Si tuviéramos que elegir entre las conductas universales, en tiempo y en espacio, en época y en contexto, de los mandatarios con dotes y facilidades para el arte de lo excéntrico, una de ellas sería la del principio de exclusión. O de negación de lo propio y retrato malvado y conspirador de lo ajeno. Con tal de no irnos demasiado lejos en la historia, dejaremos algunos ejemplos recientes. Y es que Franco tuvo a sus masones como Chávez y Castro tuvieron al imperialismo yanqui, como el nacionalismo presume de un Estado en el que viven pero oprime. Trump, siguiendo esta actitud –acaso mejor hablar de conductas o gestos, de estrategias para colmar titulares, que de política-, la ha tomado con el periodismo y con Obama, a quienes acusa de enemigos del pueblo en el primer caso y de filtrar informaciones en el segundo.