Barbate

Otro enemigo del pueblo: una historia barbateña

Otro enemigo del pueblo: una historia barbateña

Atún y chocolate, sí, pero no se te ocurra decirlo. En el otoño de 2003, Pablo Carbonell rodó entre Barbate y Zahara una comedia con ese mismo título, Atún y chocolate, que trata sobre un lugareño (Manuel, interpretado por el propio Carbonell) que, sin posibles para costear el banquete de su boda, decide robar un atún destinado al mercado japonés. La película, en la que sobresale la actuación de Antonio Dechent, el Jack Palance español, tiene como telón de fondo la crisis pesquera, el tráfico de hachís, la inmigración ilegal… Ken Loach metido por chirigotas y pasado por un cristal de aumento. Cuenta Nacho Carretero en Fariña, el gran reportaje sobre el narcotráfico gallego, que el cine español no ha dejado más testimonio de aquel cataclismo que Airbag. Resulta extraño, en efecto, más en un gremio que se ufana de comprometerse con todas las causas imaginables. Ni su tiempo ni la realidad, en fin, parecen estar entre ellas. Atún y chocolate viene a ser el ‘airbag’ del sur. Pero no vayas y lo digas. En sus desquiciadas memorias, El mundo de la tarántula, de las que ya me ocupé en The Objective, Carbonell desmenuza los problemas que le trajo la película. ¡Qué se habrá creído ése, relacionarnos a nosotros con la droga! Ni el hecho de que una legión de barbateños participara en la figuración ni el alegre desparrame de dinero que supuso el rodaje libró a Carbonell, con casa en Zahara, de la difamación. A ello contribuyó una entrevista promocional en el programa de Jesús Quintero, que no hizo sino confirmar la sospecha fuenteovejunera.

La ruta del hachís: los tambores de Ketama en el Rif

La ruta del hachís: los tambores de Ketama en el Rif

El pasado mes de febrero, la Guardia Civil intervino casi dos toneladas de hachís prestas para entrar a España por la costa de Barbate. Los transportistas arriesgaron su vida en una lancha de goma de varios motores cruzando las turbulentas aguas del estrecho desde Marruecos hasta la playa de El Palmar, en Cádiz. Un par de meses después cayó el resto de banda, incluido su líder, conocido como Canela, un joven que se paseaba por las playas de Barbate con impunidad, en vehículos llamativos como un quad, todo ello sin que nadie le hubiese visto trabajar en cualquier cosa. Seguramente todos los que viven a su alrededor saben a qué se dedicaba.

La Guardia Civil y la Policía Nacional desarticulan una banda que introducía hachís por la costa de Barbate

La Guardia Civil y la Policía Nacional desarticulan una banda que introducía hachís por la costa de Barbate

La Guardia Civil y la Policía Nacional ha desarticulado este jueves una organización dedicada al tráfico de estupefacientes que introducía hachís por las costas de Barbate. Durante la operación conjunta entre los dos cuerpos de seguridad, 12 personas han sido detenidas y se han incautado 1.900 kilogramos de hachís, una embarcación neumática y 11 vehículos. La intervención se inició cuando los agentes tuvieron constancia de esta organización, liderada por una persona conocida como “Canela”.

Enterrado en Barbate Samuel, el niño congoleño conocido como el ‘Aylan español’

Enterrado en Barbate Samuel, el niño congoleño conocido como el ‘Aylan español’

Samuel, un niño congoleño de seis años de edad cuyo cuerpo inerte fue encontrado en una playa de Cádiz, ha sido enterrado este viernes en el cementerio de Barbate. Su muerte conmocionó a la población de este pueblo costero y al resto de España, que lo manifestó a través de las redes sociales, y se le conoce como el “Aylan español” por el parecido de su caso con el del niño sirio que apareció muerto en 2015 en una playa turca y cuya foto dio la vuelta al mundo.

El Aylan español que ha pasado desapercibido

El Aylan español que ha pasado desapercibido

Creen que se llama Samuel, y que venía con su madre desde El Congo, huyendo de las terribles consecuencias del conflicto armado que sufre el país. Su historia se parece a la de Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años que revolucionó a los medios y las redes sociales en septiembre de 2015. La diferencia entre estos dos casos es que la imagen de Aylan fue difundida por todo el mundo, poniendo de manifiesto las peligrosas condiciones a los que los refugiados se enfrentan al huir de las guerras en sus países de origen, y con el caso de Samuel ha ocurrido todo lo contrario.
Activistas y organizaciones defensoras de los derechos humanos han criticado las políticas de seguridad que la Unión Europea impone en las fronteras. Además, aseguran que se ha intentado ocultar el caso de este niño congoleño, cuya identidad aún no ha podido ser confirmada por las autoridades. Algunas asociaciones, como Andalucía Acoge, están llevando a cabo tareas de identificación para intentar contactar con los familiares.

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