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Ámsterdam abre un nuevo burdel en el 'Barrio Rojo' que pretende revolucionar el sistema

El alcalde de Ámsterdam, Eberhard van der Laan, ha inaugurado este martes el primer burdel en el ‘Barrio Rojo’ de la ciudad, gestionado por las propias trabajadoras. Con esta medida se pretende mejorar las condiciones de las prostitutas que trabajan en uno de los barrios más concurridos de la capital holandesa. El nuevo burdel ocupa 14 ‘ventanas’ o escaparates donde 40 trabajadoras del sexo ofrecerán sus servicios y tomarán parte activa en las decisiones que se tomen del centro.

Ámsterdam abre un nuevo burdel en el ‘Barrio Rojo’ que pretende revolucionar el sistema

El alcalde de Ámsterdam, Eberhard van der Laan, ha inaugurado este martes el primer burdel del ‘Barrio Rojo’ de la ciudad gestionado por las propias trabajadoras. Con esta medida se pretende mejorar las condiciones de las prostitutas que trabajan en uno de los barrios más concurridos de la capital holandesa. El nuevo burdel ocupa 14 ‘ventanas’ o escaparates donde 40 trabajadoras del sexo ofrecen sus servicios y toman parte activa en las decisiones que se adopten en el centro.

En declaraciones al diario británico The Guardian, una de las prostitutas ha afirmado que tiene «la esperanza de que el ‘Barrio Rojo’ ofrezca espacios agradables de trabajo, donde las profesionales del sexo puedan ser ellas mismas y se sientan bienvenidas».

Según el sitio web del colectivo de trabajadoras, «las habitaciones del nuevo burdel han sido decoradas por un diseñador de interiores para crear un ambiente íntimo» con habitaciones tanto básicas como de lujo, y una habitación accesible para clientes con discapacidad». El colectivo, según cita la agencia de noticias RT, describe esta iniciativa como «un sueño hecho realidad».

En los Países Bajos, la prostitución se legalizó en el año 2000. Así, los propietarios de este tipo de negocios deben obtener una licencia y cumplir la normativa municipal; por su parte, las trabajadoras deben pagar impuestos. El objetivo de todo ello era crear una industria del sexo ‘limpia’, y lograr que desapareciesen figuras como la de los proxenetas, sin embargo, Ámsterdam ha seguido siendo un destino importante en lo que a tráfico de personas se refiere, sobre todo para las bandas organizadas procedentes del sur de Europa.

Para intentar poner freno a la trata, la ciudad comenzó en 2007 a cerrar ‘ventanas’ en el ‘Barrio Rojo’, también conocido como ‘De Wallen‘. Lejos de lograr el propósito de empoderar y proteger a las trabajadoras, lo que se consiguió con estos cierres fue que los servicios sexuales fuesen más caros, al tiempo que los dueños de los negocios cobraran a las prostitutas por los ‘escaparates’ que utilizaban, incluso los días en los que no trabajaban.

Ahora, con esta nueva iniciativa, el Ayuntamiento espera que las prostitutas puedan trabajar de forma independiente. “Las profesionales del sexo determinarán sus propias condiciones de alquiler y las horas de trabajo”, ha dicho Marieke de Ridder, miembro de la junta de supervisión del ‘Barrio Rojo’, según recoge The Guardian. “También habrá un mayor control social, porque las trabajadoras interactuarán más entre sí. Hay una sala especial donde se podrá tomar el té y relacionarse con las demás; los clientes no están permitidos en esta sala. Esperamos que se eduquen unas a otra en todo lo que se refiere a la negociación, o a la manera de lidiar con clientes desagradables», ha afirmado.

El alcalde de Amsterdam, Eberhard van der Laan, ha hecho un gran esfuerzo para que este burdel sea una realidad. Debido a su participación, los holandeses han bautizado el proyecto como “burdel municipal”.

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