La explosión de un potente artefacto causó este domingo heridas de diversa consideración a unas 30 personas, la mayoría policías, cerca de la plaza de toros de Bogotá. Las autoridades han descartado que el ataque haya sido organizado por grupos antitaurinos opuestos a la reciente reapertura del coso y mantienen abierta una investigación para identificar a los autores del atentado.
En la explosión que, según las autoridades, iba dirigida a los policías que instalaban el dispositivo de seguridad para la corrida de toros, «resultaron heridas 24 policías y dos civiles», según cifras del Ministerio de Defensa, informó la agencia AFP. Seis de los heridos «revisten algún grado de complejidad» y fueron intervenidos quirúrgicamente y al menos cuatro agentes, «afectados por las esquirlas, probablemente pierdan un ojo cada uno de ellos», dijo el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, tras visitar el hospital donde fueron ingresados los heridos.
También el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que expresó su repulsa por el ataque contra los agentes y pidió que las investigaciones se lleven a cabo con rapidez, visitó a los heridos en la tarde del domingo. Al igual que el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, que antes de acudir al hospital presidió un consejo de seguridad extraordinario, e informó de que la «bomba tenía metralla», por lo que «es una bomba que se hizo con objetivos criminales absolutos, para herir a nuestros policías». «Vamos a perseguir a estos criminales (…) Estamos trabajando de manera conjunta con la Fiscalía y con la Policía. Tenemos elementos adicionales que nos permiten tener confianza de que vamos a poder dar resultados sobre este atentado en un tiempo corto», añadió.
En cuanto a la corrida prevista, las autoridades decidieron no cancelarla y Peñalosa incluso invitó a quienes desearan asistir a «hacerlo con seguridad». De hecho, la Policía de Bogotá publicó en sus redes sociales imágenes de ciudadanos entrando en la plaza bajo fuertes medidas de seguridad. «Los terroristas no nos van a intimidar. Y vamos a hacer todo lo que sea necesario para capturarlos», aseguró Peñalosa. En este sentido, aunque los investigadores aún no tenían noticias sobre los autores del ataque, el alcalde de Bogotá dijo que todas las «hipótesis señalan que esto no tuvo nada que ver con los antitaurinos». «Esta es una bomba, un artefacto elaborado por personas que tienen conocimiento técnico de qué es lo que estaban haciendo», subrayó.
La plaza de La Santamaría reabrió el pasado 22 de enero en medio de fuertes protestas y enfrentamientos de grupos antitaurinos con la policía. Desde entonces, un intenso operativo de seguridad, integrado por centenares de agentes, se despliega cada domingo que hay corrida de toros a las afueras del coso. El Tribunal Constitucional de Colombia ordenó reabrir La Santamaría después de que el exalcalde Gustavo Petro cancelara en 2012 el contrato de la Corporación Taurina de Bogotá para administrar la plaza, en medio de una campaña contra el maltrato animal.