Esta es la (simple y sencilla) fórmula de la felicidad, según Einstein

La felicidad se puede entender como un estado de bienestar subjetivo en el que una persona experimenta emociones positivas, satisfacción con la vida y un sentido de significado y propósito.

Sin embargo, este concepto puede ser interpretado de manera diferente por cada individuo, ya que lo que les hace felices puede variar según sus experiencias, valores y circunstancias personales.

Para Einsten, el científico más conocido de la historia por su famosa teoría de la relatividad, la felicidad no era tan subjetiva y abstracta. Y es que además de revolucionar la compresión del universo y la gravedad también dejó una enseñanza sobre la vida misma.

Vive una vida con propósito

Albert Einstein y su perspectiva sobre la felicidad es otra de esas enseñanzas que merece la pena saber y tener presente en el día a día. Y es que se centra en la idea de que la verdadera felicidad no proviene de la búsqueda de placeres superficiales o el éxito material, sino más bien de la búsqueda de un propósito significativo en la vida y de contribuir al bienestar de los demás.

La anécdota cuenta que en 1922, mientras Einstein estaba en Japón, específicamente en el Imperial Hotel de Tokio, para impartir unas conferencias después de haber recibido el Premio Nobel, un mensajero llegó con una carta para él. Al no tener una moneda para darle de propina, Einstein decidió escribir dos notas breves a mano.

• En una de ellas escribió: «Una vida sencilla y tranquila aporta más alegría que la búsqueda del éxito en un desasosiego constante».
• La otra nota decía: «Donde hay un deseo, hay un camino».

Estas simples frases representaron la Teoría de la Felicidad de Einstein. A través de ellas, se revela un profundo pensamiento que muestra la verdadera grandeza de la mente de este gran científico.

Estas dos frases no solo fueron una expresión de su filosofía de vida, sino que también ofrece una perspectiva diferente sobre la existencia.

El origen de esta Teoría

Aunque Einstein provenía de una familia judía, se rumorea que no se identificaba con los principios de esa religión, sino que sentía afinidad por el budismo.

Aunque pueda no parecerlo a primera vista, el budismo se considera una religión con una orientación científica. El Buda, quien vivió hace más de 2500 años, no es visto como un Dios, sino como un hombre lleno de sabiduría terrenal.

Esta filosofía de vida comparte similitudes con el pensamiento científico al enfocarse en la observación, el análisis, la reflexión y la meditación para descubrir verdades importantes.

También enseña que el apego a los deseos conlleva sufrimiento, y que alcanzar el verdadero éxito no radica en la acumulación material, sino en gozar de serenidad y paz interior.

Las ideas expresadas por Einstein en sus cartas se asemejan a estos conceptos budistas. Y es que en esta religión, existe una famosa frase de Buda que dice: «No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita».

¿Se puede aplicar esta Teoría a día de hoy?

A pesar de ser reconocido como una de las mentes más brillantes y racionales del mundo, su enfoque de vida y su manera de percibir el mundo desafían las convenciones establecidas.

Einstein escribió estas cartas en un mundo diferente al actual, pero las cuestiones sobre la felicidad siguen siendo relevantes. En una sociedad donde cada vez sé es más consumista, algunos creen que el éxito se encuentra en lograr metas y acumular bienes materiales, mientras que otros discrepan.

La respuesta a esta incógnita es única para cada individuo. Aunque la sociedad puede imponer ciertas normas, la búsqueda de la felicidad sigue siendo una elección personal.

La Teoría de la Felicidad de Einstein invita a reflexionar sobre qué realmente hace felices a las personas y a seguir ese camino, aunque vaya en contra de las normas establecidas.