La lista, una compilación de informaciones que por el momento incluye a los campos de concentración de Auschwitz y de Auschwitz-Birkenau, y sobre los campos secundarios asociados, se ampliará más adelante con las de otros lugares de detención y exterminio durante el régimen nazi en Alemania. En total, la cantidad de nombres ya recopilados está en torno a los 25.000.
Szarek ha subrayado la importancia de esta iniciativa en el contexto de la aparición periódica en el extranjero de la expresión «campos polacos», un error combatido con energía por las autoridades y la diplomacia de Polonia. En ocasiones, esta calificación puede atribuirse a la ignorancia de los que lo dicen, «pero a veces, se trata de mala voluntad, e incluso de política histórica antipolaca», ha lamentado. La base de datos «es un instrumento para luchar contra la mentira», ha añadido el director del IPN. Los archivos digitales contienen también unas 350 sentencias pronunciadas tras finalizar la Segunda Guerra Mundial contra los guardias de estos campos, pero esos documentos no están traducidos.
La lista de nombres pudo constituirse, en gran parte, con el trabajo de un historiador, Aleksander Lasik, que trabajó en el tema desde 1982 y que comenzó identificando a los SS de Auschwitz. La investigación no fue fácil, observó el director del Museo de Auschwitz, Piotr Cywinski, ya que la víspera de la derrota, los alemanes quemaron una gran cantidad de documentos. «Hoy disponemos de más información sobre los prisioneros que sobre los SS», señaló. Por eso, el museo lanzó recientemente un llamamiento a los alemanes y austríacos invitándolos a transmitir todos los recuerdos de los soldados Waffen-SS, memorias, cartas privadas o fotos, y permitir así «comprender mejor la mentalidad de los verdugos».
El director adjunto del IPN, Mateusz Szpytma, declaró por su parte que se han identificado algunos empleados en los campos de nacionalidad ucraniana, lituana o letona, pero no polaca. «Cuando los alemanes lanzaron una operación de contratación, el Estado clandestino -la dirección de la resistencia polaca, NDLR- prohibió a los polacos responder, y terminó en fracaso», explicó.