'El código del bushido': las 7 reglas de la vida de los samuráis para llevar una vida virtuosa
Este código ha dejado una profunda huella en la sociedad japonesa que perdura hasta nuestros días
Si hay algo que podemos envidiar de los habitantes de Japón es su esbelta figura y su gran esperanza de vida. Parece que en Japón tienen otras costumbres y hábitos que les llevan a perdurar más años y a hacerlo, además, con una salud de hierro. Todo ello acompañado de grandes dosis de felicidad y satisfacción vital. ¿Cómo es posible?
En THE OBJECTIVE ya te contamos que los nipones tienen una forma diferente de concebir la realidad que les rodea, lo que repercute directamente en cómo se alimentan y cómo se comportan. Además, siguen una serie de métodos o consejos para ser más felices.
Uno de estos es el cógido bushido, famoso en Japón y que se trata de una serie de reglas que regían el comportamiento y la vida de los samuráis.
El código del bushido, las 7 reglas de la vida de los samuráis de Japón
El bushido se basa en siete virtudes principales que los samuráis debían cultivar: rectitud, coraje, benevolencia, respeto, honestidad, honor y lealtad.
«El código del bushido es ampliamente conocido en todo el mundo. Se trata de una serie de reglas que regían el comportamiento y la vida de los samuráis. La palabra ‘bushi’ significa ‘guerrero’ y la terminación ‘Do’ significa ‘camino¡. O dicho de otra forma, el camino del guerrero», detalla el experto en Japón Marcos Cartagena, autor del libro El Sistema Hanasaki: Los 9 pilares de Japón para una vida centenaria con sentido (ed. Plataforma).
«Lo que lo hace verdaderamente especial es su contenido. Por primera vez en la historia del ser humano, un guerrero se regía por unas directrices que incluían conceptos morales tales como la lealtad, el honor y la compasión entre otros. No todo valía para ganar el combate a tu adversario. Actitudes como atacar a un enemigo por la espalda estaban totalmente prohibidas. Además, si un samurái mancillaba su honor, la única forma de restablecerlo era a través del Seppuku o también conocido por Harakiri. Un acto de valentía suprema en la que el guerrero atravesaba su vientre con una daga y abría en canal su estómago para desangrarse poco a poco en una agonizante muerte», añade.
«Lo más impresionante del código bushido era cómo conseguía que sus practicantes perdieran casi totalmente el miedo a la muerte y neutralizaran uno de los instintos más fuertes que el ser humano lleva innato desde su nacimiento, la supervivencia. Según los filósofos de la época, un hombre que ha perdido el miedo a la muerte, puede decidir con libertad y hacer siempre lo que cree correcto sin pararse a pensar en las malas consecuencias que esto pueda acarrearle», asegura Cartagena en su blog.
El bushido estaba regido por las 7 virtudes del guerrero
El experto resume las siete virtudes del bushido:
- Justicia (decisiones correctas). Ser justos en las decisiones era fundamental. Antes de cualquier acción, un samurái debía de cuestionarse si estaba siendo justo o no.
- Coraje. Esconder la cabeza como un avestruz y no atreverse a levantar la voz cuando se considera que se debe de hacer algo, no es vivir una vida plena. Uno debe de ser capaz de sobresalir de entre una masa miedosa y actuar para hacer lo que cree correcto a pesar de que este acto pueda suponer un riesgo para sí mismo.
- Benevolencia. Largos años de entrenamiento confieren al samurái un gran poder que debe de ser utilizado con prudencia. Ser compasivo y benevolente con los débiles y los necesitados es también una forma para el samurái de realizarse como guerrero.
- Respeto, cortesía. La crueldad y la necesidad de demostrar su poder no están entre las prioridades de un samurái. Incluso sus enemigos merecen respeto. Sin este gesto, no seríamos mucho mejores que los animales.
- Honestidad, sinceridad absoluta. La palabra de un samurái es sagrada. Decir que hará algo, es casi lo mismo que hacerlo. No necesita hacer una profesa formal para adquirir un compromiso. Basta con decirlo. Los samuráis dependen en gran medida de su credibilidad y esta ha de estar impecable.
- Honor. Un samurái debe de mantener su honor libre de manchas a lo largo de toda su vida. Esta era una de sus principales prioridades. Cometer un acto deshonroso, podía ser motivo de suicidio por seppuku. La única forma de proteger el honor de un samurái, es a través de la integridad. Se precisa de un gran autodominio para conseguir que nuestros actos se mantengan alineados a nuestras creencias. Este era el duro camino del guerrero japonés.
- Lealtad. Un guerrero necesitaba estar bajo la tutela de un Daymio (señor de la guerra), por el cual daría la vida si fuera necesario. La lealtad era fundamental para que un samurái pudiera lograr una carrera larga y provechosa.
«Este código ha dejado una profunda huella en la sociedad japonesa que perdura hasta nuestros días. Su rastro se puede percibir incluso en los quehaceres cotidianos de los ciudadanos que habitan este país. Cualquiera que haya practicado las artes marciales japonesas sabe con certeza que estas virtudes están bien presentes en sus enseñanzas. Prácticas como la caligrafía o la ceremonia del té también llevan en su interior la esencia del bushido. El honor, la fidelidad y la honestidad son los tres principios que casi vienen de serie en el subconsciente de los niños japoneses al nacer. Es asombroso cómo, a día de hoy, todavía siguen protegiendo con fuerza la enseñanza de los valores como una pieza fundamental en sus vidas. Y creo que no nos equivocamos mucho al decir que el código del bushido tiene mucho que ver en esto», sentencia Cartagena.