Zeenat Rafiq, de 18 años, se casó con Hassan Khan y se fugó a vivir con la familia de este una semana antes de ser asesinada. El juzgado sentenció al hermano de Rafiq a cadena perpetua, pues las evidencias mostraban que tanto él como su madre le pegaron antes de que esta última le lanzara queroseno y la quemara. Tras el crimen, ningún familiar parece haber reclamado el cuerpo, según explica la policía. Así, ha sido la familia de su marido quien ha enterrado sus restos en un cementerio cerca de la ciudad de Lahore, como se puede apreciar en la imagen.
El parlamento paquistaní aprobó una legislación contra los crímenes de honor en octubre. Los daños al honor de la familia suelen estar relacionados con fugas, fraternizar con hombres o la ruptura con otros valores conservativos.