Por qué no consigues adelgazar la grasa del vientre, según la ciencia
Querer adelgazar la grasa del vientre puede resultar especialmente difícil, si no sabemos cómo
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Querer adelgazar la grasa del vientre puede resultar especialmente difícil, pues nos solemos dejar llevar por malos hábitos y creencias falsas. Y es lo que ocurre cuando buscamos información acerca de perder peso.
Y no hay nada más frustrante que esforzarte al máximo para bajar de peso y no ver ningún cambio, ni en el número de la báscula ni en cómo te queda la ropa. Las salidas que evitaste, las comidas que rechazaste y el hambre que aguantaste a altas horas de la noche parecen no haber valido la pena. Entonces te preguntas: ¿Qué estoy haciendo mal? Estás convencido de que estás tomando decisiones acertadas y poniendo todo tu empeño en reducir esa barriga, pero, ¿y si estás cometiendo errores sin darte cuenta?
Cinco razones científicas por las que no logras adelgazar la grasa del vientre
Todos sabemos que comer demasiado y moverse muy poco es la base sobre la que se construye la flacidez. Pero hay más en la ecuación de la grasa abdominal, ya que ciertos factores estresantes, por ejemplo, pueden hacer que no perdamos peso en esta zona del cuerpo.
1. Estás comiendo grasas trans
Las grasas trans contribuyen activamente al crecimiento de la cintura, no solo agregando grasa nueva, sino también moviendo la grasa de otras áreas de su cuerpo a su abdomen. Durante un estudio de seis años en la Universidad Wake Forest, los monos que fueron alimentados con una dieta con un 8% de grasas trans tenían un 3% más de grasa abdominal que los primates que fueron alimentados con una dieta con un 8% de grasas monoinsaturadas, recoge Men’s Health.
Así, deberíamos huir de pasteles, galletas, helados, palomitas de maíz, tartas, comida frita, comida rápida y para llevar.
2. Estás muy estresado
Cuando tus niveles de cortisol están por las nubes, se desencadena la liberación de insulina, que contribuye a que no puedas adelgazar la grasa del vientre. Inicialmente, la respuesta de ¡lucha o huida’ del cuerpo, como respuesta al cortisol, apaga tu sistema digestivo para que puedas lidiar con la ‘amenaza’. Una vez pasado el peligro, tu cuerpo busca reponer los cientos de calorías que quemaste luchando hasta la muerte/sudando ante la idea de exponerte a esa situación peligrosa.
Entonces, tu nivel de azúcar en la sangre baja (por la insulina) y tus centros de recompensa están cerrados (gracias al cortisol), lo que acabará desencadenando que comas hidratos simples, como dulces. Para empeorar las cosas, el cortisol ayuda a liberar miostatina, una proteína que descompone los músculos .
3. Huyes de los hidratos buenos
Es un error muy extendido el hecho de huir de los hidratos cuando uno está tratando de adelgazar la grasa del vientre. Una creencia alejada de la realidad, tal y como han puesto de manifiesto numerosas investigaciones científicas, como esta, publicada en JAMA.
Los hidratos que deberíamos comer son aquellos compuestos por cadenas de más de dos azúcares como cereales integrales, legumbres y hortalizas con fécula, como la patata.
4. Bebes mucho alcohol, lo que te impide adelgazar
El alcohol no favorece la eliminación de grasas del organismo, ya que el cuerpo lo identifica como una sustancia tóxica. Por esta razón, prioriza su eliminación y detiene temporalmente el acceso a los demás macronutrientes almacenados, como carbohidratos, proteínas y grasas, para enfocarse primero en metabolizar el alcohol.
El alcohol afecta principalmente al cuerpo al limitar su capacidad para quemar grasa como fuente de energía. Asimismo, su consumo incrementa los niveles de cortisol, una hormona que ya se ha mencionado anteriormente.
5. Tienes demasiadas bacterias intestinales ‘no útiles’
La mayoría de las bacterias que habitan en el intestino son bastante útiles. Producen hormonas, regulan el sistema inmunológico, digieren los alimentos, extraen nutrientes, controlan el estado de ánimo, controlan el apetito y más.
Dos grupos de bacterias beneficiosas dominan en el intestino humano: los bacteroidetes y los firmicutes. Sin embargo, según una investigación, la cantidad de bacteroidetes disminuye en las personas obesas en comparación con los individuos delgados, recoge el citado medio.
En otro estudio, los científicos tomaron muestras de heces de 1.300 gemelos y descubrieron que cuanto menos diversas sean las bacterias intestinales, más probabilidades hay de tener grasa abdominal. Haga crecer su red intestinal para arrojar madera importante.
6. No estás comiendo suficientes proteínas
Hasta ahora, las investigaciones han determinado que aquellos que comen proteínas tienden a tener menos grasa acumulada en el cuerpo y, especialmente, en la zona abdominal.
Se ha comprobado que consumir alimentos ricos en proteínas puede acelerar el metabolismo hasta en un 30% durante varias horas después de su ingesta. Diversos estudios han señalado que estos alimentos no solo incrementan el efecto térmico del cuerpo, sino que también prolongan la sensación de saciedad, lo que reduce la ingesta calórica diaria y favorece la pérdida de peso. Para obtener estos beneficios, se recomienda optar por fuentes de proteínas como carne blanca, pescado, huevos, legumbres y verduras.
