«After Joe Biden’s victory the concession speech John McCain gave after he was defeated by Obama in the 2008 campaign has gone viral»
El caso ha devenido en carnaza para las clases de ética, donde la controversia acerca de la pena de muerte ya sólo planea sobre los animales. La misma Bensheim-Auerbach, la localidad del oeste de Alemania a la que los medios han vuelto los ojos, se ha convertido en el plató de un psicodrama global, confusamente engarzado con la arena política.
La retirada en Los Ángeles de la estatua de Cristóbal Colón me ha producido un desagrado no patriótico, ciertamente, sino filosófico, existencial. Una náusea. Ha sido otra manifestación de nihilismo, de individuos que no aprecian su existencia.
Lo tenía frente a frente y, en una rueda de prensa de envidiable intensidad celebrada justo después de las Midterms Elections, Donald Trump no lo dudó. En esos pocos minutos los dos parecían llevar su papel hasta el límite, sin voluntad de rectificar, al contrario, mostrando en público un pulso dialéctico a través del cual el asedio y la arrogancia eran las fuerzas que se contraponían.
¿Existe un Murillo secreto? ¿Una cara desconocida del famoso pintor de ángeles e Inmaculadas? El artista que conforma la iconografía amable de la Contrarreforma, ¿tiene también un lado revolucionario y rompedor?
Los asaltos a las verjas, los periplos suicidas en barcos y pateras, no cesarán hasta que todos los africanos que padecen en sus países condiciones de vida insoportables y sin esperanza hayan llegado a Europa. Y son muchos millones. Nada de lo que se haga para frenarles funcionará, salvo el uso sistemático y disuasorio de las armas de fuego, remedio al que naturalmente Europa no está dispuesta a recurrir, por lo menos de momento, pues sería volver a su pasado colonialista y exterminador de pueblos, lo cual la buena conciencia de sus ciudadanos no le permitiría.
Trump firmó el decreto presidencial y al día siguiente los periódicos mostraron en sus portadas un muro que se construirá dentro de unos meses. Vimos vallas que atraviesan El Paso, una muralla que tapa el horizonte en Tecate, mexicanos mirando a través de gruesos barrotes en algún lugar de la frontera. Los periódicos ilustraron la noticia de que Trump levantaría un muro con la fotografía de un muro que ya había sido levantado. No es un milagro. En algunos lugares de la frontera entre México y Estados Unidos, el muro existe desde hace años y no es la única frontera física construida por el hombre que permanece en pie en el mundo. Ni siquiera la más cruel. Las concertinas europeas dan fe de ello.
Hacer propia la causa justa de otros es un ejercicio de empatía irreprochable, y termómetro del progreso y la civilización. Los problemas nos sobran y toda solidaridad parece poca: “Quien salva una vida, salva el mundo entero”, dice la sentencia talmúdica. Sin embargo, las quejas por la celebración del 12 de Octubre muestran bien hasta qué punto el uso interesado de la solidaridad la pervierte y la banaliza. No se me ocurre nada más dañino contra la causa del progreso. ¿Son las acusaciones de genocidio que hace Ada Colau una muestra de solidaridad con el indígena? ¿O se busca rédito político en Cataluña sumándose al discurso socialmente extendido contra España de parte de su electorado? Aquellos que apoyan con su discurso o su presencia la mencionada Diada o el Aberri Eguna pero rechazan el 12 de Octubre porque “el patriotismo se demuestra, no se celebra”, ignoran no sólo su visible contradicción, sino también que, con esa lógica, no te presentas ni en tu boda.
Reconoce sus errores y sus aciertos: Me sentí solo en la reforma de la enseñanza. Quería multiplicar la enseñanza de oficio y no pude. Quería descentralizar el sistema y fracasé.