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Illa pondrá énfasis en la seguridad para afrontar la inquietud migratoria en Cataluña

El PSC espera que el tema migratorio no centre los debates de campaña, pero buscan fórmulas para encararlo

Illa pondrá énfasis en la seguridad para afrontar la inquietud migratoria en Cataluña

El primer secretario del PSC, Salvador Illa, comparece durante una rueda de prensa. | Europa Press

Las cesiones de Pedro Sánchez a Junts per Catalunya en materia migratoria están removiendo toda la brújula política. Y el líder del PSC, y aspirante a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, es consciente de ello. En Cataluña, por ejemplo, el auge de Aliança Catalana y la búsqueda del partido de Carles Puigdemont de un planteamiento que le permita hacer frente a ese nuevo partido empleando un discurso duro puede modificar el debate de cara a las próximas elecciones autonómicas. La mitad de los catalanes se muestra preocupado por las cifras en la región, según un sondeo. Y en reuniones internas del PSC, de cuyo contenido ha podido saber THE OBJECTIVE, Illa ha planteado abordar el asunto centrándolo en la cuestión de la «seguridad pública».

Illa sabe que la cesión de Sánchez a Junts, con la promesa de ceder a la Generalitat el grueso de las competencias sobre control y gestión de la inmigración, puede convertirse en un punto de inflexión para la agenda política regional. Los socialistas catalanes están incómodos ante semejante derivada. Pero eso no quita que internamente no sepan que el tema migratorio representa hoy en día una verdadera olla a presión.

Hasta ahora, los principales partidos catalanes no se han centrado en él, prefiriendo debatir sobre la independencia o el autonomismo. Pero la irrupción de Aliança Catalana, así como los principales análisis demoscópicos que los partidos tienen sobre sus mesas, señalan que el tablero político está cambiando, y que cada partido deberá abordar el asunto migratorio si no quiere quedar desplazado.

Un sondeo publicado en este mes de enero por Metroscopia sostiene que tan solo uno de cada tres encuestados en Cataluña aprueba las políticas migratorias puestas en marcha por el Govern. Casi el 57% de los catalanes sostiene, además, que el número de migrantes que llegan a Cataluña es «excesivo». De allí que según la empresa demoscópica existe en Cataluña «una clara incomodidad, incluso preocupación, en relación con la inmigración».

Uno de cada tres catalanes críticos con el Govern

Junts per Catalunya ha entendido la problemática. Sus alcaldes llevan meses avisando a la cúpula de que en los principales pueblos y comarcas catalanas la inmigración se está convirtiendo en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Por ello, el partido de Puigdemont ha activado una batería de reuniones internas para abordar el asunto, exigiendo al mismo tiempo a Sánchez las competencias migratorias ya en la primera reunión en Suiza con el socialista Santos Cerdán, tal y como informó THE OBJECTIVE.

El mapa migratorio español es desigual, sostienen desde el partido nacionalista. En el reparto de cuotas y en los propios flujos migratorios -por su cercanía a Francia y por cierta tradición territorial-, Cataluña atrae a más migrantes de lo que hacen otras comunidades autónomas. Acoge a más personas procedentes de norte África que otras región. Este es, por lo menos, el diagnóstico que está empujando a la formación de Puigdemont a mezclar amnistía con mano dura migratoria como receta para las próximas autonómicas.

Debate migratorio y sequía

El debate sobre la amnistía puede afectar al PSC. Se muestran seguros de ello las fuentes socialistas consultadas por este diario que, según comentan, ha llegado también a la mesa de Illa. Aunque sobre este punto hay disconformidad de análisis: algunos sostienen que Illa puede perder votos por las cesiones de Sánchez, y otros que quedará reforzado. En lo que los miembros del PSC no tienen dudas, con su líder en la cabeza, es que si los socialistas ignoran la cuestión migratoria, ésta le explotará en las manos. Su intención es la de intentar impedir que se convierta en el foco del debate público regional. Esta es la prioridad de Illa (confiando en que sea relegado a cuestión política nacional). Pero necesitan prepararse ante esa posibilidad.

Por ello, según ha sabido este diario, Illa está trabajando en la definición de algunas líneas políticas de campaña que aborden el tema migratorio centrándolo en la cuestión de la «seguridad» como elemento genérico. Es decir, desvinculando la migración de la delincuencia, tal y como hacen Aliança Catalana y en parte Junts, pero sí asumiendo que Cataluña necesita recetas para reforzar la seguridad pública y, sobre todo, la percepción de los ciudadanos sobre ella.

Además, el candidato del PSC a la Generalitat buscará proponer iniciativas respecto al tema de la sequía, otro problema que sus estrategas creen que puede remover votos, sobre todo en el interior de la región. Sequía y seguridad pública serán, por lo tanto, dos argumentos que Illa deberá abordar, según las fuentes consultadas, aunque el líder de los socialistas catalanes no lo quiera. Con la esperanza de encontrar la fórmula para alejarse tanto de Junts como de otras formaciones competidoras, como ERC y los Comunes. Y el enfoque sobre la «seguridad» es, de momento, la carta que las fuentes socialistas consultadas sostienen que Illa ha informado que quiere aprovechar.

Alejarse de ERC y los Comunes

Los republicanos todavía intentan maximizar el debate de la amnistía, aunque todo apunta a que Puigdemont y Junts lo capitalizará, siempre y cuando este nuevo procés acabe llegando a buen puerto. Y sobre este punto existe más de una duda, muchas de ellas vinculadas a la reacción que pueda tener Bruselas.

El caso de los Comunes es diferente. La formación de Ada Colau sigue defendiendo posiciones tradicionales de acogida de migrantes, negando cualquier relación entre este colectivo y la seguridad ciudadana. Pero sus miembros reconocen que las cesiones de Sánchez a Puigdemont dificultan su postura. En primer lugar, porque impone un debate en la agenda política donde tienen pocos márgenes de maniobra. Y en segundo lugar porque todo tipo de acuerdo con los de Puigdemont tensa la relación entre la cúpula del partido y su militancia, desde siempre muy reacia a pactar o dialogar con un partido que califican de «extrema derecha».

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