Constancia: cómo aprender a gestionar tu energía para tener éxito en lo que te propongas
Todos sabemos que deberíamos ser más constantes, pero no teníamos las claves para lograr nuestros objetivos
El mundo está lleno de gente con talento que apenas ha podido desarrollarlo, ya que la clave para tener éxito en la vida y conseguir lo que te propongas está en la constancia y la disciplina. Pero no es fácil conseguirlas.
«Es normal cometer errores; nadie nace sabiéndolo todo. Vivir es probar, fallar, aprender y evolucionar. Sin embargo, hay personas que no se permiten equivocarse, temen el error y no se atreven a cambiar. Por ello, las personas que avanzan son aquellas capaces de mantenerse constantes, aun cuando las cosas no salen como esperaban, hasta llegar a la meta que se han fijado», asegura Amagoia Eizaguirre en su nueva obra, El pequeño libro de la constancia (Ed. Alienta).
«Es una pena que tiremos la toalla a la primera y no seamos capaces de recogerla las veces que haga falta. Una persona constante llegará más lejos que una inteligente. De hecho, la perseverancia implica saber esperar y no desistir», afirma la autora, que es licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Deusto, y coach personal y de equipos especializada en hábitos en escuelas avaladas por la Federación Internacional de coaching.
«Veo muchas buenas ideas en emprendedores que empiezan a crear con mucha motivación sus marcas en redes sociales, pero, como los resultados no son inmediatos, abandonan a las primeras de cambio. Si estas personas no se enfocaran tanto en el resultado inmediato y fueran más constantes con sus publicaciones y su idea de negocio, seguro que les iría mucho mejor», añade.
Tenemos que empezar a cambiar de mentalidad, a entender que la continuidad y la disciplina son nuestras aliadas y no verlas como algo que sólo poseen algunas personas
«Tenemos que empezar a cambiar de mentalidad, a entender que la continuidad y la disciplina son nuestras aliadas y no verlas como algo que sólo poseen algunas personas. Todos podemos ser constantes, pero para ello primero tenemos que entender que la transformación tiene que empezar desde dentro», asegura Eizaguirre en su libro, del que te damos valiosas claves a continuación.
Constancia: las dos preguntas claves
«Ser perseverante es más importante que ser inteligente, porque lo primero nos permite desarrollar nuestros propósitos a largo plazo. Mientras que la inteligencia es una capacidad innata, la disciplina y la constancia son habilidades que podemos cultivar con el tiempo y la práctica», afirma la autora.
«La constancia es movimiento continuo y el motor de la vida es la ilusión y, sin ilusión, no hay un motivo para el movimiento. Por eso es importante entender que el sentido de los objetivos que queremos lograr tiene que componerse de una definición, de un ‘“’para qué’”’, de las cosas que hacemos», añade.
Eizaguirre asegura que muchas veces nos planteamos objetivos y cambios de hábitos sin responder a las preguntas claves:
- ¿para qué quiero cambiar de hábitos?
- ¿para qué quiero lograr ese objetivo?
Estas dos preguntas son fundamentales para mantener la constancia. Sin un ‘para qué’ importante, no vas a lograr ser disciplinado, pues la acción diaria no tendrá sentido y terminarás tirando la toalla.
El funcionamiento del cerebro y la constancia
«Cuando hacemos algo que nos gusta o nos da placer, el cerebro libera dopamina, una sustancia química que nos hace sentir bien y que premia nuestro comportamiento. En cambio, cuando hacemos algo que no nos gusta o que requiere esfuerzo, la dopamina no se libera y, por ello, puede resultar más difícil mantener la continuidad en actividades que no nos proporcionan una recompensa inmediata».
Además, «el cerebro se adapta a los comportamientos habituales y memoriza todas las acciones repetitivas que llevamos a cabo a lo largo de nuestra vida, para ahorrar energía y para que podamos realizarlas de manera automática, sin pensarlo: lavarnos los dientes, acudir al trabajo siempre por el mismo camino, dejar las llaves en el mismo lugar… Por lo tanto, cuando queremos ser constantes en alguna actividad nueva, al no identificarla como algo habitual, el cerebro la rechaza, lo cual dificulta los primeros pasos para consumar ese cambio».
«Por mucho que racionalmente entiendas las bondades de hacer ejercicio —la parte consciente—, si en la parte inconsciente tienes grabada cierta información, en forma de creencias limitantes y hábitos automatizados, será difícil que consigas hacer un cambio sin trabajar previamente dichas creencias y hábitos no saludables que te impiden pasar a la acción».
Causas y soluciones para la falta de constancia
Detrás de la procrastinación de las tareas, muchas veces se oculta la falta de gestión emocional: «Manejar sabiamente las emociones significa saber encauzarlas para mantener el equilibrio y la armonía. A veces queremos evitar una emoción desagradable y por eso dejamos de hacer las cosas que deberíamos estar haciendo o, simplemente, nunca llegamos a empezarlas».
«Cuando las emociones están equilibradas, aumenta la productividad, la creatividad y, con ello, nuestra felicidad, lo cual nos permite poner más empeño en aquello que nos hemos propuesto. No debemos permitir que nuestras emociones se apoderen de nuestra identidad. De modo que trataremos de dar instrucciones constructivas al mundo subjetivo para que trabaje a nuestro favor, no en nuestra contra».
La constancia no significa seguir un plan minuciosamente, paso a paso. Significa hacer cada día algo que te acerque a lo que deseas, entendiendo que habrá jornadas más productivas que otras y que, si algún día fallas, no pasa nada
«La constancia no significa seguir un plan minuciosamente, paso a paso. Significa hacer cada día algo que te acerque a lo que deseas, entendiendo que habrá jornadas más productivas que otras y que, si algún día fallas, no pasa nada; puedes volver a intentarlo al día siguiente. Los perfeccionistas no entienden esta definición realista de constancia».
«La capacidad para dedicarnos a un trabajo profundo es cada vez menos frecuente, al mismo tiempo que se vuelve cada vez más valiosa en nuestra sociedad. Como consecuencia, los pocos que cultiven esta habilidad y luego la conviertan en el centro de su carrera laboral serán quienes vivan la vida que realmente desean».
Cómo gestionar tu energía, en vez de tu tiempo, para ser constante
«Sin energía, no se puede cambiar de hábitos ni conseguir objetivos y, mucho menos, ser persistente. Hemos normalizado el cansancio crónico y parece que parar está penalizado, pero es necesario. De vez en cuando hay que hacer un parón para analizar el grado de energía que tenemos».
«De media, la atención del cerebro humano se cifra en 45 minutos. Después de ese intervalo de tiempo, no podemos seguir prestando atención de manera sostenida y siempre se recomienda tomarse un descanso de entre cinco y quince minutos».
«Si tienes la agenda hasta arriba, no tiene sentido que quieras incorporar un nuevo hábito y ser perseverante; es imposible, la energía no es ilimitada y el precio que hay que pagar es muy alto. El cuerpo es muy sabio: si no lo obedeces, te hará parar drásticamente».
«El mundo está lleno de campos de energía emocional, mental y física. Más allá de lo que podemos ver y tocar, hay una red emocional que lo llena todo. Los seres humanos, el mundo o el planeta son energía y cada una de nuestras células la necesita para funcionar».
«El ser humano no está diseñado para pasar largas horas sentado delante de una pantalla sin estar en contacto con la naturaleza y sin exponerse a la luz natural. Necesitamos la luz natural para cargarnos de energía».
Diseña un plan de acción realista
«El problema es que muchas veces no sabemos ni lo que queremos y, cuando empezamos a diseñar el objetivo con exactitud, nos damos cuenta de que realmente necesitamos parar y analizar qué es lo que deseamos conseguir o cómo queremos vivir».
«Cuando tenemos una razón clara y significativa detrás de nuestro objetivo, nos resulta más fácil mantenernos enfocados en éste y perseverar en momentos de dificultad. (…) Determinar el ‘para qué’ de los objetivos nos ayuda a alinearlos con nuestras metas y valores personales. Cuando esto sucede, nos resulta más llevadero mantenernos motivados y comprometidos con ellos a largo plazo».
«La visualización es una de las habilidades más importantes que puedes desarrollar, porque le enseñarás al cerebro a crear imágenes de un futuro positivo con tus objetivos cumplidos. Un futuro que activa tus mecanismos de crecimiento psicobiológico y te predispone a vivir la vida de forma expansiva y encaminarte hacia tus objetivos».
«Dividir un objetivo en miniobjetivos significa descomponerlo en tareas más pequeñas y asumibles. En lugar de tratar de hacer todo de una vez, nos enfocamos en pequeñas metas que podemos alcanzar en un período de tiempo corto. Esto nos ayuda a sentirnos menos abrumados por la magnitud del objetivo final y nos aporta una sensación de logro cuando completamos cada tarea».
Para ser constantes, según la experta, «tenemos que aprender a lidiar con el miedo que nos provocan las acciones desconocidas y aquellas que nos producen emociones desagradables. Por eso es importante contar hasta cinco, no dejar que las emociones nos gobiernen y pasar a la acción».
«Si consigues entrenar tus pensamientos, conseguirás un mayor control de tu estado emocional. Tener en cuenta esto te va a ayudar también a entender y a entrenarte. Cuando entrenes tu circuito emocional, ya no te resultará tan complicado dejarte llevar por un enorme mosqueo y pegar cuatro gritos a tu hijo de cuatro años. Para entrenarlo, hay algo que puedes empezar a hacer desde ahora mismo: comenzar a tomar consciencia de lo que piensas y sientes durante el día y qué comportamiento ha provocado en ti ese diálogo interno».
Cuatro ideas clave para incorporar la constancia en tu vida y salir vencedor
- «El empeño hará que te diferencies de los demás. En un mundo en el que cada vez cuesta más ser paciente y en el que las personas están enfocadas a buscar el placer inmediato, si trabajas la constancia serás la persona que marque la diferencia».
- «Con frecuencia nos proponemos objetivos o cambios de hábitos porque estamos interesados en ellos: nos interesa perder algo de peso, nos interesa escribir un libro, nos interesa correr un maratón…, pero el interés no es suficiente. Necesitas un compromiso firme con tus objetivos».
- «Nuestros deseos son insaciables, de modo que no esperes a que desaparezcan. Lo interesante es aprender a obtener placer de hacer lo correcto y disfrutar de ir logrando pequeños objetivos: ahorrar, hacer ejercicio, comer bien… Conviértelo todo en un estilo de vida».
- «La vida es la interpretación que haces de la realidad. Si sólo te quedas con la primera interpretación con la que venimos de serie (es decir, la que tiende enfocarse en lo negativo), difícilmente podrás ser constante para conseguir cualquier objetivo que te propongas, ya que terminarás saboteándote».
Amagoia Eizaguirre, la autora
Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Deusto, Amagoia Eizaguirre también se ha formado como coach personal y de equipos especializada en hábitos en escuelas avaladas por la Federación Internacional de Coaching.
Ha trabajado en varias multinacionales como Heineken o Beam Suntory, donde ha desempeñado cargos en el área de Marketing y ha gestionado equipos comerciales.
Ha creado Habituatea, su propia empresa, donde ofrece sesiones de coaching individuales y a equipos y pronto lanzará su propia línea de productos bajo la marca Habituatea.
El hábito de correr la ha forjado como persona: sale casi todos los días desde hace más de 20 años y recorre una media diez kilómetros para empezar la jornada con energía.