Democracia sin política
Una de las grandes brechas que dividen Europa es la que separa a los cosmopolitas y globalistas de los nacionalistas y provincianos. En el Brexit se dio con especial virulencia, incluso dentro del gobierno de Cameron. En un excelente artículo en The London Review of Books sobre Theresa May y el ministerio de Interior (Home Office), el periodista William Davies escribe: “El Home Office se ha identificado como la voz de la clase trabajadora en Whitehall [una metonimia del gobierno británico], y se siente minusvalorado por la élite de Oxbridge en Downing Street y el Tesoro […] Los ministros de interior ven el mundo en términos hobbesianos, como un lugar peligroso y aterrador.”