Vitamina D y perder peso: ¿se puede adelgazar gracias a esta vitamina?
Aunque esta vitamina está vinculada a notables cambios dentro de nuestro organismo, la literatura médica no avala que sirva para perder peso
Es posible que hayas leído a menudo sobre los beneficios de la vitamina D, una vitamina liposoluble —con todo lo que eso significa— que a veces se menciona como un camino fácil para adelgazar o perder peso. La cuestión sobre la vitamina D está en que, siendo parte de las 13 vitaminas existentes, tiene ciertas virtudes fundamentales para nuestro organismo.
Lo malo es que este tipo de vitamina solo se recibe cuando nos exponemos de forma directa al sol, razón por la que incluso en países soleados como España acabamos teniendo déficit de este compuesto fundamental. También en la dieta se puede encontrar, pero no en cantidades elevadas, aunque debamos destacar a ciertos pescados azules como el bonito, el atún o la caballa, además de las conservas de estos mismos pescados como buenas fuentes de vitamina D.
Por desgracia, reducir el pescado de nuestra dieta también supone mermar su presencia y esto hace que solamos recurrir a suplementos. Más allá de eso, conviene además comprender cuáles son los beneficios más directos de su ingesta a la hora de hablar de salud.
Se sabe que la vitamina D es fundamental para el crecimiento y desarrollo de los huesos y de los dientes, favoreciendo la asimilación del calcio —por eso hacen buena pareja cuando se consumen pescados azules—, pero también hay otros beneficios que quizá pasen desapercibidos.
Entre algunos estudios y cierta literatura médica se comprueba que los niveles bajos de esta vitamina se vinculan al aumento del riesgo de sufrir esclerosis múltiple. Algo que también sucedería con un aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cardiopatías como la hipertensión o el infarto, aunque la forma en la que este déficit vitamínico afecta no se sabe si es más causa o efecto dentro de personas que ya padecen ciertas patologías crónicas.
Lo que sí sabe es que su presencia en nuestro organismo es también un buen aliado para fortalecer el sistema inmunitario, muy vinculado a ciertas enfermedades autoinmunes donde además las inflamaciones están a la orden del día como la artritis reumatoide, la diabetes tipo I o la enfermedad del colon irritable.
Entre otras evidencias, también se ha de recalcar que ocupa un papel fundamental en la regulación anímica y en menores riesgos de depresión, como avala este estudio, que además comprobó que las personas con déficit de vitamina D tenían depresiones más severas. En ese sentido, otras patologías vinculadas a la salud mental como la ansiedad también extrapolan esos bajos niveles de vitamina D hacia síntomas más duraderos.
La única forma de comprobar este déficit es a través de un análisis de sangre, que generalmente se demanda cuando no se encuentran justificaciones a fracturas por estrés, debilidad muscular y ósea, o sensación de fatiga y cansancio acumulado que descarte la presencia de anemias.
La relación entre la vitamina D y adelgazar o perder peso
Por desgracia, la cuestión también está en que ciertas teorías y estudios avalan que la vitamina D sirve para perder peso o adelgazar, lo cual no es del todo cierto o, cuanto menos, no tiene una causalidad tan directa. Además, también se ha de hacer hincapié en que los estudios que lo han estudiado también se deben coger con pinzas.
En este caso, lo primordial es recordar que ningún suplemento para perder peso, sea vitamínico o no, va a funcionar si no existe un déficit calórico (como el que os explicamos, con sus cortapisas, en la dieta CICO), por lo que ingerir más vitaminas de la cuenta pensando que nos va a hacer adelgazar es un error. De hecho, puede llevar a la hipervitaminosis o sobredosis de vitaminas que ya os explicamos en THE OBJECTIVE.
Lo que sí es evidente es que las personas que tienen sobrepeso u obesidad tienen más posibilidades de presentar bajos niveles de vitamina D en su organismo, si bien las causas no se pueden definir completamente para vincular al exceso de peso a esta vitamina, mencionando sucesos como la lipogénesis o una alteración de la producción en la hormona paratiroidea, como explican en este metaestudio. Además, también es conveniente tener en cuenta que la actividad al aire libre, la dieta y el nivel de ejercicio que realicemos estarán implícitos en los múltiples factores que devienen dentro de la falta de vitamina D.
Por esta razón tampoco puede colegirse que su déficit o superávit tenga una relación directa con la pérdida de peso o, cuanto menos, si no se mantienen ciertas dietas de adelgazamiento reforzadas con el ejercicio. También se ha de mencionar que cuando se han consumido suplementos de esta vitamina y calcio, se sugiere un cierto efecto supresor del apetito, pero en cualquier caso no se puede asegurar que la vitamina D suponga perder peso, a pesar de que haya una relación entre ambos.