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Este es el postre de la posguerra con 10 nombres, típico del Día de Todos los Santos

La receta de este dulce proviene de Cuenca y pronto se extiende por toda la península

Este es el postre de la posguerra con 10 nombres, típico del Día de Todos los Santos

Puches de la abuela. | Wikipedia

Las puches de la abuela es un postre originario de Castilla La Mancha, en concreto de la ciudad de Cuenca. Se trata de una receta de origen humilde, ya que surge durante la época de la posguerra, cuando en la mayoría de las casas había una gran escasez de alimentos, y los postres y dulces eran un lujo que tan solo podían permitirse las familias más pudientes. Las dos únicas épocas del año en las que había dulce en todos los hogares eran durante la temporada de matanza y en Navidades, cuando se tomaban mantecados y tortas.

Las familias de Castilla La Mancha tenían la costumbre de tomar este postre conquense la noche del 1 de noviembre, víspera de la celebración del Día de Todos los Santos. Los ingredientes y materias primas necesarios para cocinar las puches de la abuela hoy en día están al alcance de cualquiera, ya que son fáciles de encontrar en cualquier mercado, y muy asequibles, puesto que son muy económicos y aptos para todos los bolsillos. Y es que para elaborar unas deliciosas puches de la abuela tan solo son necesarios aceite, harina, agua, azúcar, canela y pan de pueblo.

Receta de las puches de la abuela

Lo primero que debemos hacer si queremos cocinar unas deliciosas puches de la abuela es pesar los ingredientes. Para la elaboración de este postre son necesarias tres cucharadas de harina, tres cucharadas de azúcar, una porción de pan de pueblo del día anterior, un poco de canela, 100 mililitros de aceite de oliva y 250 mililitros de agua.

Para comenzar, en primer lugar debemos cortar el trozo de pan de pueblo duro, es muy importante que el pan esté reseco, por lo que éste debe de ser del día anterior. Hay que cortarlo en pequeños cuadrados, en Cuenca esta forma de cortar el pan es conocida como turranquillos. A continuación, tenemos que poner aceite de oliva en una sartén y esperar a que esté bien caliente. Una vez que el aceite se haya calentado, freímos los turranquillos y los ponemos sobre papel de cocina absorbente.

Receta de las puches de la abuela conquenses. La Cocina de Raúl y Pablo YouTube

El siguiente paso que debemos dar en nuestro cocinado de las puches es dejar en la sartén que hemos utilizado para freír los turranquillos el equivalente a tres cucharadas soperas. A continuación, añadimos las tres cucharadas de harina y las tres cucharadas de azúcar y lo mezclamos con una cuchara de madera mientras va tostándose a fuego medio. Después ponemos los 250 mililitros de agua a la mezcla y lo mezclamos con unas varillas. Estará bien mezclado cuando haya espesado y el agua templada se haya integrado en la mezcla. La masa se quita del fuego cuando ésta comience a hacer burbujas.

Para terminar ponemos en un recipiente de barro la masa caliente, con los turranquillos por encima y espolvoreamos canela al gusto para decorar. Y así, estarían listas para servir y ya podremos disfrutar de unas auténticas puches de la abuela conquenses caseras.

Puches de la abuela.
Cocinando con Lola García
Puches de la abuela. Cocinando con Lola García

Los 10 nombres del postre

Aunque en Cuenca a este postre se le conozca con el nombre de puches de la abuela, durante la posguerra el consumo del mismo se extendería rápidamente por toda la península, adoptando en cada zona una forma distinta para referirse al mismo. E incluso en algunos territorios hicieron pequeñas modificaciones en los ingredientes de la receta.

Por ejemplo, en Cataluña las puches de la abuela son conocidas con el nombre de farinetes. En Córboda las llaman gachas, y en Granada, gachas dulces. En Galicia se les denomina papas de millo. En Cáceres son conocidas como puchas y Valladolid, puchas castellanas. En otras zonas de La Mancha modificaron la receta de las puches de la abuela y pasaron a llamarla mostillo. Del mismo modo ocurrió en Asturias, en donde las hacían con harina de maíz y las denominan fariñes. En Andalucía son conocidas como poleas y se decoran con anís. Y en Conil de la Frontera utilizan harina de garbanzos y las llaman espoleas.

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