Letta, ciao
Era demasiado bonito para ser cierto, o «troppo bello per essere vero». Eso me dicen estos días mis amigos italianos que, a estas alturas, están más resignados que otra cosa.
Era demasiado bonito para ser cierto, o «troppo bello per essere vero». Eso me dicen estos días mis amigos italianos que, a estas alturas, están más resignados que otra cosa.
El fin de la vida de Priebke fue el inicio de otra historia, igual de truculenta y compleja
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