aparente freno en la negociación.

De momento, se ha cumplido la previsión adelantada por este diario en relación a la celebración de la nueva ronda de consultas del rey Felipe VI este lunes y martes, 2 y 3 de octubre. En Moncloa confían en que, al igual que hizo el monarca con Feijóo, el mismo martes 3 en que concluyan las conversaciones, le hará el encargo de la investidura al actual presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Ahora bien, la novedad radica en que ahora, tanto en Moncloa como en Ferraz asumen que no habrá fecha para la investidura si no se ha conseguido cerrar un acuerdo. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE apuntan ahora al mes noviembre porque «todavía no hay un acuerdo cerrado» y hay «muchas cosas verdes» pendientes. 

«¿Por qué nos vamos a poner un tope? Es innecesario. A diferencia de Feijóo, ahora tenemos una fecha límite: el 27 de noviembre», cuando se cumplan los dos meses de la primera votación de investidura que marca la Constitución para disolver elecciones e iniciar la cuenta atrás que fija la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG), para la celebración de elecciones el 14 de enero. «Dar una fecha sería una temeridad y no es cuestión de ponernos deberes», explican fuentes socialistas que transmiten que «cuanto antes, mejor»; pero también que la decisión no está en manos de Sánchez, sino de Puigdemont, y es «impredecible» aventurarse a sus futuras decisiones. 

Sánchez retrasa la fecha para la investidura

Así las cosas, cuando previsiblemente el próximo martes el Rey convoque una nueva ronda de consultas, el presidente en funciones comunicará a Felipe VI: «Yo quiero ir a la investidura, tengo una negociación abierta y posibilidades de sacarla adelante». La pelota estará en el tejado de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que tendría que consensuar la fecha de la investidura con Pedro Sánchez, como hizo con Feijóo apenas 24 horas después de que éste recibiera el encargo del monarca. 

La noticia podría estar en que Sánchez (como Feijóo) pida tiempo a Armengol para amarrar sus votos, con la diferencia de que no se tratará entonces de un tiempo tasado y concreto, sino de un plazo abierto a que el líder del PSOE solicite la fecha cuando haya cerrado un acuerdo con sus socios independentistas. Un escenario que ratifican fuentes de la presidencia de la Cámara Baja, donde explican que no existe una norma concreta que obligue a cerrar una fecha de forma inmediata, sino tan sólo a fijar una fecha consensuada con el único tope del 27 de noviembre.

Es decir, tras un mes denunciando la parálisis de Feijóo por haber pedido tiempo para lograr sus apoyos, Sánchez hará lo propio pero sin límite de tiempo. Según Ferraz, la diferencia sustancial entre ambos casos es que «nosotros estamos negociando de verdad. Tenemos capacidad de llegar a un acuerdo y él no, como ha demostrado en esta sesión que certifica que, en realidad, Feijóo perdió las elecciones. Porque las elecciones se ganan en el Parlamento».

En el Ejecutivo mantienen la esperanza y convicción -con más esperanza que convicción- de que «formaremos un gobierno» tras alcanzar un acuerdo con Junts y ERC, pese a la afrenta de su moción en el debate de política general del Parlament de Cataluña. Una iniciativa que atribuyen al «engorilamiento» de las fuerzas independentistas, y que «no tiene trascendencia en la negociación», según fuentes gubernamentales, que atribuyen sólo a la «retórica» y, sobre todo, a la «búsqueda de los focos» de ERC, que necesita protagonismo a sabiendas de que aquí quien está negociando realmente son Junts y ERC 

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el primer secretario del PSC, Salvador Illa, en un mitin en Gavá el pasado sábado. | Flickr PSOE

«La negociación ha comenzado»

El Ejecutivo intenta rebajar esa nueva escalada independentista y vuelve a tender la mano para el diálogo y el acuerdo: «Los canales están siempre abiertos», responden al ser preguntados si ha habido nuevas conversaciones tras la votación en el Parlament. «Lo importante es que hemos dado la respuesta adecuada a través de Salvador Illa. Si hay que ir a elecciones, iremos a elecciones. Ellos saben que la negociación está muy encarrilada, y avanza por los límites marcados y en los parámetros marcados. Si ellos vuelven al referéndum, nos obliga a que nosotros fijemos una posición, con la misma respuesta de siempre». 

Esto es, «no era necesario poner la palabra referéndum. Todo el mundo entiende que no vamos a pasar por ahí, no hay ninguna duda al respecto». Lo que tranquiliza al Gobierno es que éste no es el tenor en que los firmantes se pronuncian en privado en los contactos con el Ejecutivo. Y, pese a la transparencia prometida, el Gobierno no da muestras de empezar a arrojar luz sobre unas conversaciones que se producen en la penumbra.

Sin embargo, según adelantan fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE, este viernes por la tarde comenzó formalmente la negociación. Aunque se guardan con celo los detalles, algunos revelan los roles que cada uno desempeña en la  comisión negociadora del PSOE, formada por tres perfiles: el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Organización, Santos Cerdán. Tres negociadores que se reparten los partidos de la siguiente forma: Bolaños con Junts, Montero con ERC y Cerdán con los partidos vascos, Bildu y el PNV. 

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