El cofundador de la tele de Iglesias sacude el canal con un 'Yo acuso' por su sectarismo
Sergio Gregori respalda las tesis críticas de Monedero y recibe reproches en la cadena y de dirigentes de Podemos
Si bien se da por descontado que el Canal Red, la televisión de Pablo Iglesias, es un megáfono de Podemos y de sus intereses políticos, lo cierto es que todavía cohabitan en él algunos díscolos. Se trata de Sergio Gregori, el periodista y cofundador de la televisión, que lleva semanas denunciando una campaña de acoso contra él y una línea editorial escorada en atacar a Sumar y buscar el enfrentamiento con Yolanda Díaz. Con Gregori, otro peso pesado de este espacio político, el fundador de Podemos y profesor universitario Juan Carlos Monedero, se ha manifestado en contra de lo que apuntan como una una deriva sectaria y partidista de la emisora. La tensión ha llegado hasta las entrañas del canal.
Gregori ha reivindicado a lo largo de los últimos días su independencia y trayectoria profesional ante lo que considera una evolución a peor del Canal Red. El periodista cofundó con Iglesias la emisora, que, según su planteamiento, aspiraba a romper los «bloques» del espacio mediático. Empezó presentando el programa matinal El tablero, que quería a mirar de cara a Al Rojo Vivo de La Sexta, con debates entre varias formaciones políticas, mezclado con información y análisis. Después de la ruptura de Podemos con Sumar, Gregori invitó al encuentro entre ambos sectores, lo que le costó tener menos visibilidad.
Este semana, el presentador ha pronunciado un Yo acuso que se ha movido como la pólvora en las redes sociales. Así que en el segmento político de Podemos muchos se preguntan hasta cuándo aguantará en el canal. Tras cuestionar la línea editorial marcadamente filopodemita y abogar por el acercamiento de Díaz, Gregori tuvo que lidiar con ataques en las redes sociales, pero no se calló.
«No nos compran»
Hace pocos días, respaldó y difundió en las redes sociales una entrevista que Juan Carlos Monedero concedió a El Mundo, en un contexto en el que, tal y como desveló THE OBJECTIVE, el fundador de Podemos ya aparece muy alejado de la cúpula de su partido. Monedero, al igual que Gregori, critica las últimas decisiones estratégicas de Podemos y ha llegado incluso a cuestionar el empecinamiento del partido en la defensa de Irene Montero. Un ataque frontal que, como publicó este diario, ha enojado a la dirección. Y en el partido ya circula el rumor de que se ha abierto contra él una sanción o «expediente», que puede derivar en señalar conductas personales cuestionables.
El hecho de que Gregori haya rebotado en las redes la crítica de Monedero ha generado tensión dentro de la propia emisora, según explican fuentes conocedoras de lo ocurrido. Miembros destacados de la televisión han reprochado personalmente a Gregori su posición. Y lo han hecho de manera muy contundente. Pero el periodista y cofundador del Canal Red ha insistido en su crítica. Y desde el plató de El Tablero ha avisado: «Que nadie se confunda: no tenemos precio. No nos compran ni con un acta de diputado ni con un plató».
En otro mensaje, Gregori ha afirmado: «La obsesión patológica de pensar que toda reflexión o movimiento del otro es puro arribismo me duele. No, ni me voy a ‘echar mierda a la cloaca’ ni estoy haciendo cálculos para promocionar mi carrera. Me mueve lo mismo que me movió cuando empezó todo». A la vez que ha reproducido una reflexión de Monedero sobre la televisión de Iglesias: «Canal Red es un órgano muy podemita y eso no es bueno ni para Canal Red ni para Podemos. No es bueno para Canal Red porque circunscribe mucho su influencia y no es bueno para Podemos porque no termina de liberarse de esa contundente opinión de convencidos que expresa siempre».
Lucha contra la irrelevancia
El Yo acuso de Gregori ha pasado en estos días de móvil en móvil entre miembros de Podemos, exdirigentes del partido y referentes de este espacio y de Sumar. La conclusión a la que muchos llegan es que el Canal Red todavía tiene una voz díscola, pero no saben cuánto tiempo perdurará. Y que la esperanza de «abrir el Canal Red», que en opinión de estas fuentes tanto Gregori como Monedero están apadrinando, tendrá difícil cabida en el contexto de guerra de Podemos con Sumar. Otros sugieren que si todavía Gregori no ha sido alejado de Canal Red es porque dirige un sindicato de periodistas, el Sindicato de Periodistas de Madrid. Aunque el conductor también ha denunciado que lleva meses sin poder decidir los temas que se debaten en El Tablero. «Le han hecho un 155», comentan algunos desde la formación morada.
En su acusación particular, Gregori contesta a algunos dirigentes de Podemos, ahora integrados en la nueva Ejecutiva nacional, reivindicando sus aspiraciones como periodista y fundador del Canal Red. «Hubo un grupo de jovenzuelos bohemios que apostamos por este proyecto por encima de todo. Hubo un grupo de jovenzuelos que incluso creímos que romper el bloque de poder mediático estaba por encima de la pugna partidista en la irrelevancia de un espacio político marginal. Algunos, siendo muy bohemios, nos fuimos de casa en la adolescencia, en mi caso a los 16 años, por compromiso político, militante y por ejercer con honestidad el periodismo allá donde podíamos», afirmó. Y añadió: «Algunos somos muy bohemios y muy jóvenes, pero tenemos callos en los dedos de enfrentarnos al poder a sabiendas de las puertas que nos cerraban. También cofundamos esto sabiendo lo que supondría».
«Otros quizás tengan callos en los dedos, sí, pero por pelearse con el compañero de al lado, por ver quién va delante de una lista electoral y quién calienta un sillón en un hemiciclo. Que nadie se olvide, hay quienes teníamos las puertas abiertas en tertulias y platós mucho antes de que esto existiera. Otros y otras no están donde están por valentía ni por compromiso», denunció el presentador. Y remató: «En política siempre hubo cínicos para quienes el pragmatismo solo servía cuando eran ellos quienes tragaban sapos y que hoy impostan una gestualidad revolucionaria de lo que seguro que se ríen en la intimidad. Otros venimos creyendo en la posibilidad de transformarlo todo desde críos, y aunque a alguno le sorprenda, porque son incapaces de imaginarse haciendo lo propio, no tenemos precio ni nos compran ni con un acta de diputado ni con un plató. Defenderse es el legítimo, pero haber sido víctima no le confiere a nadie la autoridad moral de convertirse en verdugo (…). Gracias por seguirnos en El Tablero, mientras se pueda, aquí seguiremos. Quizá aún quede tiempo».