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¿Se evitaría el narcotráfico con la legalización de las drogas?

El alcalde de La Línea de La Concepción (Cádiz), Juan Franco, despertó el pasado lunes este debate

¿Se evitaría el narcotráfico con la legalización de las drogas?

Operación antidroga. | Europa Press

El alcalde de La Línea de La Concepción (Cádiz), Juan Franco, planteó el pasado lunes «legalizar» el consumo de hachís como una posible solución para acabar con el narcotráfico. Esta reflexión del dirigente del municipio de donde eran originarios algunos de los tripulantes de la narcolancha que embistió a una patrullera de la Guardia Civil, ha vuelto a despertar un debate que parece no tener una respuesta evidente. 

«No creemos que sea la mejor solución legalizar una droga que además está sujeta a tratados internacionales y que de alguna forma debería de ajustarse a una legalización o ilegalización internacional«, asegura el presidente de Socidrogalcohol, Francisco Pascual, en conversación con THE OBJECTIVE

«Es cierto que las mafias proliferan, estas están asentadas en determinados puntos de España y de otros países, pero no es menos cierto que con otras sustancias legales, como el tabaco, el tráfico también ha existido», explica Pascual. El experto considera que una acción idónea sería imponer medidas consensuadas a nivel internacional y «con un control más estricto» sobre los narcotraficantes. Con ello, indica que el peso no debe recaer sobre los consumidores, «a los que se les debe tratar como enfermos porque tienen una adicción»

Los problemas en Barbate

Pascual recalca que los problemas como los existentes en Barbate no surgen porque la droga sea ilegal. España se encuentra, según asegura, «ante tramas internacionales que hacen llegar las sustancias a nuestro país, a veces, como punto de partida hacia otros»

El presidente de Socidrogalcohol piensa que las leyes «están para cumplirlas» y «se debe de perseguir a aquella persona que comete un delito, y el tráfico de drogas es un delito». Pascual señala que no sería acertado legalizar una droga que en estos momentos es ilegal en un país y «dejarla ilegal en los países del entorno». 

Como es bien sabido por muchos, en España no está penado ni es ilegal el consumo (para unos fines restringidos y determinados), pero sí el tráfico. «Y lo que no podríamos es asumir que nuestro país fuese de alguna forma ‘un paraíso’, pues los países (en los que fuera ilegal) irían a recurrir a través de estas mafias allá donde esté legalizado», añade Pascual. «El traficante de drogas siempre está ante la ley de la oferta y la demanda», asevera.

Para el experto ha quedado demostrado que «la legalización en otros países lo que ha hecho ha sido incrementar el número de patología psiquiátrica, el número de atenciones en urgencias, el número de accidentes de tráfico y, en ningún momento, ha disminuido el narcotráfico». 

«La legalización debería ocurrir»

Contrariamente, el Doctor Fernando Goffman, asesor científico de cannabis medicinal, afirma que «la legalización es algo que podría ocurrir y debería ocurrir». De hecho, para él, «la criminalización de la marihuana fue un error, y una manipulación política».

Según Goffman, el aspecto más grave de una droga es, indudablemente, la violencia que esta pueda generar. «Al contrario, nunca hay problemas de violencia, la marihuana calma», sentencia el científico. «Es una planta medicinal en muchos aspectos, si uno analiza la evidencia científica se da cuenta que no hay argumentos sólidos para criminalizarla», añade. 

El asesor de cannabis pone como ejemplo lo sucedido en este sentido en California. «Se puede hacer una buena legalización, o una mala, y la mala es imponer un montón de trabas a la comercialización, a los productores, y a los importadores». Goffman indica que se podría producir «tranquilamente un montón de cannabis», pero «es muy importante que el marco legal le permita al productor producir competitivamente». 

En su opinión, el narcotráfico sí está ligado a la ilegalidad de la droga en España. «Obviamente, porque los precios de droga se incrementan, por ser ilegal», aclara el científico. Aunque, Goffman no duda en que una posible legalización tendría  que ser restringida, en cierto nivel, para los adolescentes y menores de edad. «Eso está claro, es indiscutible», asevera. 

Una «gran falacia»

Por su parte, el abogado Pablo Martínez Muñoz, afirma que tras la muerte de los dos guardias civiles en Cádiz «se está creando una gran confusión en la opinión pública sobre un tema en el que no hay debate». 

«El tema de Barbate es un problema de seguridad nacional y un problema con organizaciones y grupos criminales, que nada tiene que ver con los usos lícitos del cannabis», explica Martínez. 

El jurista aclara que «el cannabis que entra, supuestamente, por Barbate es un producto ilegal, sin control sanitario alguno y para contaminar y perjudicar la salud pública, es decir, para todo lo contrario para lo que está legalizado actualmente el uso del cannabis». 

«Lo que se tiene que informar con claridad a los consumidores, porque no nos olvidemos que es un tema de consumo, es pará qué se quieren ampliar esos usos». El abogado indica que se tendría que conocer «si son para fines lúdicos, o terapias alternativas, y cuál es el motivo por el que no se deban seguir los procedimientos ya existentes para ampliar el uso del cannabis a esa finalidad».

Tráfico y venta de drogas

Martínez dice que vincular el narcotráfico en España con la venta ilegal de drogas, es una «gran falacia». Para el letrado, aunque se legalizara el uso indiscriminado del cannabis, (lo que podría provocar, según él, un problema de salud pública), «seguirían existiendo estas organizaciones criminales porque su trasfondo es económico, de intercambios de bienes prohibidos entre productores, distribuidores y consumidores en un contexto que emula al mercado, pero que solo les beneficia a ellos, ya que ellos controlan la producción, distribución y oferta». 

El abogado insiste en que no cabe duda de que «la fórmula del uso indiscriminado atrae la ilusión óptica de acabar con el indeseable narcotráfico y sus consecuencias». No obstante, según él, «no deja de ser una mera ilusión, dado que las drogas adictivas que hoy se prohíben produciría inevitablemente un aumento de su consumo y, por tanto, un aumento también del número de usuarios y de farmacodependientes». 

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