No tienen capa ni superpoderes, pero sí pueden volar. Volar donde se les necesita y dar respuesta a una emergencia en cualquier parte de España en menos de cuatro horas, con excepción de las islas Baleares y de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. También son capaces de prestar sus servicios fuera de España. Cuando hay un incendio grave, una catástrofe, allí están ellos, los alrededor de 3.500 militares que componen la Unidad Militar de Emergencias (UME). Donde los dispositivos de Protección Civil y de las Comunidades Autónomas no llegan o no son suficientes, estos soldados profesionales aportan su experiencia, su fuerza y su valentía, para actuar en terremotos, incendios, inundaciones y un largo etcétera. 12 años de servicio les avalan, así como su certificación como equipo de búsqueda y rescate urbano (USAR, en inglés) ante los evaluadores internacionales de Naciones Unidas.