¿Sueñas que se te caen los dientes? Este es su verdadero significado
Soñar es una parte esencial de la experiencia humana y ha fascinado a científicos, psicólogos y filósofos durante siglos
Soñar es una parte esencial de la experiencia humana y ha fascinado a científicos, psicólogos y filósofos durante siglos
La complejidad y las implicaciones emocionales de esta cuestión hacen que sea un tema de gran interés y preocupación
Un 88,82% recogen enfado con el jefe del Ejecutivo frente al 11,18% que expresa respaldo y comprensión ante su meditación
Lo que distingue la autoayuda superficial de lo que podríamos llamar autoayuda filosófica es que ésta se basa en argumentos
La vicepresidenta del Parlamento canario pronunció las palabras en las jornadas de pensamiento político ‘Victoriano Ríos’
Durante la campaña electoral, los candidatos y partidos se esfuerzan para ganar el respaldo de los electores
Terminada la campaña electoral, los ciudadanos ultiman la decisión sobre el voto mientras los candidatos descansan tras semanas de mítines, debates y entrevistas
El equipo de SUMAR aprovecha la jornada de reflexión para ‘irse de aperitivo’
Después de una campaña extenuante, los políticos han aprovechado este sábado para realizar actividades que les permitan desconectar
Después de una campaña extenuante, los políticos han aprovechado este sábado para realizar actividades que les permitan desconectar
«Estamos ante unas elecciones locales y autonómicas muy especiales porque en diciembre tenemos generales, algo que ha marcado toda la campaña»
Feijoo está disfrutando, se le notó ayer en el Senado, del último aliento del gobierno de Sánchez, de verle retorcerse antes de perecer definitivamente
El empleo de «quizá» nos recuerda que somos seres limitados, que no lo sabemos todo, que ni siquiera podemos conocer todo lo que nos concierne a nosotros mismos. Es, en definitiva, un ejercicio de humildad.
La soprano ha dado la bienvenida al 2022 con una sincera reflexión en sus redes sociales
«No hay tiempo para la reflexión ni lugar para los matices, y así se va empobreciendo el debate público, porque solo hablan quienes quieren polarizar o quienes quieren provocar»
«Las mantas no abrigan este frío, sólo las chimeneas, que son una pira de vanidades, un confesionario que crepita»
«Al transmitir una visión idealizada de su bellaquería, hemos terminado casi blanqueando la imagen del canalla y restando peso al término»
«El mundo y la historia tienen la capacidad de triturar al individuo, pero este no ha de darles la victoria de antemano»
“Es la época en que el alpinista sueña con la montaña que pronto escalará, y también el Buen Lector elige su montaña para dejarse la piel en ella”, prosigue el escritor italiano. Es lógico pensar que de este fragmento surge la conocida metáfora alpina –los ochomiles de la literatura como los libros ilegibles– pero, ¿a qué obras se refiere?
El feminismo, dicen, estaba dormido y despertó con la marcha de las mujeres en Washington –y luego el #MeToo y las movilizaciones del 8 de marzo–
Yo no sé si Ganivet quería ser original a cualquier precio, como aseguraba Ortega, o es que, simplemente, no se contentaba con ser uno más
Invierno de 1939. Una muchedumbre deshauciada y macilenta huye por fríos pasos de montaña de una guerra que ha perdido
Tengo por vicio pincharme por las mañanas las inenarrables tertulias de RAC1. Me gusta que el día no me pille con la guardia baja ni sin una carcajada a flor de labios. Sin ir más lejos, la señora Pilar Rahola esta mañana ha afirmado sin despeinarse la permanente que El acorazado Potemkin le parecía un insufrible coñazo. Sin empacho y desatada, ha recordado que la vio en sus años de estudiante con rebaba intelectual en el desaparecido y añorado cine Capsa, y que además tuvo que tragársela en ruso.
En el mundo real, cuando uno detecta una opinión estúpida, absurda o simplemente vulgar lo más fácil es desviar la atención hacia otro sitio en vez de revolvernos la bilis: seguimos nuestro camino. En el mundo digital, en cambio, solemos cruzar con facilidad esa línea de prudencia —casi sin darnos cuenta.
Iván Redondo es el Jefe de Gabinete del Presidente, pero para desgracia de Pedro Sánchez la mayoría de la gente de su entorno, incluidos sus ministros
“Nadie es un sistema abierto. Nadie es autor de sí mismo. Nadie es un invento propio.” El sinfín de cosas que han dado forma a nuestras vidas –lugar y familia, traumas y tropiezos, amores y odios— ahí estaban todas antes que nosotros. Incluso nuestra psicología es un fenómeno probabilístico.
En mi reino, dice la Reina de Corazones en Alicia a través del espejo, necesitas correr con todas tus fuerzas si pretendes permanecer en el mismo lugar.
Ya no estamos en el XX, pero Ricardo Gullón sigue teniendo razón. Fue en 1969 cuando este profesor y discípulo de Juan Ramón Jiménez sentenciaba que “el suceso más perturbador y regresivo de cuantos afligieron a nuestra crítica literaria en el presente siglo” había sido la invención de la generación del 98.
Este puede ser un año de elecciones en España y será un año de elecciones al Parlamento Europeo, las primeras desde que conocemos los efectos perniciosos de los bulos y su expansión a través de bots y propaganda automatizada.
La coherencia es un valor en alza. En la sociedad traslúcida se exige de todos, no solo de los cargos públicos, una vida intachable además de una vida publicitada. Se penaliza la discordancia. O, dicho de otro modo: se castiga, además de la opacidad, la mínima incoherencia, que se exhibe como arma arrojadiza en las redes sociales, la nueva plaza donde se chamuscan las brujas.
El llamamiento por parte del Partido Popular y de Ciudadanos para intervenir de nuevo la autonomía catalana mediante el artículo 155 de la Constitución solo puede responder al tacticismo político: desmarcarse de Sánchez y frenar el ascenso de Vox.
El mes pasado se conmemoró el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial en noviembre de 1918. Los líderes globales se reunieron en Francia para participar en una serie de actos de homenaje y memoria. Conmemoración que tuvo su cénit en la visita de la canciller Merkel y el presidente galo a la reproducción del vagón donde se firmó el acuerdo que terminaba con cuatro años de batallas y muerte. Allí se vieron gestos graves y contritos, con los que los dirigentes –sobre todo los europeos– pretendían transmitir el compromiso con la paz en un momento en el que las potencias desconfían de los organismos multilaterales de posguerra.
La llegada de líderes ultra, ajenos al sistema, se interpretó primero como un hecho insólito, producto de una modernidad desbocada por la crisis y la aceleración del tiempo histórico.
¿Se nace o se hace? ¿Es el talento como la rosa, que solo puede ser rosa si nace del rosal? ¿Qué es exactamente el talento? A veces decimos eso de tal o cual tiene mucho talento para la escritura y no nos paramos a ver de dónde parte ese talento, pues lo percibimos como algo que ya ha sucedido, un todo, sin desgranar sus ingredientes.
En su viaje para epatar a la floreciente Norteamérica, Oscar Wilde pudo comprobar que él, jactancioso en el servicio de aduanas al especificar “no tengo nada que declarar salvo mi talento”, se iba a enfrentar a un mundo feroz, agreste y despiadadamente competitivo.
Jean-Denis Bredin pronunció un notable discurso en la Académie française el 4 de diciembre de 1997 en el que se imaginaba que “una mujer, muy joven, muy hermosa, vestida solamente con un largo velo” se dirigía a los miembros de esta venerable institución con un aspecto tan radiante que los académicos, al completo, se ponían de pie para escucharla.
Una feliz sugerencia me hizo leer el verano pasado Augusto y el poder de las imágenes, el tratado de historia del arte del arqueólogo Paul Zanker. Con gran erudición y un tesoro de ilustraciones, Zanker muestra cómo el joven Octavio y sus compinches, Agrippa y Mecenas, acompañaron la revolución política que clausuró la república romana.
Leo a Ajmátova. Afuera hace frío y llueve con furia. La luz, intermitente, va y viene en la isla. Enciendo unas velas. A esta hora ya sé que caerá la noche antes de que llegue la aurora. Leo a Ajmátova escribir sobre la muerte: la muerte del hijo que la madre quiere narrar en un réquiem deshecho por el dolor.
La última vez que escribí sobre este tema, en ‘Por un Espacio Libre de Selfies’, confieso haber cometido un error garrafal: no tener una cuenta de Instagram. Ahora, al echar la vista atrás, aprecio la magnitud de mi equivocación. No fue menos que osar publicar una investigación sobre la malaria sin haber todavía conocido al mosquito.
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