Una niña de 9 años no necesita el dinero ni la fama de su padre, necesita que su padre le hable face to face, cara a cara, y que deje de comprarle juguetes que al final los niños no los aprecian.
Las armas son modernas, las espadas no combaten, las bombas destruyen al instante, y la pequeña paz que encontraban los samuráis antes de morir ya no existe
Qué risa. Como si acabara de pasar por ahí Chiquito de la Calzada y estos cuatro encorbatados intentaran contener la carcajada para que la imagen no parezca demasiado obscena.